miércoles, 13 de julio de 2011

NOW, LA PRENSA BASURA Y SUS MISERIAS



Hasta ahora, en Gran Bretaña se decía que “una mañana de domingo sin el News of the World (NOW) era como una misa sin campanas”, repitiendo más o menos exactamente algo que escribió la revista Time en 1941, en plena segunda guerra mundial. Ya entonces era, como ha seguido siendo siendo hasta su última edición, este pasado domingo , un semanario que apostaba por los sucesos, cuanto más morbosos mejor, los escándalos, preferiblemente sexuales, y la “chica de la tercera página”, siempre generosa en pechos. Los ingleses tendrán que buscarse ahora otro entretenimiento para los fines de semana.
Pero con la muerte súbita del “colorín”  no ha terminado el escándalo de las escuchas telefónicas que la ha provocado, ni sus posibles secuelas. Porque el tabloide desaparecido no ha sido el único medio de comunicación británico que ha utilizado métodos ilegales para conseguir informaciones confidenciales y el escándalo amenaza con hacer tambalearse a todo el grupo News Corp. Según las últimas revelaciones, que recoge en un despacho la Agencia France-Presse y hoy está difundiendo el canal de información continua France 24, el último en enterarse de que fue víctima de maniobras ilegales ha sido el ex Primer Ministro británico Gordon Brown, en la época en que era Ministro de Economía. Según el muy serio diario The Independent, unos detectives pagados por el grupo de prensa  News Corp (propiedad de Rupert Murdoch)  piratearon sus mensajes telefónicos y accedieron a sus extractos bancarios y a otras informaciones confidenciales, como la enfermedad incurable que padece su hijo Fraser; información que posteriormente entregaron a periodistas del Sun y el Sunday Times, que lo reveleron en 2006. 
La misma BBC ha asegurado que el Sunday Times recurrió a “personas que se hicieron pasar por Gordon Brown” para conseguir  del Abbey National Bank datos sobre sus cuentas y  propiedades. El periódico dedicó una primera página a la supuesta compra, por Brown,  de un apartamento a precio de saldo en 1991. También la BBC ha revelado que algunos policías encargados de la seguridad de la familia real cobraron del NOW a cambio de informaciones relativa a varios miembros de la realeza, incluida la propia reina Elizabeth.
Todo esto ha llenado de nubarrones el privilegiado cielo en que estaba instalado hasta ahora el multimillonario propietario del mayor imperio mediático británico, Rupert Murdoch, de 80 años, quien el domingo pasado voló de Nueva York a Londres para encargarse personalmente del cierre del NOW y las gestiones en marcha para la adquisición de la plataforma por satélite BskyB. Una operación que se está resintiendo del “escándalo del periódico de los escándalos”, como lo llama hoy Silvain Biville en su crónica en el blog London in the air; ayer las acciones de BskyB cayeron en picado en la bolsa de Londres,  elevando hasta un 15% las pérdidas desde que se destapo el escándalo de las escuchas, al tiempo que el gobierno frenaba el proyecto de compra de Murdoch enviando el caso a la Comisión de la Competencia para su estudio. Anteriormente, el grupo anunció el domingo que,  en respuesta a las preocupaciones manifestadas por varios miembros del gobierno respecto a la forma en que la compra de la plataforma perjudicar al pluralismo informativo, había decidido que el canal informativo Sky News quedara al margen de la operación. “Un fracaso en la operación de compra, de más de 10 mil millones de euros, supondría una derrota sin precedente para News Corp y  una victoria para sus adversarios, que son muy numerosos”, escribe en un despacho  AFP.
“Objeto a menudo de burla, de desprecio incluso en ocasiones y siempre temido, el News of the World era imprescindible, tan inglés como el rosbif y el puding Yorkshire”, como escribió uno de sus periodistas.  El blog London in the air proporciona algunas cifras: aunque es cierto que a lo largo de los años iba perdiendo lectores, su tirada estaba todavía en 2,8 millones de ejemplares (muy lejos del record de los 9 millones de los años '50) y continuaba siendo uno d ellos periódicos más leídos del mundo, con 7,5  millones de lectores estimados, y uno de los más rentables de News Corporation, el grupo de prensa de Murdoch, que va de Fox News a Sky TV pasando por el Time de Londres, el Sun, el New York Post y el Wall Street Journal.
La decisión de cerrar NOW no ha sido, como muchos ingleses bienpensantes han creído,  una respuesta ética al escándalo sino una vergonzosa manera de encubrir la deserción de los anunciantes que, ellos sí, han sido sensibles al escándalo y han hecho bajar las acciones del grupo hasta un 3% en la bolsa de Nueva York.  En cuanto a su substitución por otro dominical parece cantada ya que  a principios de la semana pasada News Corp registró la cabecera Sun on Sunday.
“Mientras tanto -escribe Marcelo Justo en su crónica para el diario argentino Página 12, en la que califica a Rupert Murdoch de “padrino que vuela para arreglar los asuntos de la familia”-  los títeres siguen cayendo o luchan con bastante dificultad por mantenerse en pie. El ex editor del dominical y ex jefe de prensa de David Cameron, Andy Coulson, el ex editor de temas monárquicos del diario Clive Goodman y un ejecutivo  del grupo fueron arrestados el viernes y quedaron después en libertad con fianza. La Press Complaint Commission (PCC: Comisión de Quejas sobre la Prensa), órgano supervisor de los medios, tiene los días contados... Este martes los dos policías a cargo de la primera investigación sobre el escándalo, los cuestionadísimos Andy Hayman y Peter Clark, prestarán testimonio ante el Comité del Interior de la Cámara de los Comunes. Pero más que nada el problema lo tiene hoy “El Padrino” mismo. Sin apuntar directamente en su dirección, la revelación del The Guardian sobre los millones de correos electrónicos borrados del sistema insinúa que la plana mayor de News International... obstruyó deliberadamente la investigación para ocultar la profundidad de la crisis. Si durante años la versión oficial fue que las escuchas telefónicas de celebridades eran obra de un par de “manzanas podridas” en la redacción, hoy se sabe que eran sistemáticas, que afectaron a unas cuatro mil personas famosas o no, y que se complementaban con sobornos a la policía para tener acceso a primicias escandalosas. ¿Sabían Rupert Murdoch o su hijo James, número tres de la organización, lo que estaba sucediendo? La respuesta a esta pregunta no ofrece escapatoria. Si lo sabían, son cómplices; si lo ignoraban, incompetentes”.
Son cómplices; James Murdoch ha reconocido que lo conocía y que es “práctica corriente entre los periodistas”. Los de su grupo al menos, se entiende. Los demás tendrán que decir algo en algún momento.

Mercedes Arancibia

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