martes, 29 de diciembre de 2015

La creación del Frente Popular

La unidad se convirtió en un factor clave si se quería arrebatar el poder al centro-derecha en 1936.
Eduardo Montagut28 de Diciembre de 2015 

El Frente Popular fue un pacto de los partidos de izquierda republicana y obrera en España para concurrir juntos a las elecciones de febrero de 1936 sobre un programa común de gobierno. El inicio de este pacto debe buscarse en el año 1934, especialmente, cuando comenzaron a confluir las formaciones republicanas con el sector centrista del PSOE. Pero su gestación no comenzaría, realmente, hasta después de los hechos acontecidos en octubre de 1934 con la Huelga General y la Revolución. La represión ejercida con miles de muertos, unos treinta mil presos y numerosas penas de muerte conmutadas, junto con la represión de tipo social (despidos, endurecimiento de las relaciones laborales y paso a la clandestinidad de algunos sectores obreros) ejercieron como  revulsivo para que las izquierdas españolas entendiesen la necesidad de pactar. La unidad se convirtió en un factor clave si se quería arrebatar el poder al centro-derecha.
Pero el camino hacia la unidad no fue fácil porque los partidos y sindicatos tenían diversas concepciones sobre la misma, aunque tuvieran en común la necesidad de la alianza electoral para obtener la victoria, en un contexto internacional favorable a la confluencia de la izquierda frente al auge de las soluciones autoritarias y totalitarias del fascismo. Los partidos republicanos –Izquierda Republicana (Azaña), laUnión Republicana (Martínez Barrio), el Partido Nacional Republicano (Sánchez Román)- defendían la idea del entendimiento con los socialistas pero no veían conveniente ampliar el pacto hacia las organizaciones obreras a la izquierda del PSOE. La alianza era concebida como una forma de volver a la situación anterior al triunfo electoral del centro-derecha de 1933, es decir, al espíritu y la situación del Bienio Reformista.
EL PSOE: INTENSO DEBATE ENTRE DOS POSTURAS
En el PSOE se vivía un intenso debate entre dos posturas. El sector centrista, con Indalecio Prieto a la cabeza, estimaba la necesidad del pacto con los republicanos, en el mismo sentido y objetivo que el defendido por éstos, aunque incidiendo en la necesidad de proclamar una amnistía y profundizar en la reforma agraria. El sector más a la izquierda del socialismo español, representado por Largo Caballero y con el apoyo de la UGT, pretendía, en cambio, un frente obrero. Pero, a medida que avanzó el año 1935, este sector terminó por comprender que el pacto con los republicanos era necesario si se quería obtener la ansiada amnistía, pero, en principio, estos socialistas no estaban dispuestos a ir más allá de una alianza electoral sin establecer un programa de gobierno conjunto.
El PCE propugnaba un frente obrero orgánico, la Alianza Obrera, con un programa de reformas radicales, en alianza con los republicanos.
LA CONJUNCIÓN REPUBLICANO-SOCIALISTA
La gestación del Frente Popular se dilató más de un año, desde diciembre de 1934 hasta el 15 de enero de 1936, fecha del pacto. En el invierno de 1934-35 los republicanos entablaron conversaciones entre sí, y el 12 de abril anunciaron su unión electoral con un programa de gobierno. Antes, en enero, Azaña contactó con Prieto para insistir en la necesidad de establecer una conjunción republicano-socialista. En el PSOE decidió escuchar a las bases sobre esta capital cuestión y se pasó una encuesta a las agrupaciones socialistas. Prieto se significó para conseguir la alianza, publicando un artículo el 14 de abril. El Partido Comunista expuso públicamente su estrategia de la Alianza Obrera en el mes de junio.
En Cataluña, el proceso de unión tuvo su primera etapa, en julio de 1935, cuando se firmó la Coalició d’Esquerres Catalanas, formada por laEsquerra RepublicanaAcció Catalana Republicà, Partit Nacionalista Republicano Català y Unió Socialista.
ALIANZA DE TODA LA IZQUIERDA
Al margen de los partidos políticos se vivió una intensa actividad en pro de una alianza de toda la izquierda: comités a favor de la amnistía, de ayuda las víctimas de la represión, mítines, fiestas unitarias, etc. El anarquismo optó por moderar sus ataques a los republicanos y socialistas, y cuando llegó el momento, a pesar de su tradicional defensa de la abstención, no hizo campaña contraria al Frente Popular y, de forma privada, apoyó a las candidaturas de izquierda.
El 14 de noviembre de 1935, Azaña propuso oficialmente a Prieto una conjunción. Dos días después, el PSOE le respondió afirmativamente con la condición de que el pacto incluyese a la izquierda obrera. El partido envió un programa a las organizaciones obreras como un documento-base para la negociación de la alianza. Comenzaron las reuniones entre los socialistas y los republicanos. Los primeros representaban en estas reuniones no sólo al partido sino, también a las organizaciones obreras, por lo que tenían que reunirse, además con sus representantes. Estaríamos en una especie de negociación a tres bandas. No fueron fáciles las negociaciones dada la heterogeneidad de la izquierda. El PNR se retiró el 14 de enero por su resistencia a aceptar la presencia comunista. Al final, al día siguiente, se firmó el pacto y el programa entre Izquierda Republicana, Unión Republicana, PSOE, UGT, Federación Nacional de Juventudes Socialistas, PCE, Partido Sindicalista y el POUM.
PROGRAMA REPUBLICANO
El programa era republicano, con el añadido de la amnistía y rehabilitación política de los presos políticos, restituyéndoles en sus cargos y responsabilidades, condiciones ineludibles para el PSOE y la izquierda obrera.
El 4 de febrero se constituía el Front d’Esquerres en Cataluña, con los grupos anteriores de la Coalició más el Partit Comunista de Catalunya, Partit Català Proletari, POUM y la Unió de Rabassaires.
La siguiente tarea del Frente Popular fue la de la elaboración de las listas de candidatos. Se encargó de dicha tarea un comité.
El 16 de febrero la coalición obtuvo 4.654.116 votos, frente a los 400.901 del centro político y los 4.503.505 de la derecha. El Frente Popular venció en 37 circunscripciones electorales y en todas las ciudades mayores de 150.000 habitantes. La ley electoral en vigor primaba las coaliciones frente a las minorías, por lo que la izquierda obtuvo 278 diputados, 131 las derechas, 10 el centro y otros 10 del PNV. Tres días después, Niceto Alcalá-Zamora ofrecía la presidencia del gobierno a Manuel Azaña. El 3 de abril se inauguró el Parlamento. Se constituyó el Comité Nacional del Frente Popular, que se encargó de proponer como candidato a la presidencia de la República a Azaña, en sustitución de Alcalá-Zamora.



-------
FRANCÍ XAVIER MUÑOZ
Diplomado en Humanidades y en Gestión Empresarial

domingo, 27 de diciembre de 2015

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Susana Díaz en rueda de prensa
Intuía yo en mi última reflexión, Lo vuestro es puro teatro, que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se dejaría rogar por unos y por otros pero que, al final, aceptaría una gran coalición con PP y Ciudadanos para una legislatura breve y constituyente, con un Gobierno en minoría del PP sin Rajoy al frente y con ministros independientes. Ésta, creo yo, sería la mejor opción para que Sánchez salvara su liderazgo al frente del PSOE y contentara al mismo tiempo a social-liberales y neo-liberales, dentro y fuera del partido.
    Sin embargo, a Pedro Sánchez se le ha abierto un frente no menor de última hora dentro del PSOE. Ya lo dijo acertadamente el socialista José Bono, expresidente del Congreso y de Castilla-La Mancha, además de exministro: “mis adversarios están en el PP, mis enemigos están en el PSOE”.  Hoy, Pedro Sánchez sabe de lo que hablaba Bono. La presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, ha hablado alto y claro, negando a Sánchez la posibilidad de pactar con Podemos un Gobierno de progreso si ese partido no renuncia al referéndum independentista catalán. Susana Díaz acusa, además, a Podemos de “querer romper España” y a Pablo Iglesias de “no querer a su país”, palabras demasiado gruesas (además de falsas) para quien sólo busca tensar la cuerda hasta el extremo de hacer caer a Sánchez, provocando unas nuevas elecciones generales que le darían a Díaz la oportunidad de presentarse a la secretaría general del PSOE y ser la nueva candidata de ese partido a la presidencia del Gobierno, intención disimulada pero nada oculta, por otra parte, desde hace años. A Díaz se le suman ahora lossusanitos, esos barones territoriales del PSOE con mando en plaza tan afines al social-liberalismo, ese sector que lleva décadas dirigiendo el PSOE y destiñendo los colores obrero y republicano que, alguna vez, brillaron en la bandera de ese partido, y por lo que ha perdido millones de votos en los últimos años. Parece que al sistema, IBEX35 incluido, no le disgustaría el duelo Susana Díaz-Soraya Sáenz de Santamaría, ante el hipotético fracaso de Rajoy y Sánchez para formar respectivos gobiernos. Quizá muchos ahora visualizan la idea de una presidenta del Gobierno -después de haber habido ya dos vicepresidentas- y quizá de ahí tantos empeños en torpedear a Pedro Sánchez para que se le quiten las ganas de intentar un Gobierno de progreso.
    Sin embargo, a pesar de las dificultades de uno y otro lado, el líder del PSOE podría explorar una vía para ese ansiado Gobierno que muchos votantes han soñado, aunque no con el decidido acierto de dar a las fuerzas progresistas el suficiente apoyo parlamentario. Esa posible vía consistiría en ofrecer a Podemos y ERC (además de a IU y PNV) un pacto de investidura (o de legislatura) con el que Pedro Sánchez se comprometería a iniciar un proceso constituyente para encajar definitivamente a Cataluña (y al País Vasco y a otros, por qué no) en un nuevo proyecto de país, que tendría que pasar inexorablemente por la configuración de un Estado federal, tal y como PSOE y Podemos han defendido en campaña electoral. Habría que salvar las objeciones del centro-derecha españolista, PP y Ciudadanos, pero de eso trata una legislatura constituyente, de abordar entre todos una nueva norma fundamental que redefina las reglas del juego político, la plurinacionalidad de España y tantas otras cuestiones que, o bien no aparecen en la actual Constitución, o bien se han quedado obsoletas al hilo de la crisis económica y política que estamos padeciendo.
    Podemos y ERC podrían aparcar, así, momentáneamente, tanto la pretensión del referéndum independentista como el procés hacia la independencia, en un ejercicio de alta política que diera una oportunidad -quizás última y definitiva- al diálogo, al pacto y al consenso entre todos. Es posible que pudiéramos estar a las puertas de unos nuevos Pactos de la Moncloa, y creo que el momento político lo exige y que ése ha sido el sentido mayoritario del voto de los españoles. Al menos, valdría la pena intentarlo. No creo que el centro-derecha, ante el reto soberanista catalán, se negara a, por lo menos, explorar la vía de la reforma constitucional y del Estado federal, aunque para ello todos los actores políticos tendrían que admitir que un nuevo proyecto de país se tiene que construir entre todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso, y no de unas contra otras, como tristemente fue la norma en España durante siglo y medio de Historia constitucional.
    Si del diálogo entre todos los partidos con representación parlamentaria surgiera una nueva Constitución federal, ésta se sometería a referéndum y, de no ser aprobada por los catalanes, al hipotético presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le quedarían dos opciones: o convocar –entonces sí- un referéndum en Cataluña que preguntara por la independencia, o disolver anticipadamente las Cortes y celebrar nuevas elecciones, de las que podría salir un nuevo Gobierno que llevara a cabo dicho referéndum (o todo lo contrario). Creo yo que con empeño de todos y altura de miras (como se hartan de repetir últimamente populares y socialistas) se puede rediseñar una España nueva acorde con los retos del siglo XXI, que supere los estragos de la corrupción y la crisis y que cierre el capítulo tortuoso e histórico de la plurinacionalidad. Si todos dicen estar orgullosos de la nación de naciones que es España, ¿qué problema hay en avanzar hacia un Estado federal en el que todos los territorios se sientan a gusto y que, por otro lado, suele estar ese tipo de Estado entre los más avanzados del mundo?
    No le quedan al líder del PSOE muchas más opciones para ser presidente del Gobierno ni tampoco a la izquierda y al nacionalismo periférico muchas más ocasiones para protagonizar un tiempo histórico. Sabe Pedro Sánchez que si acepta una gran coalición con PP y Ciudadanos podrá alargar su liderazgo en el PSOE unos años más, pero si forma un Gobierno de progreso (con ayuda de otros) podrá, además, encabezarlo. Y también sabe que si fracasa o no le deja su partido ni una ni otra opción, y vamos a unas nuevas elecciones generales, su tiempo político habrá terminado.
    Las elecciones generales del 20-D han diseñado un Congreso de los Diputados bastante parecido al de 1977, con cuatro partidos de ámbito estatal y dos nacionalistas periféricos que forjaron, con más o menos renuncias, una Constitución pacífica y de consenso, la más sólida de nuestra Historia constitucional. Yo creo que podemos estar ante una segunda oportunidad. 

-------
FRANCÍ XAVIER MUÑOZ
Diplomado en Humanidades y en Gestión Empresarial

¡TEATRO... LO VUESTRO ES PURO TEATRO!

Albert Rivera y otros líderes de Cs
Como decía el bolero tan bien cantado por La Lupe (“teatro, lo tuyo es puro teatro”), las negociaciones que ahora se lleven a cabo para la formación del Gobierno van a estar dominadas por ese carácter teatral que siempre ha tenido la política y que tanto le gustaba al exvicepresidente Alfonso Guerra. El resultado electoral ha configurado un Congreso de los Diputados caprichoso, pero es el Congreso que hemos decidido los españoles con nuestro voto y los partidos políticos a los que hemos votado tienen la obligación de respetarlo y, más aún, de traducirlo en una legislatura productiva con las palabras diálogo, pacto y consenso encima de la mesa. Los efectos de la crisis y sus soluciones neoliberales, junto a la devastación producida por la corrupción, han alumbrado una nueva conciencia política y un nuevo mapa de poder estatal, que antes se repartían dos partidos y que, ahora, se reparten cuatro.
    La rotunda negativa del líder del PSOE, Pedro Sánchez, a facilitar en primera votación la investidura del candidato del PP, Mariano Rajoy, entra dentro de la lógica partidista y de lo que se espera del primer partido de la oposición. Nada nuevo bajo el sol. Ahora bien, ¿soportará Sánchez las presiones que le lleguen para abstenerse en la segunda votación o intentará lograr él la investidura para un Gobierno en minoría de amplio y variado respaldo en el Congreso?  El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ya ha propuesto la gran coalición que demanda el poder económico, un pacto a tres (PP-PSOE-C’S) para un Gobierno estable que afronte una serie de reformas estratégicas, y Podemos ya ha planteado también la posibilidad de un jefe de Gobierno independiente y de prestigio, si es que a Pedro Sánchez no le dejan intentarlo ni el PSOE ni el IBEX-35. Albert Rivera ya ha traicionado su promesa electoral de no apoyar ni a Rajoy ni a Sánchez, escudándose ahora en la enrevesada aritmética parlamentaria que han arrojado las urnas y en el conflicto planteado por los partidos independentistas catalanes. Podemos, por su parte, no puede iniciar esta nueva etapa política echándose en los brazos del PSOE a la primera de cambio, de ahí su apuesta por una figura independiente para la presidencia del Gobierno. Todos juegan sus cartas al comienzo de la partida, de cara a sus votantes y a los colectivos sociales que representan. Pero el juego no está tan enrevesado como quieren darnos a entender, aunque si lo complican sobremanera no habrá más remedio que ir a unas nuevas elecciones, que sólo pueden favorecer a los dos grandes partidos, PP y PSOE, pues en ese hipotético escenario los indecisos de última hora que optaron el 20-D por la nueva política, visto el fracaso de las negociaciones para un Gobierno estable, retraerían otra vez su voto a la vieja política que, al fin y al cabo, pensarían es la única que seguiría garantizando la gobernabilidad de España. Así que cuidado con dejarse llevar por los cantos de sirena de un nuevo proceso electoral, pues gran parte del voto nuevo (joven y urbano) es un voto volátil y prestado que, a la primera decepción, puede irse a la abstención o a lo viejo conocido.
    Tal y como yo lo veo, lamentablemente PSOE y Podemos no han obtenido los escaños suficientes como para protagonizar un rotundo cambio político. Es un buen resultado, pero no óptimo para encabezar un Gobierno de centro-izquierda, pues enfrente tendría un sólido bloque de centro-derecha (PP-C’S) que puede obstaculizar muchos proyectos de ley en el Congreso, y a su lado tendría un bloque nacionalista ideológicamente no homogéneo que no puede garantizar un apoyo estable para toda la legislatura, sobre todo cuando dos fuerzas políticas (ERC y DYL) tienen decidido conducir a Cataluña a la independencia y otro partido, Podemos, quiere celebrar un referéndum vinculante sobre la cuestión en dicho territorio. ¿Cómo va a presidir Pedro Sánchez un Gobierno en minoría con el apoyo de esos partidos, si le exigen la convocatoria de la consulta soberanista? Sería el fin de Sánchez como líder del PSOE… y lo sabe. ¿Sería Sánchez capaz, sin embargo, de lograr el apoyo de esos partidos para su investidura, sin comprometer de momento el manido referéndum? Habría que verlo…
    Tal y como yo lo veo, el líder del PSOE necesita, antes que nada, asegurar su liderazgo como secretario general del partido y continuar siendo el candidato a La Moncloa y el líder de la oposición, cargo institucional este último de máxima importancia para él y cuyo protagonismo en el centro-izquierda no puede ceder a Pablo Iglesias. ¿De verdad le interesa gobernar a Pedro Sánchez con un Congreso tan enrevesado? Yo creo que no. ¿Qué es lo más inteligente para él en esta endiablada situación que augura una legislatura más corta de lo habitual? Asegurar las tres figuras arriba mencionadas, consolidando especialmente su candidatura a La Moncloa y la visualización del PSOE como alternativa de Gobierno. Para ello, ¿cuáles serían los pasos a seguir (pasos que podría tener ya más o menos hilvanados con Albert Rivera, pues no me parece casual que el mismo día de la negativa de Sánchez a Rajoy surja la propuesta a tres de Rivera)?
    Primero, dejarse rogar y forzar su negativa a Rajoy hasta el punto de que, en aras de la gobernabilidad y con una presión in crescendo de los mercados, Sánchez pueda aceptar la propuesta de Rivera, “por responsabilidad y sentido de Estado”. El PSOE, así, no llevaría a España al desgobierno ni a unas nuevas elecciones, pero su líder salvaría la cara frente a sus votantes, pues no habría cedido a la primera de cambio a las presiones dentro y fuera de su partido. En esa tesitura, Rivera y Sánchez podrían vender caro el apoyo al PP y exigir la retirada de Rajoy, pues entenderían que para la nueva etapa política que han mandatado los españoles, su figura no sólo es prescindible sino, además, contraproducente. Se necesitaría -podrían argumentar- un jefe (o una jefa) de Gobierno más joven y más curtido (o curtida) para la negociación y el pacto. Además, podrían incluir en sus exigencias la formación de un Gobierno con varios ministros independientes, incluso de la órbita del PSOE y C’S, lo que vendería muchísimo mejor su abstención a la investidura de un/a candidato/a del PP.  En esas condiciones, además, los tres partidos podrían pactar una agenda de reformas y contrarreformas, así como una revisión integral de la Constitución en la que sólo esas tres formaciones políticas pueden asegurar la no inclusión del derecho de autodeterminación ni de consultas o referendos independentistas. Los tres partidos pactarían, así, una legislatura constituyente de corta duración y que no les comprometiera en el tiempo para no desgastar sus respectivos apoyos electorales.
    En este hipotético escenario, a las formaciones emergentes, Podemos y Ciudadanos, sólo les cabe hacerlo muy bien en la oposición, pues saben que su voto, mayoritariamente joven y urbano, les va a exigir más que al PP y al PSOE, cuyo voto, predominantemente mayor y rural, sólo puede ir a menos si aquéllos se crecen como partidos serios y responsables, fieles a sus representados y con mayor experiencia para presentarse a las próximas elecciones como fiables alternativas de gobierno. Ahora bien, todo este hipotético escenario se iría al traste si Pedro Sánchez se empeña, contra viento y marea, en presidir un Gobierno para el que va a contar con muchos enemigos, o si finalmente decide abocar al país a unas nuevas elecciones, en las que creo que Podemos y Ciudadanos serían los más perjudicados, aunque el líder del PSOE no creo que saliera tampoco bien parado, pues habría dinamitado en pocas semanas su perfil de estadista, incapaz de llegar a los acuerdos que, aparentemente, los electores españoles hemos demandado con el voto a nuestros representantes políticos. Todo se verá en breve, aunque mi intuición, repito, apunta a un Gobierno en minoría del PP, no presidido por Rajoy, con ministros independientes y con el apoyo abstencionista de PSOE y C’S en la segunda votación de investidura; un Gobierno para una breve legislatura constituyente en la que se aborde de manera urgente una reforma constitucional y de leyes importantes derivadas. Y de ahí a unas nuevas elecciones en dos o tres años como mucho. 

-------
FRANCÍ XAVIER MUÑOZ
Diplomado en Humanidades y en Gestión Empresarial

viernes, 18 de diciembre de 2015

Votaremos a Mónica Oltra, Ada Colau, Manuel Beiras… Pablo Iglesias Para poder Botar a Maria-NO Rajoy y Pedro Sanchez

Decía hace más de un año: España sin Catalunya y sin Euskadi, carece de futuro y es inviable como estado moderno y europeo. Y añadía: me temo que el evitar la independencia de Catalunya ya no está hoy en manos de los neo franquistas del PP ni de los -bomberos pirómanos- del PSOE
Mónica Oltra, Ada Colau y Pablo Iglesias
Después de ver el esperpéntico NO debate entre el nuevo aspirante que le falta TODO lo que le sobra de guaperas-engreído y el rostro pétreo del viejo rinoceronte que no tiene abuela y miente más que habla con un aplomo digno del oscar a la manipulación e indecencia, algo está claro, tenemos que coger la escoba (el voto) y barrerles a ambos y a cuanto ellos representan y sostienen de oscuro y corrupto, empezando por la inefable casa real, barrerles en las urnas el 20 D y echarles pacífica y democráticamente al basurero de la historia a todo lo largo y ancho de La Piel de Toro.
Y bien venidos y mejor hallados sean los votos del PP transferidos a Albert Rivera, la cara oculta del recambio vergine e senza macchia el pomodoro e pasta de los Padrinos, de Obama, la Merkel y la Banca, si ellos sirven a la causa común de jubilar in tempore a Pinocho y la caverna neo franquista para que se dediquen con esmero a lo suyo, sacarle el lustre a las escaleras y los zapatos y limpiar las letrinas, los establos y pocilgas de la Zarzuela.
Decía hace más de un año siempre he sentido una profunda empatía y respeto por Joan Herrera y me seduce Ada Colau. Pero lo que representan Joan y Ada no basta para ganarles de calle al PSOE y al PP en Catalunya y en España. Se impone el formar candidaturas ampliamente representativas en las autonómicas y las generales con Pablo Iglesias y PODEMOS -hijos de su tiempo y fruto de la necesidad histórica- sin que nadie renuncie a sus señas de identidad, me congratulo de ver como el sueño del poeta es hoy en una realidad más fuerte que la realeza y toda su cohorte de palmeros.
Decía… Y España sólo Será, siendo rica y plural en lenguas y culturas, SI ES ESTADO FEDERAL. A cuatro días de las elecciones generales sigo pensando que la independencia de Catalunya no le interesa ni a los nacionalistas catalanes. Y hay que votar a Mónica Oltra, Ada Colau … y Pablo Iglesias  para evitar el choque de trenes entre los forofos del Real Madrid y los del Barça reduciendo la presión y la defensa numantina de “las partes”, abriendo un diálogo franco y fructífero con ERC y CDC sin olvidarse de los insumergibles Astérix, Obelix, Panoramix y sus irreductibles de la CUP para que Catalunya se pueda pronunciar libremente sobre su futuro y encaje en la España Plurinacional y solidaria, culta y democrática, sin las burdas coacciones y las amenazas ultramontanas de los fans de Roberto Alcazar, El Guerrero del Antifaz y Las Hazañas Bélicas.
De Sanchez, el pavo real, y de Rajoy, el Santiago y Cierra España, nada podemos esperar que no sea más de lo mismo la defensa a sangre y fuego de la España Nacional: UNA, GRANDE y LIBRE.
Solo Mónica Oltra, Ada Colau, Manuel Beiras… Pablo Iglesias y cuanto de honesto y de aire fresco ellas y ellos representan y nos aportan, nos puede sacar del fondo del pozo negro y forjar la libre y solidaria unidad de España.
Desde el año 1971 al 1974, cuando militaba con Santiago Carrillo Menéndez en la célula Patiño en París y luego desde 1976 hasta octubre de 1980 en el País Valencià, mi apuesta política siempre fue la República Federal; pero el oportunismo de “Isidoro” y su clan de la tortilla y deseo humano del PCE de tener la fiesta en paz, convirtieron la no tan modélica Transición en la más eficiente y duradera operación de maquillaje y de cambió de fachada para afianzar la monarquía del “ahijado” de Franco y que nada sustancial fuera a cambiar al asegurarse la impunidad todos los prebostes franquistas y no desmantelar los aparatos represivos del estado español, lo que hizo que los apellidos ilustres y familias endogámicas del anterior régimen no perdieran un ápice de todo su empaque y poderío ECONÓMICO.
Y mi voto volverá a ser el de hace 36 años, el 3 de Abril del 1979, cuando siendo responsable político dels Ports i el Maestrat y secretario de cultura del comité provincial del PCE-pcpv en las elecciones municipales del 79 presente en Alcalà de Xivert una candidatura transversal y plural, independiente, CAD (Candidats per un Ajuntament Democràtic) que el PCE tuvo que aceptar SI o SI pues, no le deje, dejamos, otra opción para Alcalà de Xivert. CAD recibió el 18% de los votos y el apoyo masivo de la juventud, siendo la tercera lista más votada, pero, el no aceptar que CAD fuese una correa de trasmisión de nadie ocasionó mi ruptura con el aparato orgánico del PCE en otoño del 1980
Hoy, me siento un chaval, al quitarme más de la mitad de mis años de encima y tomar un billete de avión de París a Valencia, de ida (el viernes por la tarde) y de vuelta (el domingo por la tarde) después de votar
Olivier Herrera Marin
Ciudadano del mundo y Presidente de POETAP

Poetas de la Tierra y Amigos de la Poesía

SUMAR, EL ENÉSIMO DISPARO DE FOGUEO CONTRA EL RÉGIMEN DEL 78

Tras la muerte de Franco, ninguno de los movimientos de izquierdas impulsados desde el PCE ha puesto en riesgo el sistema, es más, ni siquie...