sábado, 31 de diciembre de 2011

DECLARACIÓN DE JUN

DECLARACION DE JUN
En Jun, mujeres y hombres socialistas comprometidos con el futuro, declaramos:
1º.- El corazón del Partido es la militancia, miles de mujeres y hombres con ideas y compromisos.
2º.- Asumimos y defendemos la libertad, la igualdad, la solidaridad y la justicia como valores irenunciables para la transformación social.
3º.- Nuestros dirigentes han dimitido de su responsabilidad en la defensa de los derechos de la mayoría social.
4º.- Ante esta realidad, nosotras y nosotros, bases socialistas, auto-convocadas en un ejercicio de responsabilidad y democracia, asumimos la tarea de impulsar un cambio profundo que nos vuelva a situar en la izquierda.
5º.- Así, la democracia es la fórmula y la participación es la estrategia para articular este cambio. Exigimos un militante, un voto en la toma de decisiones, la elección del secretario o secretaria general por sufragio universal y formas de militancia activa basadas en las nuevas tecnologías.
6º.- Cada día hay más personas que se están empobreciendo y necesitan nuestro apoyo, un apoyo que solo puede ofrecer el socialismo democrático.
7º.- Ocupamos el espacio fundamental que nos corresponde para volver a conectar con la sociedad, ya que nosotras y nosotros mismos somos ciudadanía siendo partido.
8º.- Un elemento del nuevo Partido Socialista Obrero Español será la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación para la puesta en valor de nuestra inteligencia colectiva.
9º.- Este movimiento es un proyecto abierto, vivo, participativo y perdurable, destinado a construir una sociedad plural, laica, solidaria y sin ningún tipo de discriminación.
10º.- El espíritu de Jun no pertenece a ninguna candidatura, salvo a aquella que pudiera ser elegida por sufragio universalJun, 29 de Diciembre de 2011

viernes, 30 de diciembre de 2011

PARA LOS QUE CONFIAN, PARA LOS QUE SUEÑAN, PARA LOS.... QUE VOTARON PP.

CON AFECTO PARA QUIENES CONFIARON EN LAS PROMESAS ELECTORALES DEL PP, LA DUDA QUE ME ASALTA ES SI SERÁ LA ULTIMA VEZ, O VOLVERÁN A HACERLO EN LAS ELECCIONES ANDALUZAS


La muerte de Carrero, primer paso para frenar al PCE

Rodrigo Vázquez de Prada y Grande || Director de Crónica Popular
Enmarcado entre los fastos del nuevo Gobierno de la derecha española y los infaustos “manifiestos” de algunos dirigentes socialistas, el aniversario del atentado perpetrado por ETA el 20 de diciembre de 1973 y que costó la vida al entonces presidente del Gobierno de la dictadura, almirante Carrero Blanco, fue casi silenciado en los principales medios de comunicación españoles. Quizás, porque las clases dominantes y el bipartidismo que padecemos prefieran ocultar uno de los elementos esenciales de aquel hecho y que hoy está  fuera de toda duda: la autoría intelectual de la CIA en la comisión del atentado. La muerte del almirante Carrero Blanco se fraguó en los despachos de la CIA.
carrerorrAlmirante Luis Carrero Blanco.
Con la puesta en bandeja de la cabeza de Carrero Blanco a los comandos de ETA, la CIA dirigió el final de la dictadura franquista y  moldeó con arreglo a sus intereses el proceso de transición de la dictadura a la democracia en España. Y lo consiguió, situando dicho proceso en una dirección que convirtió  a España en una democracia sin peligros para el bloque de la OTAN .En una democracia que,  por encima de cualquier política de gestos demagógicos y para la galería desarrollada por el último presidente socialista, continuó teniendo a nuestro país como aliado incondicional de los EE.UU. Es posible que esta aseveración sea ya de dominio, más o menos,  general. Sin embargo, lo que se ha ocultado en todo momento es que la planificación por la CIA del atentado tenía como objetivo  fundamental  arrinconar al máximo al PCE. Desbaratar la hegemonía que en aquella época mantenía como partido de vanguardia de la izquierda española. La fórmula para conseguir tal resultado: la práctica creación de un partido  pretendidamente de izquierdas que lo frenara, el PSOE de Felipe González.
Textos hasta ahora desconocidos, reproducidos en un libro de reciente aparición y a los que, días atrás, se refirió un artículo de José Manuel Martín Medem, codirector de “Crónica Popular”,  lo dejan totalmente claro. Sus revelaciones confirman  datos e hipótesis bien fundadas que, desde el mismo momento que sucedió el atentado, algunos de nosotros tratamos de difundir. Evidentemente, sin la  participación de la CIA el atentado no hubiera podido tener lugar.
Para cualquiera que hubiera vivido  la clandestinidad en la lucha contra el franquismo, resultaba meridiamente claro que excavar un túnel a cien metros de la embajada de los EE.UU. no podía ser realizado si sus autores no hubieran contado, al menos, con la connivencia de la inteligencia norteamericana. Máxime, cuando la víspera del atentado había estado en Madrid el todopoderoso secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, con el que Carrero Blanco se había entrevistado durante ese día. Una visita de tan importante y siniestro personaje llevaba aparejada, sin duda alguna, una operación de “barrido” de un perímetro próximo a la embajada muchísimo más amplio que el de un centenar de metros, utilizando para ello los más sofisticados aparatos y, por supuesto, el contingente de agentes que hubiera sido necesario…
La voladura del almirante Carrero Blanco,  fue el primer paso de lo que, años más tarde,  el general Vernon Walters, uno de los hombres de más peso en la central de inteligencia norteamericana, y que intervino junto a Kissinger en la dirección del proceso político español, denominó sin ambages “la transición controlada”. Vernon Walters había sido nombrado en 1972 por el presidente Nixon director adjunto de la CIA y en calidad de tal  se entrevistó con Franco. Su reunión con el dictador fue la fachada visible de su presencia en España. Y, aunque se desconocen los detalles, sí está fuera de toda duda la intervención en la transición española de este militar involucrado en varias “acciones encubiertas” de la CIA. Entre ellas,  el golpe de Estado que derrocó al presidente Joao Goulart en Brasil, en marzo de 1964, y que instauró una dictadura militar que permaneció en el poder hasta 1985, y el que derribó al presidente Salvador Allende, en Chile, en septiembre de 1973, llevando al palacio de la  Moneda al general Pinochet, que se mantuvo como dictador hasta 1990.
Pero, ¿Por qué los objetivos de la CIA sacrificaron la vida de Carrero Blanco? Responder a este interrogante exige volver la vista atrás, rastrear para el lector su personalidad política y el papel que jugaba en el bloque  de poder de la dictadura. Y, lo que es tanto o más importante, el que estaba destinado a jugar en el futuro que no llegó a conocer.Esta interpretación de los hechos tira por tierra totalmente  las teorías que, en su momento,  consideraron que el atentado de  ETA había abierto “el último pestillo que se hubiera opuesto a la democracia”. El relato escrito en “Operación Ogro”, por Genoveva Forest , amparada bajo el seudónimo de Julen Agirre, no es más que un canto a la supuesta proeza de quienes actuaron bajo la inspiración y el apoyo real de los servicios de inteligencia del país capitalista más poderosos del planeta. Tal como señalaba, ya en 1998, Carlos Semprún Maura  era “bastante cómica” la tesis  según la cual “ETA, al matar a Carrero Blanco” había sido “la comadrona de la democracia en España porque con Carrero Blanco en vida jamás podría haberse desarrollado la transición como se ha desarrollado… Nadie puede afirmar que el almirante se hubiera opuesto y rebelado contra la voluntad de Franco.”
Carrero Blanco estaba plenamente identificado con las posiciones políticas de Franco. En política interior, coincidía totalmente con el dictador en su anticomunismo visceral y en su profunda aversión al sistema de partidos políticos, a la democracia. Además, fue siempre un firme valedor de la “solución juancarlista”, frente a los ministros de filiación falangista que propugnaban una continuación del franquismo a través de una Regencia. En política exterior,   era un firme partidario del atlantismo, aunque con un matiz mínimo que no restaba un ápice a su resuelto posicionamiento en la política de bloques. Con la timidez con la que un lacayo balbucea a su señor, planteaba la necesidad de  que la España franquista contara con su propia política de defensa, pero sin que eso supusiera una ruptura con EE.UU. Se trataba de una cierta veleidad “a la francesa”, una caricatura en realidad de los planteamientos del general De Gaulle. Y en eso coincidía con otros altos cargos militares, entre ellos el general Luis Díez Alegría, de perfil muy alejado del reaccionarismo de aquél y muy bien considerado por los norteamericanos.
Tal como el historiador Javier Tusell señala, es cierto que en los momentos anteriores a su muerte, Carrero Blanco pretendía “que los Estados Unidos se avinieran a firmar con España un tratado con rango superior”[5] al convenio de amistad y cooperación suscrito  en 1970. Pero su forcejeo con Kissinger sobre la utilización de las bases norteamericanas en España no explica en absoluto el diseño por la CIA del atentado. En realidad,  ni siquiera tiene nada que ver  con el objetivo fijado en  Langley. Si Carrero Blanco hubiera representado un obstáculo serio para el mantenimiento en España de sus bases militares, sin necesidad de la firma de un verdadero tratado,  EE.UU. hubiera tenido a su alcance un amplio abanico de medidas para forzar la muñeca al dictador, si fuera preciso. Para alcanzar ese fin, el atentado contra su persona hubiera sido matar moscas a cañonazos.  Cualquier intento de explicación en esta línea yerra el tiro por elevación. Por elevación innecesaria.
Lo mismo ocurre con la explicación que basa la justificación de la intervención de la CIA en las veleidades nucleares de Carrero Blanco, en su peculiar posición  a favor de la energía nuclear para usos militares. Se sabe, y así lo recoge Gabriel Cardona, historiador, profesor de la Universidad de Barcelona y fundador de la UMD,   que Carrero Blanco “se interesó pronto por la posibilidad de fabricar una bomba atómica para España. En plena crisis económica de los años cuarenta, había diseñado una enloquecida flota que, naturalmente, no pudo construir, y su obsesión por el poder naval le hacía concebir nuevas esperanzas  gracias a la investigación nuclear que, desde entonces, lo tuvo por valedor. Se conoce también  que su nombramiento como presidente del Gobierno “le permitió  impulsar su antiguo proyecto de convertir a España en una potencia nuclear”, acelerando los pasos necesarios para la fabricación de la bomba. El mismo historiador señala que “el hecho no pasó desapercibido a la CIA, que seguía todos los pasos del proceso, como el almacenamiento de plutonio militar en España, que evadía los controles de la Agencia Internacional de la Energía”. Pero su planteamiento favorable a la conversión de España en una “potencia nuclear” no era más que una caricatura de “la grandeur” exhibida por el general De Gaulle en su pugna con EE.UU.
carrero_reyAl dictador le sucedería un monarca que le heredaba directamente. En la foto, Juan Carlos pasa revista a las tropas en la inauguración de las Cortes el 22 de julio de 1977. ©Javier del Valle
Desde Washington y Langley se siguió muy atentamente el desarrollo de la dictadura que EE.UU. había ayudado a perpetuar. Unos años antes, el 21 de julio de 1969,  Franco había designado a Juan Carlos de Borbón “sucesor a la Jefatura del Estado a título de Rey” y las Cortes del partido único habían dado al día siguiente su asentimiento unánime a tal medida, en una sesión en la que Juan Carlos había jurado solemnemente “fidelidad a los Principios  del Movimiento y demás leyes fundamentales del Reino”. De esta forma, el dictador concretaba al máximo su pretensión  de “dejar todo atado y bien atado”, prevista ya en la llamada “Ley de Sucesión”, de 26 de julio de 1947, en la que, en su artículo primero, proclamaba que “España (…), de acuerdo con su tradición, se declara constituido en Reino”, y, en su artículo tercero, anunciaba que “en cualquier momento el Jefe del Estado podría proponer a las Cortes la persona que debía ser llamada a sucederle, a título de Rey o Regente”.
Aquel día de julio del 69, Franco puso en marcha la continuidad de su régimen a través de un Monarquía, “instaurada” se dijo, inventada por él mismo y regida por un monarca educado bajo su tutela. Al dictador le sucedería un monarca que le heredaba directamente, saltándose a la torera la línea sucesoria de la Corona española, e imponiéndolo a la soberanía popular. Así se creó la  Monarquía y el monarca que padece España todavía hoy, introducidos ambos “de matute” en la Constitución de 1978, bajo la presión del “rumor de sables”, es decir, del Ejército surgido del golpe de Estado de 1936, y la dirección a distancia de EE.UU.
Sin embargo, los mecanismos sucesorios previstos en la legislación franquista producirían, asimismo, otros efectos. El principal, que su desaparición hubiera otorgado todo el poder político, de forma automática, al almirante Carrero Blanco, en su calidad de presidente del Gobierno. Había sido nombrado para tal cargo muy pocos meses antes de su muerte; exactamente, el 14 de julio de 1973. Este hecho resultaba trascendental, ya que se trataba de la primera vez que Franco había separado la Jefatura del Estado y la Jefatura del Gobierno, concentradas férreamente en sus manos desde la guerra civil. Y ese peculiar traspaso de poderes lo había hecho a favor de quien los historiadores Javier Tusell, en su biografía del almirante, y Paul Preston, en la suya sobre Franco, califican de “eminencia gris del franquismo”. En realidad, era el alter ego del dictador.
Doce años más joven que Franco, Luis Carrero Blanco, nacido, en 1904, en la villa cántabra de Santoña, de familia paterna gallega con tradición militar, había trabajado al lado del dictador desde 1941. Su ascenso hasta situarse como hombre de confianza de Franco se debió  a ser el autor de un informe en el que exponía la total incapacidad de España para entrar en la segunda guerra mundial al lado del III Reich. El entonces capitán de navío y jefe de Operaciones del Estado Mayor Naval señalaba en él que la participación de España en la conflagración, al lado de los aliados que habían ayudado a Franco con armamento, tropas  y dinero a desarrollar su golpe de Estado contra la II República, tendría unos costes económicos desastrosos para nuestro país. Lo redactó a petición del  Ministro de Marina, almirante Salvador Moreno, y éste se lo presentó a Franco.
Ese informe lo catapultó a una carrera de más de treinta años como principal colaborador político del dictador. En 1951, fue nombrado Ministro de la Presidencia del Gobierno. Y, en 1967, sucedió en la vicepresidencia del Gobierno a uno de los militares más caracterizadamente fascistas, el capitán general Agustín Muñoz Grandes,  jefe de la División Azul y Cruz de Hierro de Hitler. Finalmente, Franco otorgó la máxima recompensa a su “hombre en la sombra”, como le denominaría Max Gallo, nombrándole Presidente del Gobierno.
carreror_placaPlaca conmemorativa del atentado a Carrero Blanco en la calle Claudio Coello de Madrid. ©Germán Gallego
Paul Preston señala que “Carrero Blanco compartía todos los prejuicios político de Franco”. Realmente, era un acabado exponente del pensamiento reaccionario español más rancio, en la línea del tradicionalista del siglo XIX principios del XX  Juan Vázquez de Mella, amigo de su padre y del que conservaba una de sus obras dedicadas a su progenitor. Al igual que su admirado dictador, Carrero Blanco también tenía veleidades literarias. Escribió libros de su especialidad de marino, como “Arte naval militar” y “España y el mar”, pero también otros de fuerte contenido político como “La gran baza soviética” y “España ante el mundo. Proceso de un aislamiento”.  Y, emulando a su protector, utilizó como él seudónimos para sus escritos. Así, si Franco firmó como Jaime Andrade su relato autobiográfico “Raza”, Carrero Blanco lo hizo en numerosas ocasiones como “Juan de la Cosa”, primero, y como “Ginés de Buitrago”, después.
En todos sus escritos dejó impresas verdaderas perlas cultivadas, dedicadas, fundamentalmente, a los que consideró, hasta el fin de sus días, los grandes enemigos: el comunismo “deseoso de transformarnos en una masa de esclavos sin Dios” y la masonería que, “en forma más suave, pretendía un dominio exterior por el procedimiento de crear un sistema de partidos que, en la práctica, hiciera desaparecer una autentica independencia nacional…” Para Antonio Elorza, que años antes de su muerte analizó su rudimentario pensamiento político,  Carrero Blanco expresaba “una visión histórica en la línea de un agustinismo degradado, común a todos los reaccionarios desde hace 200 añosa a esta parte”. En palabras de Elorza, para el almirante Carrero Blanco la Historia estaba pensada como “la pugna sobre la tierra entre Dios y sus enemigos, encarnados primero desde 1789 a 1848 por los demócratas  y liberales y, desde entonces, por el socialismo”. 
Sus posiciones religiosas, exponentes del más puro “nacionalcatolicismo”, le convirtieron en el principal valedor de los llamados “tecnócratas” del régimen franquista, el grupo de  “los lópeces”, todos ellos “opusdeistas”: Laureano López Rodó, Gregorio López Bravo, José María López de Letona y Navarro Rubio,  fundamentalmente. Todos ellos aparecían capitaneados por el catedrático de Derecho Administrativo de Santiago de Compostela, primero, y de Madrid, después, Laureano López Rodó, miembro numerario de “la Obra”, que, en 1962, fue nombrado por Carrero Blanco Comisario del Plan de Desarrollo y, dos años después, Ministro. Realmente, un auténtico “superministro”.
Carrero Blanco gozaba de la máxima confianza del dictador. Pero su apoyo a  ultranza a los tecnócratas le hizo chocar con falangistas, tradicionalistas y propagandistas católicos, que habían sido reemplazados como ideólogos del nacionalcatolicismo por el ideario de monseñor Escrivá de Balaguer. El estallido en 1969 en la prensa del “caso Matesa”, a consecuencia del cual Manuel Fraga Iribarne fue cesado en su cargo de Ministro de Información y Turismo, fue revelador de las tensiones entre el ala falangista y los “tecnócratas” del franquismo. No fue más que la punta del  “iceberg” de una lucha sorda entre las bambalinas de la dictadura por controlar su dirección política y los centros de poder. Pero aquella pugna se cerró en falso. Como señala Javier Tusell, “la crisis de 1969 en absoluto solucionó la discordia de fondo existente en la clase política del régimen. A pesar de que Carrero trató de imprimir un liderazgo preciso y unitario a su acción de Gobierno no lo consiguió, mientras que se mantuvo una actitud de dureza opositora por parte de los sectores  que habían sido marginados tras la crisis”.
carreror_mmHenry Kissinger intervino junto al general Vernon Walters en la dirección del proceso político español, denominado sin ambages “la transición controlada”.©Eisenhower Fellowships
Teniendo en cuenta este escenario real de aquellos años, era previsible que nada hubiera sido igual en el franquismo sin Franco. Un franquismo sin Franco gobernado por Carrero Blanco hubiera tenido consecuencias  realmente decisivas en la transición hacia la democracia. En realidad, la misma naturaleza de la transición hubiera sido otra bien distinta. En primer lugar, el franquismo se hubiera ido debilitando progresivamente. Era un proceso  imparable. Uno de los factores que lo desencadenarían, la misma lucha interna de las fuerzas políticas que integraban el llamado Movimiento Nacional.  Hasta entonces, sus discrepancias  las resolvía, en última instancia,  su interés común en mantener la dominación de clase y su férreo control sobre “la otra España”. Pero, sobre todo, el mando indiscutible sobre tales fuerzas de Franco, su “Caudillo”.
Con Franco bajo la pesada losa del Valle de los Caídos  y  Carrero Blanco como presidente del Gobierno esa unidad se hubiera ido deshaciendo como un terrón de azúcar en una taza de café. Carrero Blanco hubiera sido incapaz, por más que lo intentara, de poner orden en aquel conglomerado de fuerzas reaccionarias que sustentaban el franquismo. En sus Memorias, Santiago Carrillo expresa esta idea con claridad: “(Carrero Blanco) militarmente no era más que un burócrata y, desaparecido el Caudillo, prescribía la base de su poder”.[15]  Era totalmente previsible que esto sucediera. Los analistas de la CIA lo sabían. Tal como señala el profesor Joan Garcés en su lúcida y documentada obra “Soberanos e intervenidos”, “para infortunio de Carrero, su bien probada lealtad a Franco, le valía el nombramiento pero también auguraba “inestabilidad” sociopolítica. Garantizaba la subordinación de España a “la coalición de la guerra fría”, pero su identificación con el Caudillo podía dificultar su necesario complemento: mantener “la stability” durante la transición al posfranquismo” Y esta  incapacidad para mantener en el futuro próximo “la stability” representaba el verdadero “talón de Aquiles” de Carrero Blanco. En ella se encuentra la razón esencial de que la CIA lo pusiera en su punto de mira.
Porque  la CIA temía la previsible desintegración del régimen franquista no en sí misma sino por su inevitable corolario. Les preocupaba mucho más la otra cara de la moneda de ese proceso de descomposición de la dictadura instaurada por el golpe militar de 1936. No solamente las luchas intestinas restaban fuerza al franquismo sin Franco. Desde los años sesenta,  la oposición democrática había ido avanzando posiciones. Y la fuerza de este avance lo constituía la lucha dirigida, fundamentalmente, por el PCE  y  las Comisiones Obreras. La fuerza creciente del PCE era indiscutible, a pesar de sus problemas internos surgidos con motivo de la expulsión de Jorge Semprún y Fernando Claudín, en 1964, y de todo un penoso rosario de “caídas” y detenciones de sus aparatos de dirección clandestina. En el antifranquismo del interior de España,  la presencia del PSOE era prácticamente inexistente
carrero_referendumPregunta enrevesada formulada en el referendum sobre la OTAN en 1986.
Un franquismo sin Franco liderado por Carrero Blanco hubiera tenido como efecto no deseado  para las clases dominantes españolas y para los EE.UU. la combinación del debilitamiento de la dictadura y el ascenso del PCE como fuerza hegemónica de la izquierda. Desde su perspectiva, un cóctel explosivo. Y desde los despachos de la CIA sus expertos trabajaron para quebrar ese proceso. Para romper la fortaleza del PCE  y, por ende, la presencia de ministros comunistas en un previsible Gobierno de concentración nacional.
Decidieron evitar que se reprodujera el ejemplo italiano. La recomposición de la democracia italiana al concluir II Guerra mundial había conducido al PCI al Gobierno, junto a democristianos y socialistas. Ni unos ni otros habían regalado nada al partido fundado en 1924 por Antonio Gramsci. El PCI, el partido comunista con más implantación en la Europa occidental, había sido el motor de la lucha contra el fascismo mussoliniano. Pero, en enero de 1947, antes incluso de que EE.UU proclamara la “doctrina Truman” y pusiera en marcha el Plan Marshall, el primer ministro italiano, el democristiano Alcide De Gasperi, regresó de Washington con la instrucción de expulsar a los comunistas del Gobierno. Así lo hizo. Como recuerda en sus memorias Pietro Ingrao, el viraje político de De Gasperi que, a su vez, “implicaba un profundo giro a la derecha de todo el área católica italiana”, fue “un vil trueque, con el cual el primer ministro mendigaba ayudas” a cambio de excluir del Gobierno a los comunistas.
En los setenta del pasado siglo, desde EE.UU. se urdió una brutal y, al tiempo, refinada estrategia de gran calado. Como subraya  Joan Garcés “retener el control estratégico sobre España después de Franco era un programa común de la Alianza Atlántica Y EE.UU. puso en marcha todos los mecanismos necesarios para lograrlo. El telegrama confidencial 700, de principios de enero de 1971 dirigido al Secretario de Estado de los EE.UU. desde la embajada norteamericana en Madrid fijaba el primer objetivo:”El mejor resultado que puede surgir sería la desaparición de Carrero Blanco”.
Desde ese mismo momento, y parafraseando el célebre título de Gabriel García Márquez, puede afirmarse que la muerte de Carrero Blanco era “una muerte anunciada”. Un año después tan sólo de dicho telegrama, y sirviéndose del apoyo de la CIA, el comando Txiquia de ETA comenzó su túnel en la calle de Claudio Coello. Cuando el 20 de noviembre de 1973 el potente explosivo “C4”, fabricado en EE.UU. “para uso exclusivo de sus Fuerzas Armadas” acabó con la vida de Carrero Blanco, la CIA despejaba el camino para controlar el proceso de la transición. Fue la primera llave maestra de la operación. La segunda lo constituyó la “refundación” de un partido socialista que pudiera arrebatar la hegemonía del PCE en la izquierda española y contribuyera a su marginación.
Este entramado de financiación del PSOE fue destapado en 1990 por el semanario alemán “Der Spiegel” y fue tratado en el Bundestag. Pero llegó también al mismo Parlamento español. En sus Memorias, Santiago Carrillo recuerda su intervención en la Comisión creada en el Congreso de los Diputados para la investigación del “affaire Flick”, apellido del propietario de una empresa germana condenado por el Tribunal de Nuremberg como criminal de guerra nazi. En los años setenta, la “Corporación Flick” había contribuido con más de dos millones de marcos a las donaciones de la Fundación Ebert que, a su vez, las había derivado hacia el  PSOE. Cuando Carrillo preguntó cómo era posible que su empresa, sin afinidad ideológica alguna con el PSOE, lo hubiera financiado, el representante de “Flick”, Von Brauchitsch respondió sin inmutarse: “Tratábamos de cerrar el paso al comunismo. Y el partido mejor situado para hacerlo era el PSOE”.[20]En su obra “La CIA en España”, el periodista Alfredo Grimaldos relata pormenorizadamente todo ese vergonzoso proceso, desde el mismo viaje de Felipe González al Congreso de Suresnes, protegido por la propia CIA y el CESED, el servicio de inteligencia creado años antes por Carrero Blanco. Para que pudiera jugar su papel de derribo del PCE, el PSOE recibió apoyos y dinero de la CIA y de las mismas instancias del franquismo sin Franco. El ex presidente Leopoldo Calvo Sotelo reconocía en unas declaraciones a la Prensa su apoyo económico a los socialistas: “Creíamos que el PCE podía arrasar en votos. Tal era nuestra impresión que ayudamos con dinero para sus campañas al PSOE de Felipe González”. Pero las mayores cantidades llegaron a las arcas del PSOE desde la socialdemocracia alemana a través de varias fundaciones; de manera especial de la “Fundación Friedrich Ebert”, que lo recibía directamente de la CIA y de otras fuentes también interesadas en controlar la transición española.
A partir de ahí, el atentado a Carrero Blanco y la clave política de las actuaciones del PSOE encuentran una acabada explicación. El guión de ambos había sido escrito más allá del Atlántico. En los fríos despachos de la CIA, que prestó a los socialistas todo su apoyo para tratar de laminar al PCE primero y a IU después. El cumplimiento del pacto por el PSOE comenzó ya en la misma transición. Su boicot a la Junta Democrática liderada por el PCE y la creación de la Plataforma, primero, y las vacilaciones de Felipe González para aceptar la “fórmula Caramanlis”, dejando sin legalizar al PCE en las primeras elecciones general tras la dictadura, fueron sus primeras manifestaciones. Una vez en el poder, vendrían otras de mayor importancia aún. Entre ellas, su espectacular  viraje sobre la OTAN, desde su teatral “De entrada No”, hasta su nuevo eslogan “En interés de España, Sí”; su decidido “atlantismo” y su creciente “intervencionismo militar” en conflictos internacionales; o, en fin,  su sorprendente y sorpresiva conversión de Rota en base del componente naval del “escudo antimisiles” de EE.UU. y la OTAN. Éstas y otras medidas bien recientes, no son sino una expresión visible del pago agradecido al impasible “amigo americano” que le convirtió en una “alternativa controlada”. Tan controlada como la misma transición y la propia voladura por los aires del almirante Carrero Blanco, punto de arranque de todo un tortuoso proceso.
publicado en Crónica Popular

jueves, 29 de diciembre de 2011

LA OPERACIÓN BONO-PEDROJ PARA CONTROLAR EL PSOE SE DESINFLA


El Congreso del PSOE está realmente animado. Confirmadas las candidaturas de Rubalcaba y Chacón, esta no oficialmente, con las bases trabajando por recuperar en Jum el protagonismo que nunca debieron perder, parecía que tomaba cuerpo una tercera vía, la llamada “municipalista” que no era otra cosa que la operación de Bono y su amigo Pedro J para aupar al frente del PSOE a Emiliano García page.
Pero ocurre lo que debía ocurrir. Las maniobras orquestadas en distintas cenas en la residencia toledana de Bono, siempre con Pedro J como vocero de los acuerdos, en alguna ocasión con la sorprendente presencia del ya expresidente del Gobierno y a las que nunca fue invitado Barreda, han terminado despertando más sospechas que adhesiones y la operación Mirlo Blanco podría abortarse antes de que tomara cuerpo.
No es extraño que sea así. En el PSOE hemos aprendido a desconfiar de quienes venden su alma a dios y al diablo, aquellos que anuncian que se van pero no se despegan del poder ni con aceite hirviendo y, desde luego, conocemos muy bien al conspiranoico Pedro J, un personaje especialmente dañino para la izquierda desde que incubó la idea de que era objeto de persecución y acoso por Felipe González. Idea que le ha sentado muy bien a su carrera profesional, hasta el punto de terminar oficiando como gurú ideológico de los ultracentristas desde un más que mortecino Diario 16.
Las sospechas de no pocos alcaldes socialistas, las reticencias de muchos de ellos a estampar su firma en el documento municipalista que más parece buscar, eso sí, de forma soterrada, la promoción del alcalde toledano, Emiliano García-Page, ha llevado al alcalde de Vigo, Abel Caballero, redactor del documento e impulsor de la reunión celebrada recientemente en Ferraz, a desmentir que tenga vocación de erigirse en una “alternativa” con vistas al Congreso Federal del PSOE.
Caballero ha afirmado públicamente que el documento ha sido remitido hace cuatro días a los 25 alcaldes que el 14 de diciembre se reunieron en la sede del PSOE en Ferraz. Pero hemos de aclarar, porque así me lo han confirmado algunos de los presentes, que no eran 25 sino 15 los alcaldes asistentes y que, a fecha de hoy, ninguno ha recibido el documento inicial con las aportaciones de los reunidos. Han pasado 15 días de aquella reunión y el globo se desinfla porque el grupo en lugar de crecer mengua.
El encuentro “municipalista” de Ferraz fue convocado por Abel Caballero aprovechando la reunión de la Federación de Municipios y Provincias, de la que el alcalde de Vigo es vicepresidente. Al mismo estaban convocados cerca de 30 alcaldes socialistas; acudieron la mitad, con ausencias tan notables como los regidores catalanes de Terrassa, actual secretario de PSC, Lleida, Sabadell y Tarragona, o los gallegos de Ourense y Lugo, ausencias llamativas viniendo la convocatoria de quien venía.
Entre los asistentes a la reunión, con la aireada presencia del alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, en el periódico de Pedro J, aupado a la condición de líder de la presunta “tercera vía”, los hay que ya se plantean desmarcarse del citado documento. Este es el caso del alcalde soriano, Carlos Martínez, que a pesar de defender el texto municipalista en un principio se ha decantado abiertamente por el manifiesto mucho PSOE por hacer. Ni las plataformas de apoyo a Rubalcaba y Chacón, ni el movimiento Bases en red ven con buenos ojos la operación apadrinada por Bono y apoyada abiertamente por Pedro J. Bien haría Emiliano García Page en apartarse de esas malas influencias si quiere tener opciones de jugar un papel destacado en el futuro del PSOE.
El predicamento municipalista es escaso. En Castilla La Mancha apenas representan al 0’5% de los ayuntamientos gobernados por el PSOE y el porcentaje se reduce si lo abordamos en términos estatales. Además, las ausencias de ediles sobresalen sobre las presencias y no sería extraño que alguno más de los firmantes, pienso en el alcalde de Valdepeñas, abandonase el grupo para buscar acomodo en un proyecto más afín a sus ideas.


miércoles, 28 de diciembre de 2011

MIRLOS BLANCOS Y TERCERAS VIAS


Conozco un mirlo blanco que más parece grajillo por estar tan cerca de las sotanas. No le es extraño el hábito conociendo al padrino. Puede que incluso envidie el destino soñado que nunca llegó a tener su protector. Aunque nunca es tarde, igual le resulta más fácil conseguirlo ahora que gobierna el PP y que la competencia de Vázquez se debilita por segundos. Si, habéis adivinado, algunos dirigentes del partido se disputan encarnizadamente la embajada en el Vaticano. Allí, entre tanto grajo, no dudo que se sentirán cómodos y expiarán fácilmente los pecados. Alguna ventaja comportará la cercanía a dios, pienso yo.
Volviendo al mirlo blanco, he leído unas declaraciones suyas que me han dejado perplejo. Venía a decir que para el partido es más ventajoso un líder con ideas propias que un partido con ideas y que lo urgente es encontrarlo. Después, el partido ya tendrá tiempo de asumir y desarrollar las ideas del líder.
Cuanto ingenio y sabiduría encierra su cabecita. Lástima que el tiempo de los Marx, Engels, Iglesias o Besteiro ya pasó y ahora es tiempo de Rubalcaba, Chacón, Madina, Fernández Aguilar, López… y, porque no, terceras vías. Eso sí, siempre que surjan de las bases porque estas no están ya para ninguneos y mucho menos para lideres infalibles. De esos, el último, se ha ido con Kim Jong Il.
El partido ahora necesita más democracia, más trabajo colectivo, mas contaminación con las opiniones de la calle, más sangre joven y más respeto para los que se han entregado por el proyecto socialista y han sabido irse con la frente alta y los bolsillos vacíos.
Traigo esto a cuento porque, aunque no he compartido algunas decisiones de Barreda y su equipo, si me siento obligado a reconocer que sus intenciones anteponían el sentido de Región al sentido de partido y que eso muy pocos son capaces de hacerlo. Se ha equivocado pero lo ha hecho honestamente, pensando en el interés general y no en el propio y ha sabido irse a pesar de una derrota mínima en la que ha sido más decisiva la política nacional que la autonómica.
Lo que no deja de sorprenderme es que tras los furibundos ataques del PP a la gestión y la persona del ex Presidente regional y aun Secretario General del PSCM-PSOE, el mirlo blanco y muchos otros han permanecido callados como si la cosa no fuera con ellos. Solo quien era considerado rival, Nemesio de Lara, ha tenido la decencia de reconocer los años de bonanza que el partido ha experimentado con José María Barreda al frente. Todo el partido en la provincia de Ciudad Real le ha acompañado en esa decisión.
La gran mayoría de quienes compartieron responsabilidades con Barreda miran hacia otro lado cuando insultan y menosprecian a su compañero y son incapaces de salir en defensa de su gestión. Parecen tener miedo a que les salpique la “supuesta” quiebra económica y que esto pueda poner en riesgo sus prometedoras carreras políticas.
Cada vez que Cospedal o un miembro de su gobierno justifica los duros recortes en la herencia de Barreda me suben los colores al observar que mis compañeros callan, y otorgan. Me parece indecente que nadie tenga la valentía de defender públicamente el grado de desarrollo y bienestar que alcanzó esta región y que eso, cuando no hay recursos suficientes, se consigue con solidaridad interterritorial, fondos comunitarios y emitiendo deuda. El error obviamente fue no mejorar antes la recaudación.
Castilla La Mancha puede presumir de haber mejorado notablemente sus infraestructuras de comunicación, de impulsar el crecimiento de sus servicios públicos al nivel de sociedades avanzadas, de llevar las NTIC a los rincones más recónditos de su territorio, de impulsar el desarrollo de las energías renovables, de garantizar que sus ciudadanos estaban cubiertos desde la cuna a la tumba, y ello a cambio de situarse como la sexta comunidad autónoma con más deuda, pero muy lejos de las cifras de Cataluña, Comunidad Valenciana o Madrid y por debajo de Andalucía y Galicia.
Siendo nuestro punto de partida el que era y teniendo en cuenta que la etapa Bono pasó con más pena que gloria sino es por las inversiones del Estado, bien podemos decir que ha merecido la pena este endeudamiento y que, de no haber sido por los furibundos ataques de los mercados y la complicidad de la derecha, con las medidas fiscales contempladas en el programa electoral se habría corregido la deuda en la actual legislatura.
¿Porque los diputados socialistas y los dirigentes provinciales han permanecido callados ante los ataques? Quizá porque sueñan calladamente ser el mirlo blanco que dará relevo al líder dimitido.
Pues si esa es su idea deben saber que las bases no estamos para mirlos (mucho piar y poco hacer) ni para palomos (siempre en las nubes), sino que estamos por recuperar lo que fuimos sin perder de vista el futuro y para ese proyecto cabe la síntesis entre la veteranía y el inconformismo de los más jóvenes. Hay mucho PSOE por hacer y si algo sobra son “pájaros”.

martes, 27 de diciembre de 2011

La mala salud de la monarquía

José Manuel Martín Medem || Periodista.
Publicado en Crónica Popular
¿Qué significa la foto sobre la mesita del fondo, durante el mensaje del rey, en la que Juan Carlos está escoltado por el presidente del PP y el secretario general del PSOE? ¿Van a un gobierno de coalición o hacia una manera todavía más bipartidista de gobernar para romper definitivamente el pacto de la transición y garantizar la continuidad de la monarquía?
rey_felipeLo mejor es jubilar a Juan Carlos y colocar en el trono al pánfilo Felipe.
En aquel pacto ofrecieron una democracia controlada y un poco de bienestar a cambio de la impunidad para el franquismo y para los negocios de la nueva oligarquía. No lo cumplieron (ley electoral, dominación de los medios de comunicación, concentración del poder económico y dependencia de Estados Unidos) y ahora lo rompen para imponer el golpismo financiero que ya ha violado la Constitución y va a cambiar el modelo de Estado mientras destruye la escasa protección social que tanto nos había costado conseguir.
Dice el rey en su mensaje de Navidad que su comportamiento debe ser “ejemplar”. No lo fue en el golpe constitucional del 23 de febrero de 1981 y no lo es ahora en el golpe de mercado contra la Constitución.
Dice también que “la justicia es igual para todos”. No es cierto. El artículo 14 de la Constitución establece que “los españoles son iguales ante la ley” pero el artículo 56 advierte que “la persona del rey no está sujeta a responsabilidad”.
El mensaje del rey asume (“con sinceridad y realismo”) el proyecto para transformar España (Informe Everis) que hace un año le anunciaron las grandes empresas y los bancos con mayor poder. La oligarquía le explicaba, en su manifiesto golpista (cambiar la Constitución sin pasar por las urnas), que “termina un ciclo y empieza otro que exige cambios estructurales urgentes para modificar el ámbito constitucional e imponer un nuevo modelo de Estado”. Es lo que el rey denomina en su mensaje “un planteamiento global cuyas líneas maestras y medidas concretas corresponde diseñar, desarrollar y aplicar a los responsables políticos y a los agentes económicos y sociales”. Sin contar ni con la voluntad popular ni con la soberanía nacional.
El Informe Everis exigía a los ciudadanos “capacidad de sacrificio” y el monarca advierte que “la recuperación exigirá sacrificios”. ¿Qué significan esos sacrificios? Lo que ya sabemos: que el más feliz no es sólo el que más tiene sino el que además paga menos impuestos. Los banqueros y los empresarios reclamaban la bendición de la Corona y el rey les anima en su mensaje a “trabajar con rigor y convicción”.
rey_capateroyrajoyMariano Rajoy se reune con Jose Luis Rodriguez Zapatero para el traspaso de funciones. ©Partido Popular
No es una casualidad que el abogado José Manuel Romero Moreno, encargado por el rey Juan Carlos de investigar el daño que le podían hacer a la Corona los negocios de Urdangarin, sea precisamente el secretario del patronato del Real Instituto Elcano que preside el príncipe Felipe y que se financia con las aportaciones de la gran banca y de las empresas más fuertes. El club de los privilegiados (los mismos del Informe Everis) que orienta las políticas para el golpe de Estado del gran poder contra la democracia.
El nuevo pacto puede ser el del rey con el poder económico y sus gestores políticos. Si en la transición la monarquía necesitaba un poco de democracia para establecerse, ahora a la oligarquía sólo le sirve el rey si colabora en la operación para imponer una nanodemocracia y un bienestar bonsái.
Un poco de democracia en la transición para que arrancase la monarquía y ahora menos democracia todavía para su continuidad. Tienen que resolver lo que el rey reconoce cuando dice en su mensaje de Navidad que “me preocupa enormemente la desconfianza que parece estar extendiéndose en algunos sectores de la opinión pública respecto a la credibilidad y prestigio de algunas de nuestras instituciones”. Pero tienen un problema. En el gran poder emerge la opinión de los que consideran que, para que no aumente peligrosamente el desprestigio de la monarquía por el procesamiento y posible condena de Urdangarin, lo mejor es jubilar a Juan Carlos y colocar en el trono al pánfilo Felipe.
La situación económica no puede mejorar con el golpe de Estado financiero y la salud de la monarquía tampoco a pesar de que el rey presuma de “mi salud, felizmente recuperada”. Dime lo que me niegas y estaré más seguro de lo que me parece. En Zarzuela hay mala salud política y personal. En Moncloa saben que la economía va a reventar. La foto de la que hablaba al principio significaría que en el gran poder piensan que puede llegar a ser necesario un gobierno de coalición (o alguna otra forma de colaboración bipartidista) para desmontar la democracia en beneficio de los negocios y de la sucesión en la monarquía. Sin olvidar que, cuando no le sirva, la derecha política y económica dejará caer a la Corona.

domingo, 25 de diciembre de 2011

PERDONEN SI HOY DIGO LO QUE PIENSO…


Como es 25 de diciembre y anoche me di a los placeres de un buen vino se me ha soltado la pluma. Ocurre, como saben ustedes, que solo los niños y los borrachos dicen la verdad, por eso, perdonen si digo lo que pienso…
Es cierto que las aguas bajan algo revueltas en el PSOE pero no menos que en el resto de los partidos, ¿o acaso están las cosas más tranquilas en IU? No parece que así sea tras el fiasco de Extremadura y la decepción de Llamazares por ser relegado a labores de escribano en el grupo parlamentario. Desde entonces se esfuerza en impulsar Izquierda Abierta incluso en territorio comanche: Sevilla.
Volviendo al PSOE diré que, por mucho interés que pongan los plumillas de la derecha, aquí se resuelven las cosas de forma civilizada, sin hacernos sangre, incluso cuando se nos amenaza con el caos o yo respondemos con inteligencia: nos tragamos el Felipazo y las renuncias que conlleva. Somos supervivientes, sabemos adaptarnos como nadie a las exigencias del cambio climático… no todos podrán decir lo mismo…
No corren buenos tiempos para los borbones. Resulta que andan los ayuntamientos copiando la estrategia del añorado 14 de abril, proclamándose municipios republicanos y les hace más daño el enemigo en casa. Los republicanos lo hemos sabido hacer, les hemos metido tres cuñas de buena madera, dos yernos y una nuera de armas tomar.
El primero de ellos, nobleza obliga, vestía y actuaba como un Borbón, si cabe era el más Borbón de todos ellos, aunque a veces se le iba la mano al empolvarse y puso en peligro su salud. La casa real, en lugar de actuar como una familia unida aprovecho la riqueza del castellano para resolver el asunto con un “alejamiento transitorio en la convivencia familiar” y quitarse el marrón. Cualquiera de nosotros hubiéramos acompañado al enfermo hasta su cura total, pero nosotros no somos borbones y no tenemos que cuidar los intereses del Estado por encima de los de nuestra familia…, o era al revés…, con las cosa de la corona siempre me lio, será la falta de costumbre.
El segundo regalito que les hicimos era un as del deporte, el primero de la clase, tenía que ser así para ser buen caballo de Troya, un chico guapote, listo y ágil para los negocios. El novio que cualquier madre sueña para su hija, así era Urdangarin y Sofía no pudo resistir la tentación de que Cristina paseara de su brazo. Pero la avaricia rompe el saco, es el sino de las monarquías, y lejos de conformarse con las aportaciones del erario público y un buen puesto de trabajo en EE.UU, los Duques de Palma, además de nobles, quisieron ser multimillonarios y Urdangarin, el mejor en todo, se puso a ello con interés. Tanto empeño puso que no le dolieron prendas en reunirse con Esquerra Republicana y pedirles que contribuyeran a su noble causa. Tanto acumular riquezas llamó la atención de todo el mundo menos de su real familia y así habría seguido la cosa de no ser por que la cosa llegará a los juzgados además de a las portadas. Ahora, desterrados en Nueva York, han pasado las navidades separados de su real familia y “sumidos en la tristeza”.
La tercera cuña es la más plebeya, lista hasta niveles de superdotada. Poquita cosa en lo físico pero sobrada de carácter y ganas de aprender. Siendo republicana de origen se empeña, con la fe del converso, en ser la más monárquica de la familia. A Felipe le controla los discursos y la agenda, solo le permite alguna escapadilla de cuando en cuando para que se realice como Borbón. Hablando de escapadillas, no hace mucho me contaron segundas personas que a un político castellanomanchego le salió gratis su crucero por los fiordos noruegos gracias a su “oportuno” encuentro con el principito. El Borbón le pidió discreción y se hizo cargo de la factura. Ahora podemos decir que al senador no solo le pagamos el jornal, también le hemos pagado el crucero.
Tres matrimonios y dos argumentos para los republicanos y uno para los monárquicos recalcitrantes. Y la corona en sus días más bajos de popularidad, cómo será la cosa que Juan Carlos en su discurso de anoche eligió una fotografía de Zapatero y Rajoy antes que a la propia familia. ¿Será consciente Juan Carlos que con él llega a su fin la dinastía de los borbones?
Ya que se me ha soltado la lengua quiero dedicar unas líneas al primer gobierno Rajoy, ese al que la prensa ultracentrista rinde pleitesía y la derecha nacionalista adora. A mí por el contrario me parece que solo un humorista como Mariano tiene tanto acierto en adjudicar carteras: un fabricante de armas para defensa, un glotón para agricultura, una Matahari para controlar los espías, una apellidada Mato para sanidad, uno apellidado Guindos, ex Lehman Brothers, para economía, una apellidada Pastor para Fomento, el economista ninguneado por la banca para Hacienda… todo un elenco de estrellas que no hará sombra al astro principal. Podríamos bromear con aquello de “caerse de un guindo” o de “matar” pero ya no me quedan ganar de reír.
Madrid, cuanto te hacen sufrir los madrileños. Otra Botella al poder. No tuvimos bastante con aquel llamado Pepe y bautizado "Botella" por la retranca madrileña que dos siglos después, también sin ser elegida directamente, una Botella auténtica, de pedigrí, vuelve a regir los destinos de la capital del reino. Ya no cabe aquello de Madrid al cielo, ahora toca lo "de Madrid a la taberna".

sábado, 24 de diciembre de 2011

ALLÍ ESTUVIMOS TOD@S, ALGUN@S SOLO EN EL CARGO


Ciertamente allí estuvimos tod@s, allí continuamos más de siete millones de españoles y allí quieren llegar los que se quedaron esperando. También es cierto que estar allí no comporta tener la misma responsabilidad, algún@s tienen responsabilidades de decisión, otr@s tienen responsabilidad de omisión y la inmensa mayoría tenemos responsabilidad por haber permitido ser invisibles a los ojos de los cargos públicos y los dirigentes del partido.
Estar allí no nos impide valorar las decisiones tomadas por un@s poc@s, ejecutadas por algún@s de quienes presumen haber estado allí y padecidas por la inmensa mayoría. Para evaluarlas no es preciso dejar correr el tiempo, eso querrían ellos. Muy al contrario, es oportuno valorarlas ahora, cuando aún se sienten sus consecuencias, bien en forma de abultada derrota o bien en forma de adelgazamiento de los derechos sociales. El olvido es mal consejero para corregir errores.
Nadie reniega del apoyo dado a las políticas aplicadas en la primera legislatura y tampoco de los errores cometidos en el tramo final de la segunda. Al contrario, podemos decir orgullos@s que fuimos nosotr@s quienes nos enfrentamos cara a cara con el desgaste y el descredito. Es a nosotros a quienes se han dirigido los vecinos, los amigos, los familiares… pidiendo explicaciones por los recortes. -¡Basta de paños calientes compañer@s, reducir salarios, congelar pensiones y desregular derechos laborales son recortes!-. Tenemos todo el derecho a ejercer la crítica porque hemos sido obligados a actuar como cómplices cuando en realidad estábamos siendo víctimas. La diferencia entre nosotr@s y vosotr@s es que mientras vostr@s pisabais moqueta y aeropuerto, nosotros pisábamos las calles, los bares del pueblo y los centros de trabajo. Nosotr@s si estuvimos allí y seguimos estando aquí a que os dignéis a escuchar lo que pensamos y queremos hacer con nuestro partido.
Es falso que la crisis exija una única salida. Vosotr@s sabéis que había una salida progresista y tan solo había que escuchar voces distintas a las del FMI, BCE y Goldman Sachs. ¿Por qué no escuchasteis a los premios Nobel que reclamaban soluciones Keynesianas? ¿Por qué no seguisteis el modelo aplicado por Roosevelt para salir del Crack del 29? Y si os sentíais incapaces de enfrentaros a las decisiones de los mercados ¿Por qué no disolvisteis las cortes y convocasteis elecciones anticipadas? Es cierto que en Grecia e Italia los mercados han suplantado a la democracia, pero ¿estáis en condiciones de asegurar que los españoles hemos votado sin ataduras y que esos mercados que ahora tanto os preocupan no han influido en el resultado de nuestras elecciones? ¿No hemos entregado casi gratuitamente el poder a la derecha? ¿No hemos puesto a los más débiles a los pies de los caballos? No he escuchado ni leído nada que indique que os habéis equivocado y nos habéis arrastrado a tod@s en vuestro error.
Vuestro sentido de la autocrítica es mínimo, si acaso dos líneas en vuestro manifiesto. Pero, eso sí, invitáis a los demás a no olvidar que fuimos complacientes y coparticipes con las decisiones tomadas por vosotros. Quiero dejar claro que estar allí no es compartir las decisiones y que callar y hacer es, la mayoría de las veces, sentido de la responsabilidad. De eso, de sentido de la responsabilidad las bases del partido estamos sobrados. No sé si tod@s podemos presumir de ello. Os recuerdo que la militancia consiste en asumir las decisiones de los órganos del partido, aunque no las compartas, y defenderlas como tuyas. En ello pusimos todo el empeño aun a costa de enfrentarnos a los sindicatos, a los empleados públicos, a los pensionistas…etc. Tened en cuenta que la sangría no fue mayor porque nos empleamos a fondo en la labor de explicar que “estábamos allí”.
Es cierto, como decís en vuestro manifiesto, que la victoria tiene mil padres y la derrota ninguno y que esta derrota es tan amplia como colectiva. Podría afirmar que sois buen ejemplo de ello pero no lo haré, pero si me siento obligado a recordar que a algunos nos ganó la crisis y los errores de otros y a algunos les viene ganando el PP desde hace tiempo.
Creo sinceramente que es tiempo de dar ejemplo por una vez, de escuchar y de saber dar un paso atrás y facilitar el paso a la renovación que los militantes reclamamos. Apartarse, ser neutral, y colaborar en la renovación si se le pide es lo que está dispuesto a hacer José Luis Rodríguez Zapatero. Sería bueno que no hablarais en su nombre y tampoco en el nuestro. Seguid su ejemplo y poner vuestras energías al servicio del partido. Tod@s estuvimos allí y tod@s tenemos que estar aquí

viernes, 23 de diciembre de 2011

PRIMER GOBIERNO DE RAJOY Y PRIMERA GRAN DERROTA DE COSPEDAL


Vista la alineación con la que Mariano Rajoy quiere jugar los primeros partidos de la temporada es visible que hay una gran triunfadora y una gran derrotada. La primera es Soraya Sáenz de Santamaría y la segunda María Dolores de Cospedal. Algunos piensan que su permanencia en el cargo de Secretaria General no pasará del próximo febrero y que será González Pons quien le de relevo en el cargo. En fin, una patada en el trasero como agradecimiento a los servicios prestados.
Lo cierto es que las alarmas se han encendido en el Palacio de Fuensalida y entre los populares de Castilla la Mancha al comprobar que su “lideresa”, María Dolores Cospedal, ha perdido las gracias de Mariano Rajoy y ha sido incapaz de colocar en el nuevo Gobierno a uno de los suyos. Parece que el talante conciliador que impulsa ahora Rajoy no precisa del verbo inquisitorial y calumniador de Cospedal.
Y la derrota ha sido más amarga al comprobar in situ, el precio de ser Secretaria General la obligó a estar presente en la toma de posesión, cómo su “amada enemiga”, Soraya Sáenz de Santamaría, concentra todo el poder en un Gabinete, donde no tiene más competidores que el propio Rajoy. La vicepresidenta ha tenido varios roces con Cospedal, el último fue en el debate del Estado de la Nación, cuando la Secretaria General exigió el sillón contiguo a Rajoy en el Congreso de los Diputados y desplazó a la entonces portavoz parlamentaria. Una actitud prepotente que molestó mucho a Sáenz de Santamaría y que será difícil que olvide.
Además, Cospedal ha visto como Ana Mato, otra de sus rivales, se sienta en el Consejo de Ministros tras arrebatarle en los últimos tiempos las funciones de Secretaría General. Recordemos que la ahora ministra de Sanidad llevó el peso organizativo del partido en detrimento de la presidenta de Castilla-La Mancha, que en los últimos seis meses ha perdido protagonismo y, lo que más le duele, ya no son tan frecuentes sus videos cocinados porque a pocos interesa ahora su discurso nacional.
Otro signo de la derrota es que Castilla La Mancha no está representada en el gobierno de España. Cospedal intentó hasta el último momento colocar en el Gobierno a alguien de su confianza, concretamente al presidente de la Diputación de Toledo y diputado por esta provincia, Arturo García Tizón, cuyo nombre sonaba para ocupar la cartera de Justicia, en la que no ha podido competir con un rival de la talla de Alberto Ruiz Gallardón. Mariano Rajoy rechazó la propuesta de su “número dos”, descartando para su Gabinete al diputado toledano. El descarte de García Tizón supone para Cospedal una contundente desautorización y la prueba evidente de que ha perdido poder e influencia en su partido, lo que probablemente le pasará factura también en Castilla-La Mancha. Ahora es accesible para quienes no aprueban el ninguneo que viene haciendo a los cuadros populares de la región. Y es que los afines a Cospedal tendrán que conformarse con algún puesto en niveles de secretaría de Estado o dirección general ministerial.
El golpe definitivo para Cospedal podría darse en Sevilla si Esteban González Pons, otro de los descartados por Rajoy para entrar en su primer Gobierno, es impulsado a la Secretaría General en el congreso que el Partido Popular celebrará el próximo mes de febrero. De esta forma, el valenciano sustituiría a María Dolores Cospedal, que quedaría relegada a la condición de “baronesa territorial”. Se espera que González Pons ejerza desde ahora como número dos en la sobra al absorber las competencias de la Vicesecretaría de Organización, que tan exitosamente parece haber gestionado Ana Mato. Si esta decisión se hace realidad en Sevilla; si González Pons se convierte en el hombre fuerte del partido, Cospedal pasará a ser una exiliada en tierra extraña, ya que es conocida su pereza en recorrer las carreteras de Castilla-La Mancha y conocer sus dos mil pueblos. Su relevo en la dirección nacional del partido la relegara a una labor que ha considerado el trampolín para su ascenso a la categoría nacional. A ella y a su marido, la liga regional les viene pequeña.
Vosotros, que no sois castellanomanchegos, podéis afirmar aquello de “y a mí que me importa que Cospedal sea la gran derrotada”, pues a nosotros en Castilla La Mancha sí que nos importa porque hemos pasado de la ilusión por verla en Moncloa a tener que padecerla al menos cuatro años.

La revolución no ha cambiado el trato a las mujeres en Egipto

Mercedes Arancibia || Periodista.
Diez meses después de que la revolución egipcia expulsara de sus cerca de 30 años de poder a Hossni Mubarak, y cuando se están celebrando las primeras elecciones legislativas democráticas, la población ha vuelto a la Plaza Tahrir, esta vez para pedir que se vayan los militares que son quienes actualmente detentan el poder. Desde el 17 de diciembre de 2011, aniversario de la inmolación en Túnez de Mohamed Bouazizi, vendedor callejero de frutas y legumbres y primer mártir de la primavera árabe, los indignados egipcios vuelven a enfrentarse a la policía militar, que en un solo fin de semana ha causado hasta dieciocho muertos en el país (Alejandría y Suez también se suman a las protestas), una cifra reconocida por el Primer Ministro Kamal El Ganzouri,  mientras los jóvenes egipcios estaban acampados delante de la sede del gobierno, protestando por su nombramiento. No es más que un pelele de los militares, evidentemente: pocos minutos después de que en una conferencia de prensa asegurara que el ejército no iba a atacar a los manifestantes, los soldados prendían fuego a las tiendas de los acampados en la Plaza Tahrir.
mujeregiptovLas mujeres se manifestaron desde los primeros días.©Joseph Hill
El pueblo egipcio empieza a convencerse de que una cosa son las declaraciones y otra muy distinta los hechos; y los hechos – “por ellos los conoceréis”- les demuestran que el ejército no está dispuesto a dejarse arrebatar el poder que ha mantenido desde los tiempos de Nasser (años 1950/1960), con la excusa de ser el garante del estado laico. Y acusa al ejército de perpetuar el sistema represivo heredado de Mubarak para conservar el poder, a pesar de las promesas de democratización.
Pero lo que los últimos acontecimientos han sacado a la luz, por encima de todo, es la evidencia de que cuando las cosas se ponen feas las mujeres siguen siendo las principales víctimas. La fotografía de esa joven tirada en el suelo, medio desnuda , apaleada y arrastrada por un grupo de militares que la rodean en la Plaza Tahrir, ha dado la vuelta al mundo, gracias primero a las redes sociales y después a los medios de comunicación convencionales, obligando al conservador nuevo gobierno egipcio a reaccionar y al siempre impune ejército del país a pedir disculpas “por el trato a las mujeres durante los enfrentamientos con los manifestantes” ante el Parlamento y la sede del gobierno. Excusas  materializadas en un comunicado del Consejo Superior de las Fuerzas Armadas, del 20 de diciembre de 2011, donde se promete que los culpables “rendirán cuentas”,  pocas horas después de que una manifestación de 2.000 mujeres denunciara en El Cairo el trato recibido por “algunas manifestantes”.
Un trato que se denuncia por sí solo, sin necesidad de intermediarios, en la foto  que todos hemos visto de un soldado agarrando a una mujer del pelo mientras otro la amenazaba con una porra (quien sabe lo que ocurrió en el  instante siguiente al flash) y en las mencionadas imágenes de la joven en sujetador tirada en la calzada, que ha merecido la condena del Alto Comisario de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay –quien estos días debe estar abrumada de trabajo distribuyendo condenas que van de Egipto a Siria, pasando por Yemen o Bahrein-, así como de los mandatarios europeos que siguen de cerca los acontecimientos desencadenados ahora por los resultados de las complicadas elecciones en Egipto (en estos últimos días de diciembre se está celebrando la segunda parte de esos comicios, y aún queda una tercera para enero de 2012), en las que están ganado de largo los islamistas, Hermanos Musulmanes y salafistas, los segundos más fundamentalistas que los primeros pero ambos muy ortodoxos y conservadores; y también del gobierno Obama; Hillary Clinton ha dicho que esos comportamientos “deshonran al Estado egipcio”.
El ejército se defiende asegurando que se trata de un incidente aislado y, naturalmente, acusando de todo a los manifestantes, usando el consabido recurso de que la mejor defensa es un buen ataque: “Desde el comienzo de la revolución, algunas fuerzas malévolas intentan sembrar el caos en Egipto y enfrentar al ejército con el pueblo”. Palabra de general tres estrellas. “¿Qué sienten ustedes cuando ven arder ante sus ojos a Egipto y su historia?”, se pregunta el general retirado Abdel Moneim Kato, consejero del ejército, en una entrevista en el diario Al Chorouk, y a continuación pasa a denunciar a los “vagabundos que merecerían arder en los hornos crematorios de Hitler”. Métodos expeditivos, sin rubor. El Primer Ministro le secunda: “Los que están en Tahrir no son los jóvenes de la revolución, afirma Ganzuri, es una contrarrevolución”. Al mismo tiempo han dimitido  once de los treinta miembros de un “consejo consultivo” creado por el ejército para dialogar con las fuerzas políticas: habían hecho algunas recomendaciones que nadie ha escuchado y dimiten en protesta por la actitud del poder frente a los manifestantes.
Sin embargo, y pese a las disculpas, el  trato que el ejército ha dado a la luz del día a la mujer de la Plaza Tahrir no puede sorprender en un país donde el acoso a las mujeres es moneda corriente. En noviembre de 2011 se produjo la agresión sexual de dos periodistas extranjeras. Tras una noche pasada en el Ministerio del Interior, Mona Eltahawy, bloguera americano-egipcia, acusó en la CNN a la policía egipcia de agredirla sexualmente, después de darle una paliza.  En febrero de 2011 varios hombres violaron a la periodista Lara Logan, de CBS, después de que la rodearan más de 200 personas (evidentemente hombres) que estuvieron “presenciando” como se cometía el delito. Reporteros sin Fronteras pidió entonces a los medios que no enviaran mujeres a cubrir los acontecimientos de Egipto.
Este tipo de comportamiento lo denunciaba, el otoño pasado, la película El Cairo 678, y Crónica Popular (http://www.cronicapopular.es/?p=267) se sumaba a la denuncia en una reseña: “El Cairo 678, denuncia el acoso sexual en la sociedad egipcia. La 678 es una línea de autobús de la capital… El número, para el director de la película, representa también el crescendo de la trama que,  basada en hechos reales, es la historia de tres mujeres que sufren  acoso sexual, al parecer una práctica muy habitual en El Cairo donde hombres de todos los estamentos sociales se meten un limón en el bolsillo del pantalón y a continuación se restriegan contra la primera mujer que encuentran a su alcance; el limón es la coartada, si la mujer protesta le echan la culpa de lo que “ha pensado que ocurría”. Excusas no, excusas los hombres egipcios, al menos los hombres egipcios de esta película, no piden nunca. A lo largo de las dos horas de proyección, de todo el género masculino que desfila por la trama se salva solamente un tipo, novio de una de las protagonistas, empleado de banca de oficio y cómico de vocación, que en el último momento da un paso al frente y se sitúa junto a la mujer que ama en la denuncia del acosador.
“Son tres víctimas del acoso sexual de los depravados viajeros del autobús pero también víctimas de la incomprensión de las personas más cercanas, padres, maridos, familia política, el comisario de policía y el oficial del juzgado: algunos de ellos actúan solamente en función del qué dirán los allegados, qué dirán los medios y qué dirá la sociedad egipcia, tan machista, tan profundamente machista que acusa de provocadora a una mujer que se sube al autobús con una falda hasta el suelo y el niqab cubriéndole cabeza y torso; otros lo hacen teledirigidos por convicciones supuestamente morales y religiosas. Les mueva lo que les mueva, tanto los primeros como los segundos se colocan siempre en contra de la víctima …El principal mérito de la película es haber roto el silencio –como dice su director, Mohamed Dabi- denunciado un tema absolutamente tabú en Egipto, el del acoso sexual “tolerado” que padecen la mayoría de las mujeres del país, y haberse hecho eco de la primera denuncia judicial presentada por acoso en el país”.
Una encuesta realizada en 2008 por el Centro Egipcio para los Derechos dela Mujerconfirmó que el 98% de las extranjeras y el 83% de las egipcias habían sido víctimas de incidentes de acoso sexual, que iban desde simples tocamientos a ataques violentos”.
Para ayudar a las mujeres a protegerse contra los hombres que las acosan (sobre todo en El Cairo) se ha creado un servicio al que pueden enviar un sms denunciando al acosador. Y en la página harassmap.org se está diseñando, con las informaciones facilitadas por mujeres, un mapa de “lugares peligrosos”.
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Cuando las cosas se ponen feas las mujeres siguen siendo las principales víctimas.©Lokha

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SUMAR, EL ENÉSIMO DISPARO DE FOGUEO CONTRA EL RÉGIMEN DEL 78

Tras la muerte de Franco, ninguno de los movimientos de izquierdas impulsados desde el PCE ha puesto en riesgo el sistema, es más, ni siquie...