viernes, 23 de diciembre de 2011

PRIMER GOBIERNO DE RAJOY Y PRIMERA GRAN DERROTA DE COSPEDAL


Vista la alineación con la que Mariano Rajoy quiere jugar los primeros partidos de la temporada es visible que hay una gran triunfadora y una gran derrotada. La primera es Soraya Sáenz de Santamaría y la segunda María Dolores de Cospedal. Algunos piensan que su permanencia en el cargo de Secretaria General no pasará del próximo febrero y que será González Pons quien le de relevo en el cargo. En fin, una patada en el trasero como agradecimiento a los servicios prestados.
Lo cierto es que las alarmas se han encendido en el Palacio de Fuensalida y entre los populares de Castilla la Mancha al comprobar que su “lideresa”, María Dolores Cospedal, ha perdido las gracias de Mariano Rajoy y ha sido incapaz de colocar en el nuevo Gobierno a uno de los suyos. Parece que el talante conciliador que impulsa ahora Rajoy no precisa del verbo inquisitorial y calumniador de Cospedal.
Y la derrota ha sido más amarga al comprobar in situ, el precio de ser Secretaria General la obligó a estar presente en la toma de posesión, cómo su “amada enemiga”, Soraya Sáenz de Santamaría, concentra todo el poder en un Gabinete, donde no tiene más competidores que el propio Rajoy. La vicepresidenta ha tenido varios roces con Cospedal, el último fue en el debate del Estado de la Nación, cuando la Secretaria General exigió el sillón contiguo a Rajoy en el Congreso de los Diputados y desplazó a la entonces portavoz parlamentaria. Una actitud prepotente que molestó mucho a Sáenz de Santamaría y que será difícil que olvide.
Además, Cospedal ha visto como Ana Mato, otra de sus rivales, se sienta en el Consejo de Ministros tras arrebatarle en los últimos tiempos las funciones de Secretaría General. Recordemos que la ahora ministra de Sanidad llevó el peso organizativo del partido en detrimento de la presidenta de Castilla-La Mancha, que en los últimos seis meses ha perdido protagonismo y, lo que más le duele, ya no son tan frecuentes sus videos cocinados porque a pocos interesa ahora su discurso nacional.
Otro signo de la derrota es que Castilla La Mancha no está representada en el gobierno de España. Cospedal intentó hasta el último momento colocar en el Gobierno a alguien de su confianza, concretamente al presidente de la Diputación de Toledo y diputado por esta provincia, Arturo García Tizón, cuyo nombre sonaba para ocupar la cartera de Justicia, en la que no ha podido competir con un rival de la talla de Alberto Ruiz Gallardón. Mariano Rajoy rechazó la propuesta de su “número dos”, descartando para su Gabinete al diputado toledano. El descarte de García Tizón supone para Cospedal una contundente desautorización y la prueba evidente de que ha perdido poder e influencia en su partido, lo que probablemente le pasará factura también en Castilla-La Mancha. Ahora es accesible para quienes no aprueban el ninguneo que viene haciendo a los cuadros populares de la región. Y es que los afines a Cospedal tendrán que conformarse con algún puesto en niveles de secretaría de Estado o dirección general ministerial.
El golpe definitivo para Cospedal podría darse en Sevilla si Esteban González Pons, otro de los descartados por Rajoy para entrar en su primer Gobierno, es impulsado a la Secretaría General en el congreso que el Partido Popular celebrará el próximo mes de febrero. De esta forma, el valenciano sustituiría a María Dolores Cospedal, que quedaría relegada a la condición de “baronesa territorial”. Se espera que González Pons ejerza desde ahora como número dos en la sobra al absorber las competencias de la Vicesecretaría de Organización, que tan exitosamente parece haber gestionado Ana Mato. Si esta decisión se hace realidad en Sevilla; si González Pons se convierte en el hombre fuerte del partido, Cospedal pasará a ser una exiliada en tierra extraña, ya que es conocida su pereza en recorrer las carreteras de Castilla-La Mancha y conocer sus dos mil pueblos. Su relevo en la dirección nacional del partido la relegara a una labor que ha considerado el trampolín para su ascenso a la categoría nacional. A ella y a su marido, la liga regional les viene pequeña.
Vosotros, que no sois castellanomanchegos, podéis afirmar aquello de “y a mí que me importa que Cospedal sea la gran derrotada”, pues a nosotros en Castilla La Mancha sí que nos importa porque hemos pasado de la ilusión por verla en Moncloa a tener que padecerla al menos cuatro años.

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