Marcel Felix de San Andrés || Periodista
Nació como Centro de Excelencia de formación de alto nivel tecnológico, la cortejaban entidades públicas y privadas de toda España, había colas para integrarse en su patronato… eran tiempos de vacas gordas y Castilla La Mancha cerraba el triángulo que la hacía protagonista en el sector aeronáutico español: Aeropuerto Central Ciudad Real, Eurocopter y Fundación Virtus.
La Fundación Virtus de Puertollano ha pasado de la gloria al calvario en un abrir y cerrar de ojos. Bastó que Cospedal pusiera los ojos en ella, junto al aeropuerto Central Ciudad Real y a la intervenida Caja de Castilla La Mancha, para transitar de un pasado esplendoroso al futuro más negro. A favor de Cospedal cuentan los errores de gestión y un agujero económico ocasionado por sobresueldos no autorizados en el patronato de la Fundación, así como importantes contratos formativos que el tiempo mostró ineficaces. No bastaron para aplacar a Cospedal los plenos monográficos celebrados por las cortes regionales y el Ayuntamiento de Puertollano. Tampoco el despido del anterior equipo directivo y la suspensión de todos los contratos firmados por él.
Ahora, los alumnos de Fundación Virtus miran su futuro con preocupación. Acaban de dejar un encierro en las instalaciones de la Fundación y deambulan del Ayuntamiento a la Junta de Comunidades y de las aulas de Virtus a la sede local del PP buscando solución a su problema. Llevan desde octubre de 2011 esperando una respuesta que les evite tirar dos años de su vida por la borda. Y es que sin las licencias que otorga Aviación Civil su titulación es una de tantas y no resulta atractiva para las empresas de mantenimiento de aviones.
La crisis también ha jugado en contra de la Fundación. Poco a poco se fueron desentendiendo de ella numerosos patronos, unos acuciados por problemas de liquidez, CCM porque fue intervenida y sometida a un riguroso control del gasto, la Junta de Comunidades porque necesitaba cuadrar sus balances, el aeropuerto y CEOE porque apenas podían atender facturas de gastos corrientes. Así, uno tras otro dejaron solo al Ayuntamiento de Puertollano en un ejercicio de funambulismo que, tras las pasadas elecciones autonómicas, tenía esperando al final del cable al gobierno de Cospedal. Desde entonces los problemas no han dejado de crecer y el Ayuntamiento se ha visto obligado a ceder a la Consejería de Educación todas las competencias e instalaciones de la Fundación Virtus.
El origen del problema
Fue en la reunión celebrada en Toledo el pasado 31 de agosto, forzada por la presión de profesores, alumnos y representantes sindicales, en la que se acordó que el Ayuntamiento cedería a la Consejería de Educación las instalaciones utilizadas por la Fundación Virtus, así como las enseñanzas impartidas en ella. El Consejero se comprometió a enviar al ayuntamiento el documento de cesión que deberían firmar ambas instituciones. Previamente, Eva Morales, concejal socialista y gerente de la Fundación, recordó al Consejero que su gobierno tenía pendiente con Virtus una deuda de 580.000€ correspondientes al curso 2010-2011 y que de la Fundación dependían contractualmente el personal docente y el administrativo. El Consejero aseguró que se subrogaría todo el personal y que atenderían los pagos pendientes.
Pese al acuerdo y con la urgencia por el inicio del curso 2011-2012, desde el ayuntamiento de Puertollano se tuvo que insistir mucho para que llegara el texto del convenio. Finalmente, el 8 de septiembre, coincidiendo con la patrona de la localidad, llegó el esperado escrito. El 14 del mismo mes, el ayuntamiento acordaba en Junta de Gobierno ceder las instalaciones y las licencias B1.1 y B1.2 atendiendo las demandas de la Consejería. Dos días después se le remitía firmada la documentación requerida.
Concentracion de alumnos de Virtus ante la sede del PP en Puertollano. ©Paris Félix
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Llegan las sorpresas
Transcurridos los primeros días de octubre la Consejería de Educación hace público que las enseñanzas impartidas en la Fundación Virtus pasaran a impartirse en el IES Virgen de Gracia, en lo que parecía ser una retractación de los acuerdos del 31 de agosto. El 10 de octubre se recibe en la Fundación un fax de Aviación Civil comunicando que los días 2 y 3 de noviembre se desplazará a las instalaciones de Virtus un equipo de técnicos para auditarlas y renovar las licencias B1.1 y B1.2. El 16 de octubre se comunica a la Consejería esta incidencia y se la advierte que de no cumplir los requisitos establecidos se podrían perder las licencias.
La apatía de la administración regional obliga al Ayuntamiento a darle un ultimátum para que antes del 14 de noviembre subrogara los contratos dependientes de la Fundación y los seguros de los alumnos que cursan prácticas en distintas empresas. La subrogación es requisito imprescindible para que Aviación Civil renueve las licencias que en su día otorgó a la Fundación; las licencias B1.1 y B1.2 son el elemento que da valor a las enseñanzas aeronáuticas impartidas y reconocen las empresas como certificados de profesionalidad. Además, de no cumplirse el requisito de la subrogación se tendría que interrumpir la formación de Técnicos de Mantenimiento de Aeronaves (TMA) y los alumnos solo obtendrían el título de ciclo formativo, como en cualquier otro centro. La competitividad de Fundación Virtus estriba precisamente en el convenio suscrito con Aviación Civil para impartir formación especializada y acreditada ante el sector aeronáutico público y privado, mediante las citadas licencias.
Protesta de alumnos de Fundacion Virtus en el salón de plenos del ayuntamiento de Puertollano. ©Paris Félix
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Las causas de la suspensión de la Licencia
Los inspectores de Aviación civil realizaron a principios de noviembre la correspondiente auditoria anual a Fundación Virtus. En su informe han constatado que la falta de liquidez y la renuncia expresa que hizo la Fundación para impartir los cursos de TMA hacen inviable el convenio actual y el mantenimiento de las licencias B1.1 y B1.2. La solución pasa por la viabilidad económica y en ello es clave que la Consejería de Educación cumpla lo asumido en el convenio firmado con el Ayuntamiento de Puertollano.
Desde el Ayuntamiento recuerdan que el Consejero de Educación adquirió públicamente el compromiso de garantizar las enseñanzas y dotar económicamente el convenio para que Aviación Civil mantuviera las licencias. El Ayuntamiento fue obligado a ceder las instalaciones y las competencias docentes, y a renunciar por escrito a impartir el ciclo superior y las licencias B1.1 y B1.2.
Ahora, los 85 alumnos de Fundación Virtus han vuelto a las aulas tras casi dos meses de interrupción de las clases y lo han hecho advertidos de que puede estar en peligro su titulación académica. Las movilizaciones, dirigidas prioritariamente contra el Ayuntamiento y apoyadas por los dirigentes del PP de Puertollano, no han dado otro fruto que la frustración y el sentirse utilizados en la guerra que emprendió hace años María Dolores de Cospedal contra uno de los proyectos estrella del Ayuntamiento de Puertollano.
Por fin el objetivo de Cospedal se ha hecho realidad: Virtus da sus últimos estertores acuciada por la falta de liquidez y la retirada de las licencias. En el camino se quedan 85 jóvenes que llegaron aquí atraídos por la obtención de un título que les abría las puertas de las empresas de mantenimiento de aviones. Con la pérdida de las licencias, Fundación Virtus ha perdido las alas y echa el cierre a un pasado de altos vuelos.
El aeropuerto Central Ciudad Real, que fue patrono de Fundación Virtus, ha sido cerrado. ©Paris Félix
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