Óscar López-Fonseca || Presidente del comité de empresa de Público y miembro de la ejecutiva del SPM. El diario echa el cierre y sus gestores utilizan contra sus trabajadores la reforma laboral que criticó en sus páginas. ¿Hay algo más triste que ver morir a un periódico? Sí, verlo morir desde dentro y no poder hacer nada por salvarlo. Eso es lo que hemos vividos en los últimos meses los 160 trabajadores de Público, la agonía lenta e inexorable de un proyecto que no sólo contó con nuestro esfuerzo, sino también, y sobre todo, con nuestras ilusiones. El 24 de febrero pasado, el diario llegó a los kioscos por última vez. Su versión digital aún sobrevive, pero con fecha de caducidad si no encuentra antes un comprador: mediados de mayo. Portada del último número de la edición en papel (24 de febrero de 2012) del diario Público La desaparición del periódico ha hecho resonar en los últimos días frases rimbombantes. “Una pérdida para la democracia”. “La pluralidad i...