Peru Erroteta. Periodista Tienden los nacionalistas a meter en el mismo saco a todos los nacionalismos salvo, aparentemente, los de carácter fascista y similares que de tan mala prensa gozan. Sin embargo, los nacionalismos que, efectivamente, comparten muchos presupuestos básicos, se significan precisamente por sus diferencias, por su identidad propia, que está en la base de su doctrina. Éste es, por ejemplo, el caso de Escocia y Cataluña. W. Wallace capitaneaba una revuelta popular contra el rey Eduardo de Inglaterra. Basta un somero vistazo a la trayectoria histórica de ambos países, tan querida -e instrumentalizada- por el nacionalismo, para percibir las llamativas diferencias que separan a Escocia de Cataluña. Religión y política se entrecruzan en Escocia desde inicios del siglo XVI, cuando, de la mano de John Knox, la generalidad de la población se convirtió al presbiterianismo. Cosa que nada tiene que ver con una Cataluña que siempre ha compartido el catolicismo con sus...