Alba Peraleda Alto, esbelto, atractivo, de andares seguros y desenvueltos, gesto cordial y cercano, verbo fácil, con la sonrisa de anuncio de dentífrico siempre en los labios, el nuevo secretario general del PSOE parece sacado de un película de Hollywood o de un spot publicitario de café espresso a lo George Clooney. El extraordinario ascenso de este diputado desconocido del gran público, que debe su escaño en el Congreso, no a haber sido elegido, sino a haber corrido la lista en la que figuraba, no deja de sorprender y de suscitar interrogantes. Su discurso no dice nada nuevo, es una sarta de lugares comunes, de obviedades: cambio, renovación, regeneración del PSOE, que repite de manera automática hasta quedar las palabras vacías de sentido para convertirse en meros eslóganes publicitarios, como el del café espreso: What else ? Es indudable que este nuevo actor se ha aprendido bien de memoria su papel, y dice lo que cientos de militantes socialistas de buena fe están desean...