Cuando parecía caminar al desastre total, en gran medida por los errores propios y la incapacidad de convencer a la sociedad de que no es culpable sino actor pasivo de la peor crisis de la historia, la izquierda española tiene ante sí la oportunidad de recuperarse de la dura derrota, restañar heridas y mirar al futuro con opciones de confrontar un proyecto alternativo al de la España intervenida por los tecnócratas de Golman Sachs y el club Bilderberg. Afortunadamente la oportunidad surge en Andalucía, porque si el escenario fuera el correspondiente a unas elecciones generales me temo que la negociación no se daría entre PSOE-IU, sino entre PSOE-CIU-PNV y habríamos seguido aferrados al “lampedusianismo” de cambiarlo todo para que nada cambie. Que España está intervenida nadie lo pone en duda, aunque la izquierda lo silencie -no alcanzó a entender porque-, solo basta mirar quien decide sobre nuestros presupuestos, quien nos exige más sacrificios, a quien sirve el enviado alemá...