sábado, 17 de marzo de 2012

25M: ANDALUCÍA, ULTIMO BALUARTE FRENTE A LA MAREA AZUL


Aquel último mitin de Felipe González y Alfonso Guerra en Sevilla olía a victoria. Corría el mes de octubre de 1982. La gobernante Unión del Centro Democrático (UCD) había sido dinamitada desde el interior. Cosas de los barones del centro derecha español, que buscaban otro refugio en las fuerzas políticas emergentes. Algunos, como Francisco Fernández Ordoñez, lo encontrarían en las filas socialistas.
Han pasado 30 años de aquella arrolladora victoria del PSOE. Y la profecía de Alfonso Guerra, “vamos a poner a España que no la va a conocer ni la madre que la parió”, se ha cumplido. Esta España ya no es la de alpargata y maleta de cartón que emigra a los suburbios de las grandes urbes europeas como mano de obra barata. Hoy, la emigración se renueva: ahora exportamos ingenieros bilingües.
16_andalucia_salvadorvLo que interesa es saber si Griñán convence con sus promesas de campaña. ©PSOE Granada
No, esta España ya no es la que era. Y Andalucía menos.
Algunos datos: en estos 30 años, se ha reducido el analfabetismo (del 15,4% al 4,1); se han sextuplicado  los centros de atención primaria (de 233 a 1.510); se ha reducido sensiblemente la tasa de mortalidad infantil (del 13,1por 1.000 a 3,9) y la mujer con estudios superiores ha pasado de un magro 3,2% a un 20,8%. En fin, la renta ha pasado de poco más de 2.000 euros a 12.300.
Sí, la madre que parió a Andalucía tardaría en reconocer a esta tierra, aunque pronto observaría que, comparada con el resto de comunidades del Estado, seguía en los puestos de cola. Comprobaría que Andalucía sigue siendo el sur del sur.
Con un paro de un 31%, que entre los jóvenes se eleva al 50%, es difícil sacar pecho. Aún así, el balance de tres décadas de gobiernos socialdemócratas es positivo, en especial en la extensión de las políticas sociales: es la comunidad que más y mejor ha aplicado la ley de Dependencia; es la que tiene uno de los más eficientes servicios de sanidad, con receta electrónica y generalización de los genéricos, lo que produce un ahorro de más 1.000 millones, amén de una excelente política de investigación biomédica; o en el terreno de la igualdad: después del sueco, el parlamento andaluz que acaba de disolverse registraba el mayor porcentaje de mujeres diputadas en la Unión Europea: el 45,87% (el Congreso de los Diputados de la legislatura anterior tenía un 35,7%). El gobierno andaluz fue el primero en España en incluir más mujeres que hombres, en 2004, con Manuel Chaves, ejemplo que siguió su sucesor, José Griñán.
El presupuesto andaluz para este año, al contrario que el de la mayoría de las demás comunidades, ha crecido en políticas sociales y en educación y se mantiene estable en sanidad. A la espera del efecto que pueda tener sobre las cuentas de la comunidad el presupuesto de la nación, que presentará Mariano Rajoy una vez que se hayan celebrado las elecciones andaluzas…
Y ahí está la madre del cordero. El gobierno del PP, consciente de que el recorte de otros 34.000 millones de euros producirá una sangría en partes sensibles de los servicios públicos, ha retrasado su presentación para no perjudicar a su candidato en Andalucía, el incombustible Javier Arenas.
Por vez primera, y desde hace meses, las encuestas de opinión de los más variados medios dan como ganador al candidato del PP. Es seguro que, de ganar por mayoría absoluta, Arenas seguirá la senda que han marcado otros líderes populares al acceder al poder en las pasadas elecciones autonómicas de mayo de 2011.
Es decir, Arenas recorrerá la misma senda que ha abierto a hachazos María Dolores de Cospedal, en la vecina Castilla-La Mancha: recortes de los complementos a las pensiones más bajas, cierre y privatización de hospitales, clausura de Centros de la Mujer, despidos masivos de profesores, olvido de los dependientes… Para qué seguir.
Junto con la de sentirse ganador, esa es la razón última de que el candidato de la derecha se negará a debatir en la televisión pública junto con los candidatos José Antonio Griñán (PSOE) y Diego Valderas (IU).
Ha sido el último eslabón de una agitada campaña electoral que se inició hace meses, y que ha estado presidida por un lamentable caso de corrupción: el dinero desviado hacia falsos prejubilados de los fondos destinados a sufragar los Expedientes de Regulación de Empleo, los famosos EREs.
16_andalucia_salvadorhPor vez primera, y desde hace meses, las encuestas de opinión de los más variados medios dan como ganador al candidato del PP, Javier Arenas. ©PP
Todo el interés de Arenas ha estado en machacar con los ERE a su adversario socialista. Tanto que algunos le han rebautizado y lo llaman Javier EREnas. Por ello, ha eludido el debate sobre los recortes y la brutal reforma laboral decididos por Rajoy.
El miércoles 14 de marzo de 2012 intentó escapar como pudo de los periodistas que le preguntaban su opinión sobre el copago farmacéutico, que acababa de ser impuesto por el gobierno conservador de Cataluña con el apoyo, en forma de abstención, del PP. “He dicho lo que he querido decir, que no creo en el copago”, dijo escurridizo. Es decir, no cree, pero lo impondrá si así se lo imponen a él.
Arenas sabe que estos son terrenos resbaladizos en los que un patinazo puede costarle la presidencia, y enviarle al paro. Nadie cree que Arenas volvería a ser candidato por quinta vez o que su amigo Rajoy abriría de inmediato una crisis de Gobierno para ofrecerle, como hizo Aznar en 1996, un puesto en el gabinete.
Y con ser un caso serio, el escándalo de los ERE no es lo más importante que se juegan los andaluces el próximo domingo día 25. Por el momento, el dinero detectado que ha ido a parar a los llamados intrusos –personas que fueron incluidas en los ERE de empresas en las que jamás habían trabajado y que por tanto estaban percibiendo una prestación ilegalmente- asciende a poco más de nueve millones de euros. Se revisan también las subvenciones entregadas a empresas, la mayoría vinculadas por razones de amistad con el cabecilla de esta trama, el ex director general de Empleo Javier Guerrero, en prisión ordenada por la juez instructora, Mercedes Alaya. Se sabe pues quién y cómo se llevó el dinero. La Junta de Andalucía ya ha iniciado los trámites para recuperarlo, como seguro hará la juez a lo largo del proceso abierto.
En contra de lo que ha hecho el PP en los casos que le afectan, entorpecer y retrasar la investigación judicial (Gurtel y los tejemanejes del ex ministro Trillo son un claro ejemplo), el Gobierno andaluz fue el primero que denunció en la fiscalía el asunto de los ERE y después ha investigado internamente la trama y remitido al juzgado el resultado de sus pesquisas.
Este asunto, que alcanzó cotas de indignidad cuando el chofer de Guerrero declaró que parte del dinero de los ERE lo gastó en cocaína y copas, ha polarizado una campaña que debería haber discurrido por otros derroteros.
Para el futuro de la comunidad, lo que interesa saber es si Javier Arenas hará o no lo mismo que han hecho sus correligionarios allá donde gobiernan. Lo que interesa es saber si Griñán convence con sus promesas de campaña: ajustar las cuentas públicas sin deteriorar los servicios fundamentales, educación, sanidad y dependencia, como ha hecho hasta ahora. Sería interesante saber si la IU andaluza es distinta a la extremeña y si, llegado el caso, como apuntan las últimas encuestas, es capaz de pactar con los socialistas para formar un Gobierno de izquierda en este último reducto rojo.
Por ahí debería haber transcurrido la campaña. Y de hecho, Griñán y Valderas avanzan en esa dirección. Lo que no se sabe es si llegarán con fuerza suficiente a la meta del 25-M para frenar el avance imparable (e insoportable) de la derecha. Una derecha que gobierna sobre 470 de los 500 millones de ciudadanos de la Unión Europea. Una derecha que teñiría de azul el último reducto socialdemócrata del sur de Europa. Y se cumpliría de nuevo el dicho de que Andalucía no sería reconocida ni por la hija de la madre que la parió.
Crónica Popular

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