Aunque
solo es un preacuerdo todo indica que el “actual” conflicto de Silicio Solar
toca a su fin. Entrecomillamos “actual” porque no es descartable que el
conflicto rebrote si los mayores esfuerzos los hacen únicamente los
trabajadores y empresa (departamento de recursos humanos) vuelve a los malos
hábitos que, en gran medida, amén de las circunstancias del mercado, han acentuado
una crisis que casi acaba con el proyecto.
Es
de suponer que la entrada de capital, en las cuantías que se comentan, irá
acompañada de un modelo de gestión más transparente, participativo y que huya
de la confrontación innecesaria. Cuando un inversor arriesga millones de euros
es lógico que cobre protagonismo en la toma de decisiones transcendentes y es
seguro que esto no empeorará lo que ya conocemos: el ordeno y mando de “papa dios Berengov”.
Vayamos
al análisis del preacuerdo. Es meritorio que los sindicatos hayan conseguido reducir
en casi un 10% el número de afectados por el ERE extintivo y sumar 60 empleos a
los 416 ya salvados, claro, que de seguir los postulados defendidos por cierto
sindicato, ahora podríamos estar hablando de la mayor catástrofe laboral vivida
en la historia reciente de Puertollano. Solo el cierre de las minas superaría tamaño
mazazo para la economía local.
Finalmente
serán 476 los empleos que se mantendrán en la fábrica de Puertollano, aunque la
implantación de mejoras tecnológicas podría estabilizar la plantilla en 450. Desde
aquí se espera que Silicio Solar remonte el vuelo y vuelva a la senda del
crecimiento. A ello ayudará mucho la pronta clarificación del sector de las
renovables.
Estos
476 trabajadores que permanecen van a renunciar temporalmente a una parte variable
de sus ingresos mensuales. El acuerdo establece que se imputará como reducción
salarial del 8% el ajuste de plantilla, que otro 8% se imputará a la reducción
de complementos y solo el 14% se imputará directamente a tabla salarial. Personalmente
no me parece una mala solución, y más cuando la reforma laboral aprobada por el
gobierno permite a las empresas decidir unilateralmente sobre el salario de sus
trabajadores, pero me atrevo a recomendar la aplicación de escalas que
minimicen el impacto sobre los sueldos más bajos y compromisos de recuperación
progresiva cuando las condiciones del sector lo permitan, de esta forma se
reparten las cargas entre empresa y trabajador. Otra medida a tomar es la revisión
al alza de las tablas salariales para departamentos que fueron erróneamente tratados
en el primer convenio colectivo. No me olvido de la injusta desigualdad
salarial entre mujeres y hombres que también debe ser abordada en el corto
plazo, y que el reparto de la carga prevista en el acuerdo podría empezar a
corregir. A menor salario menor esfuerzo inicial…. Por supuesto, confío en el
buen criterio de los negociadores y que la transparencia contable evite trapacerías
empresariales en el reparto de beneficios trimestrales y/o anuales.

Inicialmente
serán 307 los trabajadores afectados por la extinción de sus contratos. Está abierto
un periodo de bajas voluntarias incentivadas para quienes quieran solicitarlo y
si algunos fueran prisioneros de sus palabras, porque no les supongo
coherentes, no harían falta otros ajustes…, aquí se acabaría el conflicto…,
pero a casi todos se nos escapa tanta fuerza por la boca como valor para tomar
una decisión de la que presumimos en caliente. Para completar la cifra maldita
se seguirá un criterio de reordenación interdepartamental buscando equilibrios
entre tecnificación y operaciones manuales. Para los afectados se contempla una
compensación de 33 días por año trabajado…, la mayor que se puede alcanzar en
estos tiempos…, y miente quien afirme que se podría haber conseguido algo más o
que algún sindicato ha pedido mayor compensación. Esa es otra de tantas
mentirijillas no inocente, porque todos en la mesa negociadora pidieron lo
máximo: 45 días. Finalmente cuatro de los sindicatos aceptaron como buenos los
33 días y solo CGT se autoexcluyo del acuerdo. Además, dentro del plan social a
que la empresa está obligada, se prevé crear una “antena de empleo” que
trabajará por recolocar a parte de los afectados en otras empresas del grupo
Pillar o en empresas ajenas. También se creará una bolsa de trabajo que cubrirá
previsibles puntas de demanda interna.
Creo
sinceramente que este es un buen acuerdo, que firmarían en cualquier empresa
afectada por un ERE y que ha conseguido evitar lo más duro de la nueva reforma
laboral. Ha salvado el 61% de la plantilla y abre la puerta a la esperanza de
que en Puertollano siga brillando el sol de las energías renovables.
ponte a trabajar y dejate de jilipolleces
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