Este es un país de triunfadores. Tanto es así que cada noche electoral ganan todos. Unos porque suben ligeramente en votos, otros porque se mantienen a duras penas, también se consideran no derrotados los que bajan ligeramente. Anoche todos parecían felices menos los socialistas. Para nosotros no había bálsamo de fierabrás. Las urnas nos habían invitado a reflexionar profundamente sobre los cuatro millones y medio de votos perdidos. A ello nos dedicaremos en los próximos días, pero hoy, el día después del 20N no pasaré por alto nuestra generosidad con algunos de los ganadores. Empezaré por los presuntos ganadores. Esos que en las circunstancias actuales solo han sido capaces de ganar medio millón de votos sobre su derrota de 2008, ello a pesar del incremento en el censo, justo en medio millón de nuevos votantes, y del tsunami que ha ido arrasando a cuantos gobiernos se han enfrentado a las urnas. Mariano Rajoy, anoche le tocó sufrir cuando sus acólitos le hicieron dar los ridí...