“Solo los pueblos más ancestrales, aquellos que poseen grandes conocimientos sobre los seres primordiales y un contacto estrecho con la madre naturaleza adquirieron algunas de sus características, como los celtas, los germanos o los escitas…” En las culturas europeas, salvo contadas excepciones, las setas no han sido valoradas en su justa medida. Ya el nombre que les damos supone una falta de respeto que roza la blasfemia: hongos, champiñones, cucumelos, monguis, calvos o setas de tontos… Ninguno de estos es comparable a la grandeza y reverencia del nombre que le dieron los Incas, que la llamaron teonanáctl (Carne de los Dioses); o los griegos llamándola ambrosía (Alimento de los Dioses); o el soma de los Vedas en sanscrito. Nuestra falta de respeto por ellas puede ser consecuencia del hábitat donde generalmente se desarrollan, crecen en lugares corrompidos, con putrefacción o mierda de vaca, y se nos avisa de su peligro desde muy temprana edad; la micofobia parece estar arrai...