La vida de algunas personas parece no tener el mismo valor que el de otras. Al menos, es la impresión que se obtiene si se comparan algunos acontecimientos recientes. Agentes de policía rastrean la finca del presunto asesino En el caso de la peregrina norteamericana, las fuerzas de seguridad del estado despertaron de una larga siesta cuando el senador John McCain amenazó con mandar al FBI a investigar su desaparición. Durante cinco largos meses ni la guardia civil ni la policía fueron capaces de encontrar su cadáver. Ni un solo rastro del autor del crimen. Pero cuando la caballería yankee amagó con tomar las riendas, el orgullo patrio facilitó la resolución del caso en pocos días. Denise era ciudadana del primer mundo. Con una familia que la amaba y que no dudó en presionar a las más altas instancias políticas de su país para saber qué le había sucedido. Eso fue definitivo para conseguirlo. En cambio, otros sucesos similares no reciben la misma atención ni med...