Leo, no sin pasmo, las conclusiones del estudio "Masculinidades
y Consumo de la prostitución en Andalucía" 2015. Por de pronto lo
de consumo como si las mujeres fuésemos "facturables de
alcoba" me golpea hasta en las costillas flotantes ... como mujer, esto
es: como parte el 53% de la población del Planeta desde un punto de vista
antropológico, pesimista, en este caso.
Pongámonos en antecedentes acerca del estudio:
- 40 consumidores de prostitución con rango de edad
entre 40 y 70 años.
- Categorías: Jóvenes metropolitanos, propietarios
rurales, trabajadores manuales (esto tiene su sorna), empleados úrbanos, y
homosexuales de metrópoli.
Conclusiones del Estudio:
1) Pagar por sexo no es más que un "acto
social" que no merece rechazo, ya que -argumentan- que la necesidad sexual
es innatísima a la condición masculina.
Por de pronto barrunto ¿Sabrán que el sexo no está
subordinado a ser mujer o ser hombre? ¿Sabrán que las mujeres disfrutamos de
muchas tonalidades concupiscentes pero... que a lo mejor no nos va tanto la
cópula mecánica y mercantil a "lo centrifugado de la lavadora"?
Disculpen el peritaje de humor, o me río o lloro a
caudales.
2) El consumo de sexo de pago se vincula en un alto
porcentaje a celebraciones de ocio en grupo.
Vaya, que van en manada, socializándose en un acto de
exaltación de su virilidad aventuro.
Más allá del debate pendiente entre la abolición
o regulación de la prostitución, y en esto no me pongo costuras en la boca,
su verdadero nombre es Explotación Sexual, léase: trato vejatorio para
con la mujer y punto. Que pase desapercibido este estudio como tantos sobre la
materia, pone en relieve el androcentrismo de esta sociedad y en sus Mass Media
Tampoco es que aporte muchos más datos estructurales
sobre la "Trata" que no supiéramos antes. ¿Pero por qué
no se hacen los medios eco ...? ¿Por qué somos sólo foco de las noticias de
la prensa rosa y sucedáneos? ¿Tenemos menos pedigrí que nuestros compañeros
de especie? Pues como Femina Sapiens vindico otro trato a la trata.
Arranco ya no de un ángulo sociológico, despego
también desde la perspectiva de la infrasexualidad a la que se somete a la
prostituta, víctima de un doble atentado: del  poder patriarcal y el abuso
sexual; víctima de la feminización de la pobreza y los movimientos
migratorios, pero -sobretodo- de los dos grandes cuernos del Macho
Cabrío de esta sociedad, sí, el Capitalismo y el Patriarcado haciendo
sinergia mediante publicidad sexista, macro burdeles y, una suerte de
"psicología positiva del lupanar" mientras no se mezcle la noción
de la prostitución con la pedofilia.
Qué una mujer, según los días festivos del año, pueda
estar en zona Vip o de Rebajas dice mucho de esta sociedad, y de la posición
privilegiada del hombre frente a la mujer.
Y conste, que no hablo desde la mojigatería, es más, me
quedo con el concepto que bosqueja Marcusse en "Eros Reprimido" a
propósito de la transformación de la libido que pasaría de ser " (...)
la sexualidad constreñida bajo la supremacía genital a la erotización de
toda la personalidad. O de otro, modo, la transformación conceptual de la
sexualidad en Eros...Qué una cosa es la sensualidad y la sexualidad y otro el
mercadeo de la mujer en pechos, nalgas, belfos... subordinado a la cartera y el
capricho del consumidor masculino , en lo que compete a este estudio.
Me quedo como Carmen Conde con que "Temblorosa de
músicas, es la pasión" y rechazo todo tipo de explotación humana, desde
la laboral hasta la personal. En otras palabras, la inautenticidad a la que son
sometidas las prostitutas y todo ser humano explotado en la trata.
Marina Durán Luna
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