El Oricuerno (También Unicornio, Alicuerno...). Casi todas las mitologías antiguas describen al unicornio como un representante del bien, de gran inteligencia y exponente de valores como la nobleza y la pureza de espíritu. Citado en el Gilgamesh (-2.000), el Mahabharata (-400), el libro de Job y el Talmud, es representado habitualmente como un caballo blanco de aspecto vigoroso, portador de un cuerno en espiral en el centro de la frente, que adopta en algunas descripciones barba de chivo, cola de león, ojos de azul intenso y patas de antílope, mientras que en otras tiene la piel multicolor o la cabeza roja y el cuerpo blanco.
Hablan de él clásicos como
Aristóteles y Plinio el Viejo, quien lo describe en los siguientes términos:
“Asperísima fiera es el Unicornio, semejante al caballo en todo el cuerpo, al
ciervo en la cabeza, al elefante en los pies, al jabalí en la cola; tiene
horrible bramido y en medio de la frente un cuerno negro, de largueza de dos
codos”.
Isidoro de Sevilla habla de que la
única forma de domesticarlo es conseguir que apoye la cabeza en el regazo de
una doncella virgen. Aunque se lamenta de que esta cualidad sea también la
empleada para matarlo. Gracias a la magia de su cuerno se creía que podían
vivir mil años y muchos los tenían por inmortales, siendo precisamente esta
propiedad la que los hacía vulnerables, ya que todos deseaban tener su apéndice
frontal, al que se le atribuían, entre otras grandes virtudes, la detección de
cualquier tipo de veneno y el sanar las heridas con su simple roce. Resistente
a la magia y a cualquier tipo de hechizo, independiente y solitario, solo se
rendía, según decía Isidoro de Sevilla, a las doncellas vírgenes de corazón
puro, a las que permitía que lo utilizaran como montura defendiéndolas con su
propia vida. Aún hoy se le puede rastrear en la mitología tradicional popular
de nuestro país, con características que varían entre las diferentes regiones.
Realmente nuestro Oricuerno
no es un unicornio aunque posiblemente tenga o proceda de un
origen común. Como el de aquel, podría estar en el rinoceronte de la india de
un solo cuerno, descrito por el historiador griego Ctesias en el siglo -V, o en
los cuernos de Narval que los vikingos vendían como de unicornio.
El Oricuerno manchego
tiene el cuerpo de un caballo, patas de gamo, cola de león y un solo cuerno en
su frente. Su cabeza es de color púrpura, de ojos azules y remata sus pezuñas
con unas pequeñas alitas sobre ellas. Vive en bosques solitarios donde manan
manantiales de aguas vírgenes. Es un animal mágico y agresivo para con los
humanos que, según la tradición popular, tiene la capacidad de cambiar el sexo
de aquella persona que lo toque, además de curar la impotencia, el
envenenamiento o eliminar la ponzoña de las aguas. Es un animal puro que vive
en los rincones más recónditos de nuestros bosques y cuya agresividad con el
hombre obedece a la impureza de este. Razón por la cual, solo una joven dama
virgen, que no ha conocido pecado, puede acercarse y tocarlo.
Enrique IV de Castilla, rey de
España, hermano de Isabel La Católica, conocido popularmente como ‘el
impotente’, envió una expedición a África para buscar el cuerno del mitológico
oricuerno y resolver su impotencia gracias a sus extraordinarios poderes afrodisiacos
y sexuales. Desconocemos si la expedición tuvo éxito pero la historia le
atribuye una hija conocida como Juana La Beltraneja.
De la existencia del Oricuerno,
Unicornio, Alicornio... tenemos testimonios en casi todas las provincias. En la
Sierra del Segura es conocido como Alicornio, y se dice que vivía en los lugares más
inaccesibles de las cumbres, allí donde siempre hace sol porque las nubes no
llegan tan alto. Sólo bebía agua de los manantiales más puros y comía
florecillas tiernas.
La
única manera de capturarlo era con el señuelo de una hermosa y pura doncella, a
la que el alicornio se acercaba lenta y mansamente, que era el momento en el
que los cazadores se abalanzaban sobre él y lo mataban, pues se sabe que a
quien bebiera del cuerno del alicornio (una vez arrancado y transformado en
vaso) nunca le haría daño ningún veneno ni sufriría ningún otro tipo de mal.
Parece ser que tenía unas alitas encima de las pezuñas y de ahí el nombre de
"alicornio"
Se
dice que estas criaturas tienen la propiedad de poder convertir a las mujeres
en hombres en el día de San Juan, remediar la impotencia, curar envenenamientos
o librar de ponzoña las aguas, por lo que se consideraba su cuerpo y en
concreto su cuerno un auténtico talismán con propiedades mágicas.
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