miércoles, 14 de marzo de 2012

HA MUERTO MOEBIUS... SIGUE VIVO EL TENIENTE BLUEBERRY


Había nacido en 1938 en Nogent-sur-Marne, Francia, y este sábado, 10 de marzo de 2012, ha muerto en París Jean Giraud, Moebius, uno de los artistas franceses más influyentes y admirados de las últimas décadas. Vivió y trabajó en muchos otros lugares y diferentes continentes: París, Los Ángeles, México DF, Tokio, generalmente dibujando antihéroes husmeantes en mundos ingrávidos y extraños. El año pasado la Fundación Cartier de París reunió varios de sus dibujos y diseños originales, y algunos de los objetos más significativos con los que Giraud nos presentó esos mundos fantásticos que los cineastas Ridley Scott, Luc Besson o James Cameron recrearon luego en películas como Blade runner, Allien, El quinto elemento y Abyss. Junto a Alejandro Jodorowsky, Giraud trabajó durante años en la adaptación para cine de Dune, de Frank Herbert, pero no llegaron a realizarlo nunca, aunque de esas desquiciadas colaboraciones con el chileno surgieron los dibujos oníricos de El Incal o Arzach.
Con el seudónimo de Gir y la colaboración literaria de Jean-Michel Charlier creó en 1963 al teniente Blueberry, un soldado yanki fuera de lo común, o quizá fuera de lugar en ese universo simplón del caw boy en elfar west. Giraud lo imaginó y dibujó en México, lugar al que se había ido a vivir con su madre en los años 50. Hizo casi 30 álbumes de ese Blueberry al que no conseguía apartar de la lógica del guionista, y podría ser que por eso Giraud se desdobló en Moebius, alumbrado quizá por el peyote o la marihuana, mientras observaba las geométricas sombras cambiantes del desierto de Sonora a mediados de los años cincuenta, no muy lejos seguramente de donde Carlitos Castaneda vivió lo suyo y algunos años antes Antonin Artaud conoció a los Tarahumara.
El matemático alemán August Möbius había dado en el siglo XIX nombre a la banda que descubrió, una rareza geométrica que es algo así como una superficie no orientable. Inorientable, como los mundos en los que Moebius decidió flotaran sus personajes y abstracciones en The Long Tomorrow, por ejemplo, sobre story-boards de Dan O´Bannon. También supongo el peso de otros autores de ficción científica en sus viñetas e historias: Robert Sheckley, Isaac Asimov, Ray Bradbury, Philip K. Dick, el citado Herbert o James Graham Ballard aparecen de vez en cuando en la sazón o desazón de las historias moebiennes, iluminados levemente por la inquietante luz de los astros, siempre demasiados y demasiado cercanos.
Quizá porque generalmente la ciencia ficción se ha presentado con solemnidad de gran cosa, celebro tanto el evidente sentido del humor que percibo por encima de algunas historias de Moebius -consideradas pequeñas estupideces por algunos críticos- como en L´Artefact (firmada como Gyr), o en las bromas galácticas Approche sur Centauri, que escribió Philippe Druillet, o L´Univers est bien petit. Humor, ciencia ficción y también novela negra. En sus detectives o, mejor, indagadores, hay reflejos norteamericanos de Marlowe y Hammer (más que del comisario Maigret, desde luego) y de mujeres fatales iluminadas espectralmente para resaltar sus formas y peligros. En los relatos de Moebius las esquinas en las que se apoyan las devoradoras protagonistas son planetas extraños y novísimos y los faroles son galaxias, todo en sus historias parece más pequeño, incluso el tiempo se pliega en sus viñetas ante tanta infinitud espacial inabarcable.
En 1974, junto a Jean-Pierre Dionnet y Philippe Druillet (Les Humanoïdes Associés), Moebius fundó la revista Métal Hurlant, que contribuyó muy especialmente en todo el mundo a la divulgación y promoción de la ciencia ficción. Se editó también en Alemania, Inglaterra, Italia, España y Estados Unidos (como Heavy Metal). En el mundo editorial surgieron otras aventuras cooperativistas como la iniciada por Giraud, Dionnet y Druillet. En España, por ejemplo, apareció Rambla. El material de Métal Hurlant fue editado por primera vez en España en la revista Totem. Aunque como Metal Hurlant no apareció hasta 1981, editada primero por Editorial Nueva Frontera (tres números), y Eurocomic (los 47 restantes). En 2002 Devir Iberia publicó seis números en formato prestige(tamaño un poco más largo, 32 páginas, y con mejor papel). En realidad había dejado de publicarse en 1987, aunque a partir de 2002 Humanoids Publishing reemprendió su publicación con versiones en francés, inglés, español y portugués.
Yo conocí en los años 70 el trabajo de Giraud, Gir, Gyr y Moebius gracias al guitarrista francés Jean Pierre Torlois, un superfanático de los cómics y de la ciencia ficción, y también por la admiración que le tenía Saco, Luis Artime, artista asturiano con el que yo trabajaba en la empresa Z. Y algo también se entreveía de Moebius en los trabajos de OPS, hoy El Roto, aunque más por el aspecto jodorowskiano de la obra de Rábago y, sobre todo, por el reflejo en él de Topor y de su mundo de argumentos pánicos, que por la línea dibujística.
Sin duda Moebius forma parte de ese Olimpo de dibujantes de cómic o similares en los que yo incluiría a Topor, Corben, Druillet, Eisner, Robert Crumb, Windsor-Smith y Hugo Pratt. Quizá haya otros, pero no me acuerdo…
Imagino al propio Jean en una viñeta rota la línea en su parte de arriba, subido a lomos de un pterodáctilo gordito y sonriente de tamaño mediano, de panza abultada y alas rugosas, como de pana gris, recortados al atardecer jinete y montura por la luz anaranjada y mortecina de un planeta extraño, volando ambos hacia él, curvándose con el tiempo y las fronteras del horizonte de sucesos que se lo tragará todo antes o después, irremediablemente… El dibujante lleva un bonito sombrero negro de paño italiano y bajo el brazo sostiene una carpeta llena de hojas blancas, sin dibujo alguno, y sin duda los grandes bolsillos de la chaqueta negra estarán llenos de lápices de colores, frasquitos de tinta, aerógrafos, plumillas, pinceles…
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©Octavio Colis Crónica Popular

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