Puertollano,
3 de diciembre de 2011.
NOS ESTAFAN.
Es sábado, me levanto temprano, tengo tareas del cole
que hacer... Abro el correo y me encuentro con uno del Consejero de Presidencia
de Castilla-La Mancha informándome que soy un privilegiado, que me rebaja el
sueldo el diez por ciento y me aumenta dos horas más de curro, que somos muchos
profesores y el treinta de junio próximo un buen número irán a la calle. Nos
quita el programa de ayuda social de los asalariados, la gratuidad de libros a
los hijos de los trabajadores y su jefa dice que va ampliar la enseñanza
concertada ¿para los hijos de los trabajadores?
Vende hospitales públicos, gestión público-privada la
llaman, ¿por qué malearán el lenguaje? No me explica quién forma parte de los Consejos
de Administración que van a comprar los hospitales y tendrán las concesiones de
los nuevos colegios privados. No me explica que van a poner la salud, la sanidad
pública de mi Región, al servicio de las cuentas de resultados de las empresas
privadas. No me comenta que hospitales como los de Manzanares, Tomelloso,
Villarrobledo y Almansa se han construido y puesto en marcha con el esfuerzo de
todos. ¿Por qué son ellos los que disponen de la venta de algo que los
ciudadanos hemos puesto en sus manos para que lo cuiden, tutelen y mejoren, que
es patrimonio común de los castellano-manchegos?
No me cuenta que paralizan la obra pública y eso va a
destruir más de veinticinco mil puestos de trabajo. No me explica que van a
traer más miseria y más pobreza a nuestra tierra.
Me dice que va a endurecen el acceso a la Dependencia,
que nuestros mayores no se han ganado el derecho a una vejez digna cuando no se
valgan por sí mismos. El que quiera residencia a mil seiscientos euros el mes,
el que no pueda: beneficencia. Machacan a las personas que más necesitan del
apoyo de los gobiernos, del apoyo del conjunto de la sociedad.
Me la están colando. La crisis como excusa para
cargarse un modelo que a los trabajadores nos ha costado "sangre, sudor y
lágrimas" (Cospedal, no nos robes también el mensaje: de sangre, sudor y
lágrimas, les vas a hablar tú a los trabajadores, de eso tú no tienes ni pajolera
idea). En mi Región los ricos ya no ganan lo suficiente y los pobres no se
merecen vivir como lo hacían: nos cambian el modelo y sálvese el que pueda, y
siempre van a poder salvarse los mismos (los menos).
“El esfuerzo de Cospedal” lo llama la prensa de la
derecha, “demuestra que no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones”
afirman ufanos. ¿Desde cuando al rico, al poderoso, al cacique le ha costado apabullar
al más débil? Y no se cortan en argumentaciones: “es para seguir creciendo en
libertad e igualdad”. Esto último ni lo comento, paso. Los gobiernos fuertes dialogan,
pactan y acuerdan, sólo los gobiernos débiles recurren al ordeno y mando. Ya se
sabe, fuertes con los débiles, débiles con los fuertes.
Obvia contarme que todo responde al tan reiterado plan
oculto existente antes de las elecciones de mayo y noviembre. Han sido
calculadamente ambiguos y silenciosos. Nos estafan. Y aún nos queda el trilero
del 20-N. Sus recetas más repetidas en campaña han sido “apretarse el cinturón”,
“el sentido común” y “hacer-lo-que-hay-que-hacer”, eso sí, siempre “como Dios
manda”. Y si Dios existe... se los tendrá que llevar al infierno.
En su cielo no quiero estar. Y si el Sumo Hacedor decide mantenerlos en el
cielo, yo me voy decididamente al infierno. Eso sí, si morimos será luchando.
Concluyo
descubriendo sus mentiras, desenmascarando sus aviesas intenciones, me quieren
cambiar el modelo de gestión pública por modelos de gestión privada para
convertir lo público, lo de todos, en un negocio particular. Les viene bien la
crisis, mentir en la cuentas de la “herencia recibida”, falsear la información
a favor de los poderosos y siempre en contra de los que más lo necesitan.
Después de estas reflexiones “a vuela pluma”, como funcionario
privilegiado, como maestro vago, pienso que mis alumnos de la escuela pública,
hijos de trabajadores, se merecen que me esfuerce aún más en mis tareas del
cole. No quiero que vuelvan a los años 60, cuando se sabía qué niño era de una familia
que tenía posibles y qué niños veníamos de familias pobres. Sigo creyendo que
la educación es la base de la igualdad. Vuelvo a ellas… pero sin olvidarme de
ellos.
Tomás Ballesteros Escudero.
Maestro de la Escuela Pública.
DNI 5623693-D
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