Así lo definía hace unos días el ex fiscal jefe
Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, con motivo de su participación en el
Congreso de los Diputados, junto al portavoz de IU Gaspar Llamazares, al
presentar una iniciativa parlamentaria para reforma la ley de Memoria
Histórica.
No puedo estar más de acuerdo con ésta definición, y
no está mal traerla ahora que se cumplen los 75 años de aquel Golpe de Estado,
que dejó a España sumida en la más absoluta miseria intelectual y humana.
Y es que hay que volver a decirlo, repetirlo una y mil
veces, porque hay gente que no parece enterarse que Francisco Franco no
solamente nos hundió en la miseria, sino que con su traición al Gobierno de la República , se llevó por
delante a más de un millón de muertos. Firmaba ordenes de ejecución todos los
días hasta que se cansaba la mano.
Su paso por la historia no puede ser mas infame. Se ha
ganado a pulso uno de los primeros puestos de la lista negra que le señala como
a uno de los dictadores más crueles de la historia. Durante sus cuarenta años
de dictadura muchísimos miles de españoles fueron enviados a realizar trabajos
forzados. Y fueron los mejor parados, pues casi otros millón de ellos fueron
depurados, es decir, asesinados, durante los años siguientes a su victoria con
las armas. Si a todo ello le sumamos los quinientos mil exiliados, tenemos ante
nosotros a un criminal que ha provocado un sufrimiento enorme al noventa por
ciento de las familias españolas.
Dicho queda para que si alguien tiene alguna duda, se
entere ya de una puta vez de quien fue este animal de bellota.
Gavilán
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