¿Y SI LA IZQUIERDA REAL SE UNE?

Escucho a José Bono y comprendo a Izquierda Unida. Bien haría quien tanto tiene que callar tras su prolongado gobierno en Castilla La Mancha en alejarse un poquito de la primera línea de la política. ¡Claro que ese gesto es demasiado para “Bono con todos”!

Uno de los culpables del desapego que los españoles tienen hacia la política, que flirtea con personajes de dudosa moral, el “pocero” entre ellos, que mantiene un largo romance con la caduca y trasnochada “iglesia católica”, que insiste día sí y día también en las bondades del acuerdo PP-PSOE como antídoto a las “exigencias” nacionalistas y de la izquierda, se permite descalificar e insultar a IU, recurriendo para ello a las “esencias” del comunismo y preguntándose qué harían Lenin o Marx si levantaran la cabeza y vieran lo que hacen los “comunistas” españoles en general y los extremeños en particular.

Se ha preguntado Bono alguna vez ¿qué harían Pablo Iglesias y Largo Caballero si levantaran la cabeza y vieran a sus correligionarios pactar con UPN o CC para tocar algo de poder tras la derrota del 22M? Se pregunta Bono ¿cuál es su cuota de responsabilidad en esa derrota? o ¿que han dejado de hacer sus compañeros en Castilla La Mancha, Asturias, Aragón, Baleares y Extremadura para sufrir esa humillante derrota en las urnas?, ¿que son incapaces de proponer en Castilla León, Rioja, Cantabria, Murcia, Navarra, Canarias, Comunidad Valenciana, Ceuta o Melilla para que el PP, pese a los incontables casos de corrupción, incremente su ventaja en las urnas?

Lástima que IU no sea capaz de ver más allá lo que de ordena el PCE y no se haga el ejercicio siguiente: sumados los votos de IU en las elecciones del 22M (1.437.158), a los de “Espacio Plural” (770.000), a los que aportará el proyecto EQUO, a la sinergia que traería la “unidad” de la izquierda real y a la confianza que trasmite al electorado la “utilidad” de un voto que estará representado, nos daría un peso cercano o superior al 15% y, por tanto, una izquierda social y verde comprometida con las “demandas” de la calle, con opciones de “controlar” decisiones de gobierno y capaz de frenar gobiernos de la derecha.

¡Lástima que las instituciones españolas no reflejen la realidad sociopolítica y que las fuerzas políticas implicadas sean incapaces de pensar en clave de interés general!