El Partido Popular se está preparando para gobernar en comunidades como Castilla-La Mancha. Ya no le valdrá el discurso catastrofista (después de Portugal va España, España se hunde, etcétera) con el que tanto ha colaborado para generar, día tras día, la falta de confianza sobre la economía española. De momento, con esta política de tierra arrasada, el PP ha conseguido parte de sus objetivos: un triunfo en las elecciones autonómicas y municipales.
La estrategia del PP de hacer creer que Zapatero estaba en el epicentro de todas las ingenierías financieras, diseñadas en realidad por expertos económicos vinculados a las más prestigiosas universidades de Estados Unidos y llevadas a cabo por grandes entidades de cazafortunas sin escrúpulos, ingenierías que han generado una multimillonaria estafa internacional; la estrategia del PP de hacer creer que Zapatero fue el soplador del vidrio de la burbuja inmobiliaria, generada durante el gobierno de Aznar; la estrategia del PP de criticar cualquier posible medida del gobierno, con muy poca capacidad de maniobra ante el descomunal agujero dejado por el dinero "desaparecido" y no proponer nunca, desde su destructiva oposición, una sola medida positiva para salir de la crisis; de no apoyar al gobierno, de no apoyar a España y su muy tristemente famoso “cuanto peor le vaya a España, mejor para el PP..."
Todas esas estrategias, incluida por supuesto ETA, han dado hasta ahora un resultado inmejorable al Partido Popular aunque resultaran muy evidentes. Pero han sido más los medios de comunicación que han apoyado la campaña contra Zapatero que los que hemos intentado realizar un análisis menos simplista o menos efectista. La única culpa de Zapatero, importante pero de compleja solución, fue no poner freno a la falsa libertad de un mercado dirigido en realidad por los dueños del mercado: ¿podía hacerlo? ¿Podrá hacerlo el PP que ha sido siempre defensor de este "libre" mercado, libre sin duda para los manejos de los especuladores?
El problema para el PP es que su estrategia de cosechar más votos cuantos más parados haya en España terminará el mismo día que empiecen a gobernar: ¿qué hacer entonces?
En Castilla-La Mancha tenemos el laboratorio de su estrategia: denunciar la "pésima" situación económica que dejan sus antecesores para justificar los ajustes que les interesan. Por ejemplo, poner en manos de empresarios cercanos al PP la Radio y Televisión regional de manera que siempre sea una televisión afín al PP, al margen de resultados electorales. Echar a miles de trabajadores de la Junta, es decir hacer una limpia de contratados en toda regla, siguiendo las instrucciones de Maquiavelo para luego, poco a poco, ir metiendo a los suyos que es de lo que siempre se trata. No se van a detener un segundo en poner nombre ni cara a los que echan ni, mucho menos, estudiar su cualificación profesional. Sin duda van a prescindir de personas muy valiosas.
Si, como dice el consejero de la Presidencia en funciones, Santiago Moreno, es cierto que Vicente Tirado se comprometió en no airear a los medios de comunicación las negociaciones sobre el traspaso de la gestión y muy pronto traicionó este acuerdo, la Junta tiene toda la razón en paralizar este tipo de encuentros. Otra vez parece que todo vale en política al margen de sus repercusiones.
Es cierto que Castilla-La Mancha y el resto de las comunidades autónomas pasan por mal momento. También las que gobierna el PP, como Madrid o Valencia que son las que reúnen mayor deuda. Si la deuda total de Castilla-La Mancha al terminar el pasado año era de 5.819 millones de euros (16,5% de su PIB) , la de Valencia era de 17.600 millones (17,2% de su PIB). No parece lo más adecuado significar que Castilla-La Mancha esá en "quiebra total" y menos cuando España está en vigilancia permanente. Irresponsabilidad o todo vale para llegar al Gobierno cuanto antes.
En todo caso no vendría mal, para empezar a abrir una ventana hacia el futuro, un poco de cordura, acuerdos y apoyo de todos para salir adelante. Pero, visto lo visto, eso parece hoy un sueño inalcanzable.
Todas esas estrategias, incluida por supuesto ETA, han dado hasta ahora un resultado inmejorable al Partido Popular aunque resultaran muy evidentes. Pero han sido más los medios de comunicación que han apoyado la campaña contra Zapatero que los que hemos intentado realizar un análisis menos simplista o menos efectista. La única culpa de Zapatero, importante pero de compleja solución, fue no poner freno a la falsa libertad de un mercado dirigido en realidad por los dueños del mercado: ¿podía hacerlo? ¿Podrá hacerlo el PP que ha sido siempre defensor de este "libre" mercado, libre sin duda para los manejos de los especuladores?
El problema para el PP es que su estrategia de cosechar más votos cuantos más parados haya en España terminará el mismo día que empiecen a gobernar: ¿qué hacer entonces?
En Castilla-La Mancha tenemos el laboratorio de su estrategia: denunciar la "pésima" situación económica que dejan sus antecesores para justificar los ajustes que les interesan. Por ejemplo, poner en manos de empresarios cercanos al PP la Radio y Televisión regional de manera que siempre sea una televisión afín al PP, al margen de resultados electorales. Echar a miles de trabajadores de la Junta, es decir hacer una limpia de contratados en toda regla, siguiendo las instrucciones de Maquiavelo para luego, poco a poco, ir metiendo a los suyos que es de lo que siempre se trata. No se van a detener un segundo en poner nombre ni cara a los que echan ni, mucho menos, estudiar su cualificación profesional. Sin duda van a prescindir de personas muy valiosas.
Si, como dice el consejero de la Presidencia en funciones, Santiago Moreno, es cierto que Vicente Tirado se comprometió en no airear a los medios de comunicación las negociaciones sobre el traspaso de la gestión y muy pronto traicionó este acuerdo, la Junta tiene toda la razón en paralizar este tipo de encuentros. Otra vez parece que todo vale en política al margen de sus repercusiones.
Es cierto que Castilla-La Mancha y el resto de las comunidades autónomas pasan por mal momento. También las que gobierna el PP, como Madrid o Valencia que son las que reúnen mayor deuda. Si la deuda total de Castilla-La Mancha al terminar el pasado año era de 5.819 millones de euros (16,5% de su PIB) , la de Valencia era de 17.600 millones (17,2% de su PIB). No parece lo más adecuado significar que Castilla-La Mancha esá en "quiebra total" y menos cuando España está en vigilancia permanente. Irresponsabilidad o todo vale para llegar al Gobierno cuanto antes.
En todo caso no vendría mal, para empezar a abrir una ventana hacia el futuro, un poco de cordura, acuerdos y apoyo de todos para salir adelante. Pero, visto lo visto, eso parece hoy un sueño inalcanzable.
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