Son muy pocas las ocasiones que Mariano tiene que decir algo. Por si hubiera alguna duda ya se encarga el susodicho de recordárnoslo. Él vive al día y no se calienta la cabeza, lo justo para ir tirando. Cuando habla tampoco es muy preciso y si de lo que se trata además es de anunciar compromisos electorales, las posibilidades se reducen al mínimo rozando la sequía informativa. Es obvio que la razón no es que no tenga nada que decir, aunque en ocasiones lo disimula muy bien. Es mucho más simple, él ha llegado a donde ha llegado sin apenas abrir la boca y sin asumir compromisos que pudieran después ser recordados Y salvo orden judicial le va bien así y a estas alturas no va a cambiar.
Por tanto lo que aquí os vais a encontrar es el esfuerzo de buscar donde apenas se puede encontrar con resultados desiguales. No hemos podido encontrar nada mejor que su ¡viva el vino!
Comentarios
Publicar un comentario
DEJA AQUÍ TU OPINIÓN