Cospedal
ha tenido que hilar fino para localizar el congreso que le ha reafirmado el
poder absoluto en Castilla La Mancha. Probablemente le habría gustado localizarlo
en Toledo o Cuenca pero se topó con la desagradable realidad de que en ambas
capitales, las de mayor tirón turístico gobierna el PSOE y no ha querido darle cuartos al pregonero. Desplazarse hasta
Ciudad Real o Albacete resulta poco atrayente para sus compañeros de partido,
muy dados a compaginar turismo y trabajo, pero es que además Ciudad Real es la
única provincia en la que perdieron globalmente las autonómicas y tampoco se
sienten muy cómodos allí ya que no vieron compensados en votos los continuos
viajes de Rajoy. Por ello, sin otra posibilidad porque Guadalajara es como
jugar en territorio de Esperanza Aguirre, se han decantado por Talavera de la
Reina, intentando con ello cerrar la vía de agua que suponen los trasvases
desde el Tajo.
Ha
sido un congreso cómodo pero extraño. Cómodo porque el resultado es el soñado
por cualquier demócrata de medio pelo: ningún voto en contra, ocho votos en
blanco y cinco nulos. Nadie le tose actualmente a Cospedal porque quien se
atrevió a hacerlo fue apartado de los focos hace tiempo. Incluido su mentor,
José Manuel Molina.
Cospedal
sigue la lógica de los líderes de perfil bajo y se ha rodeado, por difícil que
esto parezca, de dirigentes menos
brillantes que ella. No hay más que valorar a su eterno número dos, el simpar
Vicente Tirado.
Tirado
es presidente de las cortes regionales y ello le obliga a destacar su perfil
institucional, pero por mucho que lo busca no acaba de encontrarlo. Muy al
contrario, en cuanto abre la boca le sale el ultra que lleva dentro. Ayer, en
la clausura del congreso acusó a los socialistas de haberse llevado el dinero
destinado a infraestructuras y se quedó tan pancho. Los aludidos amenazan con
presentar una querella y han pedido a Cospedal que lo cese en sus funciones
institucionales.
Me
temo que ni lo uno ni lo otro. Ni Cospedal prescindirá de su principal “quita
vergüenzas”, ni los socialistas se atreverán a presentar la querella porque
viven en un continuo amagar y no dar. Tirado, más panza que Sancho, se hizo
famoso en la campaña de las autonómicas al comparar a Castilla La Mancha con
Grecia. Desde aquella genialidad, las agencias de calificación nos han rebajado
hasta el nivel del bono basura. Y es que quien siembra vientos termina
recogiendo tempestades.
Obviando
los cargos puramente burocráticos o técnicos, el resto de puestos de
responsabilidad confirman el ascenso de Leandro Esteban, postulándose así para
sustituir a la lideresa si está da el salto definitivo a la lucha por la
Moncloa. También asciende Rosa Romero, actual alcaldesa de Ciudad Real y dama
de compañía en la corte de Barataria, acostumbrada a las mieles del triunfo y también
a los sinsabores de defraudar las expectativas que alguien deposito en ella creyéndola
mucho más de lo que era, puro envoltorio. Jesús Labrador, delegado del Gobierno
en la Región, ostenta el cargo de coordinador de Acción Electoral, lo que choca
frontalmente con la ética puesto que su cargo implica vigilar la pulcritud del
proceso electoral y el será juez y parte en caso de conflicto.
Como
es costumbre en el PP compatibilizar más de un cargo, también si se pone a tiro
algún consejo de administración, se ha nombrado al alcalde de Guadalajara
responsable de política territorial. ¿Será una forma de atar corto a Antonio
Román y evitar sorpresas como las acontecidas con la ubicación del almacén de
residuos nucleares?
En
el lado opuesto se sitúan dos de los veteranos valedores de Cospedal: Marcial
Marín y Carmen Riolobos. Al primero, incapaz hasta el momento de sofocar el
conflicto en la educación, se le da una cartera vacía o llena de aire, según se
quiera ver, se le ha nombrado vicesecretario sectorial. ¿Sectorial de qué? No dejo
de preguntarme. Carmencita, eterna aspirante a una consejería y mandada al
senado para que no haga mucho ruido, aprovecha sus estancias en la región para
fustigar a todo socialista que se mueva. Sus ruedas de prensa son un catálogo
de insultos y de infundios que los periodistas soportan estoicamente a la
espera de que la senadora diga alguna vez algo inteligente. Pero no hay forma,
ese titular no llegará nunca.
Decía
que este había sido un congreso extraño, sin brillo a pesar de los 900
compromisarios y los 400 invitados. Desde luego ha ocupado menos espacio en los
medios que otros congresos regionales, salvo TeleCospedal que ha sido
empalagosa, y las ausencias han sido destacadas. La propia Cospedal lo ninguneó
prefiriendo estar en Extremadura antes que en su apertura. Claro, con esos
precedentes, es normal que solo Floriano la acompañara para devolverle el
favor. Mariano debería estar lavando los tupperweare
que se llevó a los Quintos de Mora, porque otra ocupación no se le conoce y Soraya
Sáez de Santamaría prefirió Barcelona antes que Talavera.
Me
consta que ambas no se llevan muy bien y lo entiendo porque con el brillo de
una ya se alumbra Toledo entera, pero ¿y el resto de Ministros? ¿Acaso les
preocupa que los baños de popularidad sean cosa de la precampaña y ahora es
tiempo de pitos?
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