La
Asociación de la Memoria Histórica entrega en Chillón los restos de los
fusilados en el paraje “el contadero”
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha entregado
este primero de mayo en Chillón los restos de nueve víctimas de la represión
franquista, asesinadas en 1939. Dos meses
después de finalizada la Guerra Civil, el 3 de junio de 1939, nueve hombres
fueron fusilados en Chillón. La lista que cayó en manos de las fuerzas de
Falange contenía diez nombres pero uno de ellos, alertado con anterioridad,
logró huir al monte y escapar del destino que les esperaba a sus vecinos. En
1988 ese hombre promovió, junto con el hijo de Alfonso Capilla, uno de los
fusilados, y la corporación municipal, la edificación de un monolito en honor
a sus compañeros.
Según la Asociación, se trata de los restos de nueve víctimas recuperados
en noviembre de 2011 en una fosa común dentro de La finca El Contadero, en el
término de Almadén. La noche del 3 de junio de 1939, Julio Segador, a
diferencia de sus ocho compañeros de destino, se encontraba en su casa. “Se lo
llevaron la misma noche y lo asesinaron junto a los que estaban encerrados en
la ermita; tenía 39 años”. Sus cuerpos fueron abandonados en el gran
agujero que dejó en la tierra la explosión de una bomba durante la contienda y
que les sirvió de fosa común.
Los restos corresponden a Marcelino Agudelo Serrano de 44 años; Alfonso
Capilla Casado de 39 años; Isidoro Castillo Mosqueda de 30 años; Bernardino
Gallego Franco de 17 años; Manuel León Rodríguez de 29 años; Pablo Madrid Amaro
de 22 años; Patricio Mata Gómez de 33 años; Manuel Puebla Perianes de 33 años y
Julio Segador Núñez de 39 años.
Historia de las víctimas
'Menos
Franco y más pan blanco'. Algunos de los fusilados del paraje de El Contadero
pasaron por la prisión que se instaló en la ermita del Santo Cristo acusados de
colocar un cartel con la consigna "Menos Franco y más pan blanco". "Poco después se identificó al verdadero autor del cartel", un hecho
que, sin embargo, no les sirvió para eludir la muerte.
En la madrugada del 3 de junio de 1939, después de finalizar la guerra y en
plena represión franquista, un camión se detuvo, hacia las 2.00 horas en la
plaza del Ayuntamiento de Chillón. De la ermita del Santo Cristo, lugar en el
que se encarcelaron a decenas de personas durante la postguerra, los
falangistas sacaron a ocho prisioneros y los subieron maniatados con alambres
al camión en el que ya se encontraba otro de los prisioneros, Julio Segador, al
cual habían sacado de su casa minutos antes.
Con la excusa de trasladarlos a la prisión de Almadén, el camión salió de
Chillón rumbo a El Contadero, lugar en el que existía un gran agujero provocado
por la explosión de una bomba durante la contienda. En aquel lugar los mandaron
bajar del camión y los fusilaron.
EXHUMACIÓN
La exhumación fue realizada bajo la dirección de René Pacheco con la
colaboración de 12 voluntarios venidos de distintos puntos de España y de
Europa, y el hallazgo de los restos fue denunciado en el cuartel de la Guardia
Civil de Almadén. La exhumación fue tutelada por el Juzgado de Primera
Instancia e Instrucción de Almadén, personándose la jueza y un forense durante
la duración de los trabajos arqueológicos y dando el sobreseimiento del caso un
mes después.
El acto de entrega de restos tuvo lugar en el Salón de Actos Municipal de
Chillón, desde donde fueron conducidos al cementerio de dicha localidad. Allí,
en un sencillo panteón costeado mediante suscripción popular, en un acto
presidido por el alcalde “chillonero”, los familiares de las victimas
depositaron los restos otorgando una especial emotividad a la fecha de este 1º
de Mayo.
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