Hoy me he echado al monte y no en sentido metafórico sino en justa expresión. Acompañado de “gordi”, mi labradora retriever, hemos recorrido las sendas y trochas por las que se movió la partida del “gafas” y he disfrutado, trasmutado en maquis, de las carcajadas con que debieron celebrar al atraco al Banco Español de Crédito de Puertollano, en el que Francisco Expósito y los integrantes de su partida se hicieron con la nada desdeñable cifra de 250.000 pesetas de 1946.
El Gafas”, uno de los guerrilleros antifranquistas más combativos y líder de la resistencia en una amplia zona que abarcaba el norte de las provincias de Jaén y Córdoba, además de la provincia de Ciudad Real, consiguió alcanzar Francia a finales de 1948 donde continuó su lucha contra el fascismo siendo elegido Presidente del Frente Marxista-Leninista Español hasta su fallecimiento en 1998 en Clermont-Ferrand. Antes de morir Francisco Expósito dejó escritas unas extraordinarias memorias donde se relatan numerosos episodios sobre su vida y lucha en la resistencia antifranquista por tierras jiennenses y manchegas. No fue la única ocasión en que el gafas le ganó la partida al régimen franquista. Semanas después del atraco al banco asaltaron el tren correo de Badajoz,. a la altura de Caracollera, y se llevaron otra importante cantidad de dinero.
Recorrer estos caminos me inspira resistencia ante la opresión y lucidez para seguir creyendo en los valores de la izquierda. También confianza en que l@s jóvenes “reaccionan” tras la “indignación” y comienzan a dar toques serios a los partidos para que construyan la democracia participativa que nos robaron a la generación de la transición.
Decenas de miles de personas se manifestaron el pasado domingo exigiendo democracia real y un@s poc@s acamparon en la Puerta del Sol en una acción que me recuerda las movilizaciones tunecinas o egipcias. El PSOE e IU deberían tomar nota de la distancia a la que están de lo que siente la calle, al PP ni se le invita ni se le espera, y los sindicatos advertir que una plataforma con escasos tres meses de vida les supera en poder de convocatoria.
Todo está en revisión, especialmente las formas de organizarse y de reivindicar. Queremos seguir defendiendo el “estado del bienestar” pero no a costa de los recursos naturales y de los desequilibrios entre el mundo rico y el mundo pobre. Queremos energías limpias y públicas, aguas no privatizadas, reciclado de los residuos, transportes sostenibles, todas las viviendas ocupadas, investigación e innovación al servicio de la sociedad civil, trabajos dignos, estables y bien remunerados. Estos son los deseos de la inmensa mayoría y no son una quimera, solo hay que remover los obstáculos que los dificultan: la derecha política, las instituciones civiles conservadoras, los empresarios especuladores…, y votar el 22 de mayo y exigir democracia real y participativa cada día y cada instante.
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