En el PP están
convencidos de que no les conviene enfrentarse a las propuestas del PSOE. Su campaña va por otro lado. Mariano
Rajoy se ve ya vencedor y solo le preocupan dos cosas: no dar miedo y que no le pillen en
la mentira. Para la primera, evita lanzar propuestas arriesgadas o
impopulares. El próximo fin de semana celebran la convención electoral en
Málaga, y los que lo han redactado insisten en descartar que sea polémico. Para
lo segundo, evita comprometerse a nada, ni siquiera aclara si prorrogará los Presupuestos, lo que supondría mantener la
congelación de las pensiones y la bajada de sueldos a los funcionarios.
Pero, pese al
secretismo con que lo llevan, algo vamos sabiendo. Rajoy ha empezado a desgranar sus propuestas estrella, que rematará este fin de semana
en Málaga. La más importante, la que el Partido Popular tiene más clara, es una
dura
reforma laboral, que consideran imprescindible. Nuestra reforma,
aseguran es la que está pidiendo Europa y su exigencia estaba en la carta
enviada al gobierno español por el Banco Central Europeo.
Las claves de la
reforma laboral que hará el PP serán dos: negociación colectiva y salarios. En negociación
colectiva se proponen impulsar los convenios de empresa frente a los
sectoriales y provinciales, lo que reduce a la mínima expresión la labor sindical.
En cuanto a salarios, su planteamiento es bajarlos y si la
respuesta es fuerte congelarlos. Lo que persiguen es el efecto de una devaluación
de moneda para competir con el exterior. No descartan tampoco apostar por un
modelo de contrato único con indemnización por despido muy reducida.
La otra gran reforma que apuntan, siempre sin concretar cifras, es una
notable reducción de la Administración y del empleo público. Ya
han empezado las comunidades del PP bajando los interinos. Ese es el camino que
le gusta a Rajoy: reducir empresas y organismos públicos, reducir interinos y
confiar en la iniciativa privada. La idea cada vez más extendida en Europa de
frenar el ritmo de los recortes no ha calado en el PP. Las privatizaciones, aunque
no se anuncian aún, están en todos los debates internos del PP. Rajoy ha apuntado
la idea de privatizar los ferrocarriles o correos.
Otras formas de
ingresos polémicas, como subir tasas universitarias o el copago
sanitario no están encima de la mesa, de momento, aunque nadie las
descarta del todo. Se apuesta por dar más entrada a iniciativa privada, sobre
todo en sanidad.
El otro gran eje es una bajada de impuestos. El PP sabe que
no hay mucho margen, y en privado incluso no descartan tener que subir algunos
—Europa presiona para subir el IVA y bajar las cotizaciones sociales, los populares
piensan más en los especiales— pero de momento aseguran que no tienen intención
de subir ninguno y auguran bajadas del impuesto de sociedades y ayudas fiscales a
emprendedores.
Como
cabos sueltos vamos conociendo sus intenciones de derogar leyes como la del
aborto
y la del matrimonio homosexual. Visto lo visto en las últimas semanas,
la Ley
de Memoria Histórica tendrá también poco recorrido.
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