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Cigarral adquirido por Cospedal-López del Hierro en las afueras de Toledo |
De cuando
en cuando Dolores Cospedal se deja caer por el congreso de los diputados. Son esos
días elegidos por su jefe para regalarnos su presencia y desinformarnos sobre
lo que nos ha contado la prensa europea, -la española, salvo honrosas
excepciones, hace tiempo que dejo de servir para algo que no fuera a los
poderes económicos o al fascismo-, o contarnos lo que le cuesta aprobar
recortes y que lo hace obligado por la herencia recibida. Entonces, en esos
momentos amargos, Rajoy apoya su pesarosa cabeza en el hombro de Cospedal y
encuentra consuelo a su sufrimiento. Dolores, que de recortes sabe más que
nadie, le anima a seguir por la vereda de la inmolación. Ella y otros barones le
esperan al final del camino.
Hay otros
momentos menos trascendentes en los que el apellido Cospedal resuena en las
cortes generales. Son esos en que alguien pregunta malintencionadamente por los
méritos de un hermano o un primo para acceder a un cargo público muy bien
remunerado; a veces es gente del propio partido quien opina sobre la
conveniencia de que su marido se regale consejos de administración de los de
200.000€ por año. Los más malajes la
invitan a que deje de jugar con el “De” y se aplique el apellido por el que
todos la conocemos en La Mancha: Dolores Prospedal.
¡Qué suerte
tienen algunas! De abogada del estado a la política mejor pagada y mejor
protegida. Con el dinero ganado a razón de hasta tres sueldos públicos y media
docena de consejos de administración se compraron los Prospedal un cigarral que hiciera honores a quien se codea con la
elite del club Bilderberg, para
ahorrarnos en gasto público nos dijo Dolores en las cortes regionales. Se le
olvidó el pequeño detalle de la inversión pública que mandó hacer para acondicionar
a su gusto el salón de la emperatriz
del Palacio de Fuensalida.
El asunto
de las obras en su cigarral movió ríos de tinta la pasada primavera porque con
una licencia de obra menor, de las de apenas 50€, han echado más horas allí que
en la construcción del Escorial. Y por lo que sabemos aún continúan las obras. ¿Quizá
hasta con la misma licencia? ¡Qui lo sa!
Si cigarral
no para de dar que hablar. José Manuel Caballero, diputado socialista, fue
expulsado de las cortes regionales por preguntar sobre los que nos cuesta a los
españoles la seguridad de Cospedal. La pregunta molestó tanto a Dolores que
intervino en el rifirrafe para asegurar que su seguridad se la paga ella de su
bolsillo. Se olvidó, en aquella intervención, que según aseguran los vecinos, media
docena de policías nacionales se turnan las 24 horas para vigilar la vivienda y
los caminos de acceso.
Ahora el
cigarral ha llegado hasta el Congreso de los Diputados y el gobierno se ha
visto obligado a responder a la pregunta del único diputado de Compromis-EQUO.
Joan Baldoví preguntó si era cierto que seis agentes del cuerpo nacional de policía
custodian día y noche las obras del cigarral de los Prospedal en las afueras de
Toledo. ¿Tiene constancia el Gobierno de ese dispositivo de seguridad público que
custodia una obra privada? De ser cierto y reconocido por el Gobierno, ¿cómo
justifica el ejecutivo central dicho dispositivo?", interrogaba Baldoví.
El
Gobierno niega haber ordenado vigilancia policial para las obras de
construcción de la nueva residencia de la presidenta de Castilla-La Mancha y
secretaria general del PP, y ha asegurado que los agentes que se desplazaron allí
lo hicieron para preparar en el futuro el dispositivo de seguridad
correspondiente. Según
argumenta el Gobierno, “cualquier
confusión al respecto puede tener su origen en el estudio de las medidas de
seguridad recomendables que efectuó la Comisaría General de Seguridad
Ciudadana, previo a la ocupación de la vivienda por parte de la Señora
Presidenta, sin que el referido estudio implicara la presencia permanente de
policías en labores de protección de las obras”.
Ya me quedo más tranquilo. Que alegría
conocer del celo que pone nuestra policía en garantizar la seguridad de la
presidenta castellanomanchega. Supimos en mayo que se estaba estudiando la
seguridad en el cigarral de los Prospedal
y sabemos que seis meses después se siguen estudiando los detalles en el mismo
cigarral.
Pues nada, a seguir estudiando que
quizá algún día terminaran aprobando.
Plumaroja
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