Me cuesta entender lo
que ocurre en Extremadura y tengo la sensación de no ser el único que no sale
de su asombro ante tanta “ingenuidad” como muestran los dirigentes de IU en esa
comunidad autónoma. Ya costó entender que no se alcanzara un acuerdo con el
PSOE y se permitiera una banderita más en los extensos dominios que el PP
alcanzó tras las elecciones del 22M. Cuesta aún más entenderlo si la causa son
los rencores del pasado y se pasa a Fernández Vara la factura que no se pudo
pasar en su día a Rodríguez Ibarra.
Aquella decisión tuvo
consecuencias y la mitad de la dirección abandonó la ejecutiva regional en
desacuerdo con la actuación de Escobar y sus fieles. Más drásticos fueron los
portavoces de SIEX que amenazaron con romper la coalición y abandonar sus
filas. También en la dirección federal de IU surgieron las diferencias entre
quienes pregonan que al PSOE ni agua y quienes, como Cayo Lara, apuestan por el
dialogo de la izquierda para impedir gobiernos de la derecha.
Pero IU Extremadura también
tiene sus partidarios en otros territorios. Inspirados por Anguita, Sánchez
Gordillo y sus fieles aprueban la posición de Escobar y quieren importarla a
Andalucía de cara a las próximas elecciones autonómicas. Argumentan que tras
décadas de gobierno socialista, la comunidad necesita regenerarse políticamente.
Puede que así sea, pero siempre será preferible regenerar desde el dialogo de
la izquierda que la regeneración corrupta a que nos tiene acostumbrados la
derecha española.
Lo cierto es que el
Pleno del Parlamento de Extremadura aprobó ayer los presupuestos generales para 2012 y lo hizo
gracias a la abstención de los tres diputados de IU. Las cuentas,
que ascienden a 4.914 millones de euros, experimentan un recorte del 5’3%
respecto a los presupuestos del año anterior, lo que hace más difícil aun entender
la posición de IU. La incredulidad aumenta si se atiende a los argumentos de
Pedro Escobar: “son unas cuentas de subsistencia
en las que no puede haber mucho entusiasmo porque la situación es difícil”,
“pasan con los 32 votos del grupo
mayoritario”, “nos hemos abstenido en
todas las enmiendas que no eran las nuestras; sólo hemos votado a favor de las
nuestras y algunas enmiendas concretas que intentaban rectificar los
Presupuestos en cuanto a transferencias a la educación concertada”,… la
guerra PSOE-IU se ha saldado con la inesperada victoria de Monago y la derrota
de 326 enmiendas de las 348 presentadas. En Extremadura, la política ofrece la
singularidad de que 32 sumen más que 33.
El espectáculo ofrecido
por PSOE-IU en Extremadura ha rozado el esperpento. Tras el desencuentro previo
al debate de investidura todo hacia apuntar un posible entendimiento que
pusiera contra las cuerdas al gobierno Monago. Sin embargo, el popular
consiguió la abstención de IU con la promesa de negociar con el gobierno
central algunos impuestos menores.
Escobar se contentó
entonces con un claro brindis al sol y otro tanto ha ocurrido ahora. De nuevo
se ha escenificado un posible entendimiento tras anunciarse por ambas organizaciones
sendas enmiendas a la totalidad de la cuentas regionales. Pero todo cambio a
mediados de diciembre, cuando se hizo público el acercamiento PP-IU y la
posibilidad de que la coalición retirase su enmienda y apoyara con su
abstención los presupuestos. Las contrapartidas eran 100 millones de euros con
cargo a la deuda histórica y 35 millones más con cargo a la enajenación de
patrimonio, que irían destinados a política sociales en caso de que se cobrara
la primera y se recaudara la segunda.
Todo un ejercicio de
funambulismo para recorrer sin red los días transcurridos entre el debate de
investidura y el de presupuestos haciéndonos creer que la izquierda ha
aprendido la lección y quiere trabajar junta para recuperar la autoestima y la
confianza de los ciudadanos. Escobar se ha conformado con propuestas que se
escapan a la competencia directa del gobierno extremeño y a cambio del hipotético
ingreso de 135 millones permite que se escapen directamente 260 millones. El mismo
ejercicio se escenifica en los presupuestos de la universidad, presentando el
pacto PP-IU como un incremento de sus recursos cuando en realidad han
disminuido en casi dos millones de euros. Para consuelo de tontos nos queda el
acuerdo PSOE-IU para incrementar en 6.000€ las ayudas a las asociaciones
ecologistas.
Una reflexión en voz
alta que seguro llegará a los dirigentes extremeños de IU: “sería un tremendo error sacar demasiado
pecho por los resultados obtenidos en la región, no son para tanto en una
situación relativamente ventajosa, y puede que los ciudadanos se pregunten en próximas
convocatorias si merece la pena votar a una opción de izquierda que está
facilitando las cosas a la derecha… ya ocurrió una vez con Anguita y volverá a
ocurrir ahora, -con más razón tras el giro a la izquierda que está
experimentando el PSOE-, que las urnas colocan finalmente a cada uno en el
lugar que merece”.
La dirección federal de IU debería ser mas contundente ante la actuación de IU Extremadura. Si los órganos federales acuerdan no favorecer por acción u omisión ningún gobierno del PP es importante que se corrija la errática deriva de Pedro Escobar o de lo contrario se pondrá en riesgo la credibilidad de IU en otros territorios del Estado español.
ResponderEliminarJAJAJA la dirección federal está suficientemente acojonada con Anadalucía (a ver si les va a dar por pensar por ellos mismos y no obedecer como borregos) como para salvar el riesgo que corre la credibilidad de IU. Para quien escribió este artículo: si te cuesta creer que no hubiera entendimiento entre IU y PSOE es que no has pasado en Extremadura más de dos minutos, o llevas viviendo toda la vida con los ojos vendados y los oídos encerados, porque han sido lo peor de lo peor: enchufismo, presupuestos imaginarios (éstos que decían que los 100 M€ de la deuda histórica no se cobrarán deberían recordar que ellos no los cobraron pero los gastaron), patrimonio de Extremadura regalado a grandes explotadores...y el PP puede ser peor que ésto? francamente, un servidor piensa que no
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