
Pobre Zariquiegui, desconoce que nosotros tenemos un primo infinitamente más
poderoso que el de Rajoy. Nuestro primo es nada más y nada menos que el primo
de Zumosol, ese que pone en su sitio a los “abusones” y que ilumina con su luz
a las mentes perezosas e inmovilistas, como es el caso de la señora
Zariquiegui. Se dé buena tinta que no le gusta este blog, aunque lo lee y por
ello le brindo algunos argumentos contra la energía nuclear, por si algún día
se le enciende la lucecita.
Los defensores de la energía nuclear tienen
básicamente dos únicos argumentos serios: Las centrales nucleares son
“seguras”, y que las necesitamos para nuestro modo de vida. Tienen razón… PERO:
1.- El lobby
nuclear afirma insistentemente que la energía
nuclear es “razonablemente segura”. Son más seguras aún que
afirmar que no te va a tocar el primer premio de la lotería. Haz la prueba…
verás que no te toca… Las centrales
nucleares son una LOTERÍA: Hay gente que “juega” porque le puede tocar,
y hay gente que “no juega” porque es muy difícil que te toque. Los dos
argumentos son válidos.
El problema GORDO con la LOTERÍA
NUCLEAR, es que si nos “toca”… si toca un accidente, no sólo les toca a
los que “juegan”, a los que QUIEREN esa energía, sino que nos toca a todos,
incluso a quienes ni siquiera disfrutaron de la energía que se generó
nuclearmente. Es extremadamente INJUSTO
que nos obliguen a TODOS a “jugar” a la LOTERÍA NUCLEAR. No podemos controlar
los imprevistos, y lo demuestra la demasiado larga lista de accidentes nucleares
civiles (sin contar los que hayan sido silenciados). Si para
conducir un coche hace falta un seguro… ¿Por
qué no hay seguro para las centrales nucleares? ¿Quién asume la
responsabilidad de un accidente? La energía nuclear es cara aunque se están ahorrando los costes de
internalizar la protección ambiental y los riesgos para la salud, presentes y
futuros, que son imprescindibles.
2.- Respecto al
segundo argumento, el hecho de “necesitar” las centrales nucleares para nuestro
modo de vida, es un argumento muy sólido (no para España que “sólo” tiene 8
reactores). Lo que hay que poner en duda es si necesitamos ese “modo de vida”
y, más aún, si ese “modo de vida” es justo y conveniente (si es SOStenible).
Es posible que no podamos renunciar a las nucleares si queremos seguir llevando
el mismo estilo de vida crecientemente DERROCHADOR
y CONSUMISTA: De hecho, este es, en mi opinión, un
PROBLEMA MÁS GRAVE AÚN QUE LAS NUCLEARES.
Nadie pide que se cierren las nucleares y que sigamos consumiendo “a lo
loco”… Los japoneses necesitan sus decenas de reactores nucleares (55 antes de
Fukushima) si quieren vivir despilfarrando energía… pero entonces… ahora tienen
los problemas que sus políticos les han buscado, y que ellos han aceptado para
vivir cómodamente. Es muy complicado predecir terremotos y tsunamis, pero en
cualquier momento puede ocurrir uno peor que el de Japón: ¿se arrepentirán
entonces o asumirán su decisión? ¿China y Corea también asumirán dicha decisión
por parte de Japón? Nuestra opinión sobre las nucleares no puede depender de si
ocurren o no accidentes que pongan en jaque algún reactor
nuclear. Los políticos son los que están a favor de esta energía. La gente está
en CONTRA de las nucleares (demostrado por la contundente oposición de las
poblaciones próximas a cualquier emplazamiento nuclear y las firmas de apoyo
expresadas en campañas como la de GREEPEACE).
Las energías renovables son viables,
pero no podemos apostar por las renovables y continuar consumiendo de forma
creciente. Ya no sirve el “Desarrollo Sostenible”,
sino que hay que apostar primero por la “SOStenibilidad”,
y luego por el “Desarrollo”. De ahí, los intelectuales
que se unen cada vez más a la corriente del Decrecimiento. Una política
energética de futuro planteará cerrar
las centrales nucleares, pero A LA VEZ reducir nuestro consumo
(evitando su perverso
efecto rebote), reducir la contaminación
lumínica, usar más energía solar,
dejar de construir
autovías y correr menos con el coche,
hacer turismo más
responsable, ser más vegetarianos
(como dijeron Riechmann, De Jouvenel, o Georgescu-Roegen, entre otros muchos…), proteger nuestra
biodiversidad (y los ríos…), potenciar las democracias (como
también dijo el Nobel de economía indio A.K. Sen)…
en definitiva: reducir nuestra huella
ecológica y seguir, si se puede, los
consejos de la CADENA VERDE. Si no hacemos lo anterior… ni cerrar
las nucleares nos va a salvar del desastre (incluyendo el mayor problema de la
humanidad). Se puede vivir bien… con menos.
Los demás argumentos para defender
las nucleares son falsos o con escaso fundamento. Las energías renovables,
aunque fueran más caras, son el único futuro por el que tenemos que apostar. La
LOTERÍA de las RENOVABLES es más rentable. En particular, la eólica-marina creemos que tiene un gran futuro, y la solar fotovoltaica está mejorando su eficiencia de forma exponencial
(y en caso de tsunami no hay riesgo nuclear: garantizado). Las nucleares son ya
parte de un negro pasado, que poco a poco morirá, por su propio peso. La
cuestión es cuántas vidas se llevará antes, y después, de morir (por los
cementerios nucleares como el que se pretende instalar en Villar de Cañas).
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