A
pesar de nuestra historia. A pesar de un pasado caracterizado por la
resistencia a la colonización y por la inteligencia para establecer políticas de
alianzas con los vecinos. A pesar de haber sido uno de los pueblos prerromanos
más desarrollados, a la par de los Tartesos
y, desde luego, muy por encima de Turdetanos,
Carpetanos, Bastetanos, Vettones…, a pesar de haber tenido reservado lugar
preferente en la catedral de Toledo para nuestros obispos hasta bien entrado el
siglo VIII, a pesar de haber acompañado a Aníbal hasta las puertas de Roma…, a
pesar de un pasado del que sentirse orgulloso, ahora nos toca sufrir y ser depositarios
de lo que en Madrid y otras instancias del Estado no quieren.
Hemos
pasado de un gobierno autonómico en el que predominaban los naturales de la
tierra, incluso los no naturales como Fernando Lamata asumían rápidamente la
nacionalidad y el sentimiento manchego, a un gobierno de descastados que ni
siquiera tienen la decencia de residir y pagar impuestos aquí. Y así nos luce
el pelo, que diría mi madre. Si alguien pone en cuestión lo que digo lo invito
a personarse en la estación de Toledo y observará el rosario de consejer@s y altos
cargos que viajan cada tarde con destino a Madrid. También pueden dirigirse a
las sedes de distintas consejerías y comprobar cuant@s de ell@s ponen rumbo a
la capital del reino en sus coches de lujo oficiales.
Claro,
en las actuales circunstancias, es normal que no nos defiendan y acaten
obedientemente los dictados del PP. Qué tiempos aquellos en que nuestros
gobernantes se enfrentaban a las decisiones del gobierno central aunque fuera
de su mismo partido. Ahora nos toca esperar pacientemente a que sople el viento
a favor. Cuanto hay viento hay que
aventar y debemos estar preparados para separar la paja del grano.
Mientras
tanto seguiremos dando agua para el levante y pagando sus verduras y hortalizas
a precio de oro, acogeremos los residuos nucleares de toda España y
condenaremos a la provincia de Cuenca porque el alcalde de Villar de Cañas se
ha encandilado con el brillo del becerro de oro, pondremos en riesgo nuestros
recursos naturales para que otros crucen rápido el territorio manchego o cacen
en él y renunciaremos a tener Estatuto de Autonomía. Son las ventajas de tener
como presidenta a una extraña que desconfía de nuestras capacidades y se siente
en la necesidad de acompañarse de técnicos de segundo pelo procedentes de
Madrid.
Desde
luego, si yo fuera militante popular estaría muy cabreado y me preguntaría si
me merezco un desprecio tras otro, salvo si me llamo Antonio Lucas Torres,
entonces haré palmas con las orejas y besaré el suelo que pise Cospedal. ¡Joder,
que suerte la mía! Todo lo contrario debe sentir Carmen Riolobos que
desesperada por no pillar cacho y ser enviada al destierro del Senado, antes lo
estuvo en el parlamento europeo, anda ladrando sus penas por las esquinas. El problema
de Carmen es que está enviciada con lo de dar caña a los socialistas y paga sus
cabreos con Cospedal en la persona del pobre Barreda.
Barreda
se ha convertido en la estera que golpear en caso de necesidad y raro es el día
que no se lleva unos rapapolvos. Lo que me sigue sorprendiendo es que sus
exconsejeros, delegados y altos cargos consideren que la guerra no va con ell@s
y que el habitual látigo del PP en tiempos de bonanza, José Manuel Caballero,
tampoco abra la boca para defender a quien todo le debe.
En
fin, cositas de nuestros politiquillos y de su nivel de intelecto. Como sé que
andamos de rebajas y se compran ideas a bajo precio les dejo la siguiente perla:
recuperar la provincia La Mancha
existente entre 1661 y 1833, desde luego mucho más consolidada que la actual
Castilla La Mancha, lo que nos permitiría comenzar el 2012 con la alegría al menos
de llamarnos simplemente mancheg@s. La
propuesta tiene su truco pero igual no lo ven, es impedir que los madrileños de
Guadalajara voten con nosotros y así podremos recuperar pronto la autoestima y
el autogobierno para dejar de ser una colonia de Madrid.
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