viernes, 13 de julio de 2012

RTVE. "CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA"


RTVE ve reducidos su presupuesto y contenidos en una época de severos recortes. TVE ha renunciado a la emisión de sus programas estrella: el Mundial de Motociclismo, la Hora de José Mota y Águila Roja, además de que el Consejo de Administración plantea el posible cierre de los canales ClanTV y Teledeporte.
12_tve_aguilarojaTVE ha renunciado a la emisión de sus programas estrella: el Mundial de Motociclismo, la Hora de José Mota y Águila Roja
El cambio del modelo de financiación de RTVE ha contribuido en gran medida a esta complicada situación. El modelo de financiación mixta que fijó la ley 17/2006, que repartía la financiación de RTVE entre ingresos publicitarios y los presupuestos estales, auguraba una recuperación de la estabilidad presupuestaria y económica de RTVE. Pero su sustitución por el nuevo modelo de financiación del 2009 produjo muchas dudas acerca de las verdaderas prioridades e intereses del gobierno de Zapatero respecto a la radiotelevisión pública.
Muchos insinúan el decisivo papel de las televisiones privadas en la aprobación de la ley 8/2009 que estableció la total eliminación de la publicidad de TVE. Esta medida había sido reclamada en numerosas ocasiones por la Unión de Televisiones Comerciales Asociadas (UTECA), que consideraba a TVE una “competencia desleal”.
Todo empezó en 2008, con la planificación del apagón analógico y el cambio a la TDT, que supuso una gran fragmentación de las audiencias y del mercado publicitario en una situación ya de por sí complicada para las televisiones privadas. Incluso las más poderosas, como Antena 3 y Telecinco, pasaban un bache económico debido a la caída publicitaria de un 11% en sus ingresos, que iban a parar a otros medios como Internet.
La proliferación de canales que llegaba con la TDT dificultaba aún más la rentabilidad de Antena 3 y Telecinco, que ya estaban contrariadas con el gobierno después de la autorización de dos nuevos canales: Cuatro y La Sexta, entre 2005 y 2006.
El periodista y ex-miembro del Consejo de Administración de RTVE José Manuel Martín Medem afirma que “el gobierno de Zapatero concedió las licencias de Cuatro y La Sexta a Sogecable y Mediapro, empresas afines con las que pretendía contar con una defensa política. Durante el mandato de Aznar, el Partido Popular se había ganado la simpatía de Mediaset y del Grupo Planeta, con los cuales había intercambiado favores. Zapatero pretendía compensar el partidismo de Telecinco y Antena 3 colocando a Cuatro y La Sexta, dos cadenas de televisión con una línea editorial más próxima a los socialistas”.
Todos estos acontecimientos llevaron a las televisiones privadas a intensificar las presiones sobre el gobierno para que eliminase la publicidad de TVE y la corporación prescindiese de ciertos programas de entretenimiento exitosos en su programación.
En el 2009, el gobierno de Zapatero acabó cediendo a las presiones de las televisiones privadas (valorando la posibilidad de tener un sólido apoyo en las elecciones) y aceptó las exigencias de UTECA: la desaparición de la publicidad en TVE y la reducción de derechos de contenidos deportivos, cine y ficción propia.
En febrero de ese mismo año el gobierno había aprobado el Real Decreto-ley 1/2009 en el que suprimía la escasa regulación que garantizaba la competencia y pluralismo en los medios de comunicación españoles para propiciar la concentración mediática y la creación de oligopolios. Concretamente, la ley fijaba que las televisiones podían agruparse siempre que la audiencia total de estas cadenas no superase el 27% de espectadores.
12_tve_sedeAntigua sede de RTVE en el Paseo de la Habana, Madrid. Aquí empezaron las emisiones de la televisión en España. ©Huahe
Con esta ley, el gobierno de Zapatero daba vía libre a los grandes grupos de comunicación para absorber a otras cadenas más pequeñas, como sucedió con la fusión entre Telecinco y Cuatro en diciembre de 2010 y entre Antena 3 y la Sexta justo un año después (diciembre de 2011).
Martín Medem explica que “no había suficiente publicidad para todas las privadas y, para calmarlas, el gobierno decidió eliminar la publicidad de TVE para cedérsela toda al duopolio Mediaset/Planeta. La supresión de la publicidad en TVE liberó aproximadamente 500 millones de euros, que fueron a parar en buena parte a las televisiones privadas. Los sucesivos gobiernos prefieren negociar con Antena 3 y Telecinco a cambio de apoyo político en sus contenidos informativos, en lugar de fortalecer el servicio público”.
Obviamente, la ley fue muy bien recibida por las televisiones privadas, que se quitaban una gran competencia en el ámbito publicitario. Así lo ejemplificaba el Consejero Delegado del grupo Mediaset España, Paolo Vasile, que calificó como “valiente” a la iniciativa del gobierno de Zapatero, además de reconocer que “sin la supresión de la publicidad de TVE, Telecinco estaría en una situación económica complicada”.
Entre 2007 y 2010, los socialistas impulsaron unas medidas de tendencia neoliberal, transformando completamente el panorama mediático español que durante su primera legislatura habían mantenido con cierto pluralismo. La supresión de la publicidad de TVE no aparecía en su programa electoral y contrasta con el hecho de que, tan sólo un mes antes de anunciar la medida, el gobierno seguía apoyando un sistema de financiación mixto.
En la ley 8/2009 se justificaba la supresión de los ingresos de publicidad comercial de TVE como una acción necesaria para “garantizar la estabilidad de RTVE y favorecer su equilibrio presupuestario”. El momento crítico que atraviesa actualmente desmonta esta afirmación, ya que la reducción del presupuesto lleva a RTVE hacia un futuro incierto.
Todo apunta, por lo tanto, a que los cambios estructurales que ha sufrido RTVE en el contexto de la digitalización dificultarán el mantenimiento del liderazgo de su canal generalista y del modelo de la corporación.
Crónica Popular

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