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Bono refuerza las tesis recentralizadoras de la derecha |
Se me dirá, recurriendo al
internacionalismo proletario –que curioso que los del gato blanco recurran a las
fuentes marxistas cuando les va bien-, que los trabajadores no tenemos patria y
que lo prioritario es mejorar nuestras condiciones laborales. Quienes a ello
recurren, olvidan que antropológicamente los humanos nos hemos identificado con
el clan, el grupo, la tribu, el pueblo… y que ello no nos hace perder la
identidad de clase, ni olvidarnos de mejorar nuestras condiciones de vida. Han sido
precisamente ellos quienes, con políticas equivocadas pero intencionadas, han
jugado a desarmar nuestra identidad de clase para concluir que las clases
sociales son una reliquia del pasado en su moderna sociedad consumista. Son ellos
quienes esconden a las bases socialistas que el PSOE siempre proclamó un Estado
Federal y Republicano y son ellos quienes niegan que las mejora sociales han
surgido siempre desde sociedades avanzadas en su arquitectura institucional y
en derechos democráticos y así se han extendido por el mundo. Luego, no es
conservador reforzar la identidad de grupo si los avances se comparten con el
vecino y este los comparte con el suyo. Y olvidar que esta España es fruto de
intercambios culturales que han forjado múltiples identidades es negar la
realidad, deberíamos presumir de nuestra pluralidad y hacer de ella una
oportunidad para prosperar como país.
Creo que ha llegado el tiempo de que
el modelo federalista sea prioridad para toda la izquierda y seamos conscientes
que sin este PSOE no será posible pero que con el caminamos demasiado lentos. Es
tiempo de alzar la voz frente a los nacionalismos que nos han silenciado durante
décadas ahondando en la diferencia para alimentar su poder y
aclarar que:
·
España
es plural, y que todas las lenguas y culturas que recoge están igualmente
ligadas a su idiosincrasia. De esta manera, la diversidad cultural y
lingüística no debe ser vista como una amenaza sino, muy al contrario, ser
defendida sin complejos como factor enriquecedor porque, al margen del ámbito
territorial que abarquen, forman parte del patrimonio común.
·
El
modelo territorial de la Constitución de 1978 ha dado importantes resultados,
permitiendo integrar la diversidad de los distintos pueblos de España dentro
del mismo proyecto común. Sin embargo, que existen problemas de fondo que no se
pueden obviar y que resulta necesario afrontar, algunos de los cuales hallan su
causa en los intentos de uniformizar y recentralizar el Estado. Frente a esos
intentos involucionistas, el Federalismo se constituye en la alternativa de la
izquierda y aporta soluciones a los debates planteados y, sobre todo, provee la
forma en la que se pueden hallar las
soluciones para el presente y para el futuro.
Personalmente, entiendo el
federalismo como un principio de organización social del que se puede derivar
una determinada forma de organizar política y administrativamente un Estado,
pero considero la idea federal de mucho mayor alcance. En su
núcleo se halla el concepto del pacto entre ciudadanos iguales desde la
diversidad, para construir espacios comunes de cooperación. En su misma esencia
está el carácter dinámico del pacto y su capacidad para adaptarse a realidades
cambiantes, pues el mismo es el pacto que cada persona establece con las demás,
que cada generación viva se da para construir la sociedad en que vivimos.
Para el federalismo, la fuente de legitimidad política es la razón humana y la
voluntad libremente expresada, y el poder político se distribuye y fluye de lo
particular a lo general, de tal forma que la persona o entidad que cede parte
de su libertad para construir un espacio común con otras, siempre retiene más
libertad que la que cede, y sólo por la libre asociación que así se establece
se asume la heteronomía y sus obligaciones. El respeto
mutuo, la confianza, la negociación y el equilibrio están en la esencia misma
del federalismo, junto con la idea de participación plena en la formación de la
voluntad común.
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El Pacto Fiscal es el principal argumento de Artur Mas |
El federalismo es
intrínsecamente incompatible con la dominación y la jerarquía, es horizontal e
implica distribución del poder, coordinación y cooperación. Por ello, afirmo
que la idea federal contiene el fermento de una democracia radical.
Así es como los federalistas queremos construir la sociedad, y así es también
como creemos que es mejor construir un Estado. De hecho, compartimos la
convicción que el federalismo es el horizonte de futuro para los pueblos de
España, de Europa y del mundo. Puesto que no suscribo la
tesis que pretende que a cada Estado debe corresponderle una sola nación, ni
tampoco la que pretende que a cada nación deba corresponderle un Estado, defiendo
la federación de los pueblos en Estados plurinacionales. El federalismo, así,
no niega ni soslaya la relevancia de las identidades nacionales sino que
permite y facilita su encaje en una construcción política compleja a la par que
sólida, por estar cimentada en la voluntad política de construir la unión en
base a la plena libertad. Eso sí, afirmo que la igualdad no debe
confundirse con la uniformidad, y el reconocimiento de las especificidades
nacionales no es óbice para asegurar la igualdad de los ciudadanos y ciudadanas
de la federación en el ejercicio de los derechos que les reconozcan las leyes.
La
transformación de España en un Estado plenamente federal requiere una reforma
de la Constitución, que permita fundar un nuevo consenso democrático entre su
ciudadanía. En esta reforma, se debe articular el autogobierno de los Estados
federados con el gobierno compartido en el Estado federal y la participación en
la formación de la voluntad de éste. Se debe reformar el Senado para que sea
verdaderamente una cámara de representación territorial, como se debe conseguir
un auténtico reparto federal de poderes, revisar el papel del poder judicial y
de la administración de justicia, así como establecer los mecanismos no
jerárquicos de cooperación y de participación. Se debe incluir un federalismo
fiscal que resulte en un pacto fiscal que parta de los principios de
suficiencia, transparencia, corresponsabilidad, equidad y justicia.
La
reforma de la Constitución debe ser también una oportunidad para profundizar en
la lógica democrática, dando respuesta a muchas de las cuestiones que, en clara
muestra de la crisis institucional y de representación que vivimos, se han
planteado desde distintos ámbitos sociales, con especial intensidad en los
últimos dos años. Esta reforma debe servir también para situar el
programa social de la democracia en primer plano y garantizar su ejecución. No
hay soberanía ni plenitud nacional posible si los ciudadanos y ciudadanas no
pueden desarrollar sus proyectos de vida libremente, con autonomía y dignidad, sin
avanzar en la conquista de la mayor igualdad, libertad y solidaridad posible,
la misma democracia se hace irreconocible como tal. Veo en esta
reforma la oportunidad para consolidar una democracia plena y avanzada, para
reconciliar a la inmensa mayoría de los ciudadanos con un proyecto compartido,
así como para alcanzar el bienestar común y el pleno reconocimiento de la
libertad de cada persona y cada pueblo.
Marcel Félix de San Andrés
¡Hostias, tú, estás sembrao...!
ResponderEliminarleerte a diario tiene el resultado que ves compañero
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