Hace tiempo aprendí que un
sindicato de clase está obligado a preservar los empleos por encima de otras
reivindicaciones. De qué sirve defender derechos sociolaborales si tus
defendidos pasan a engrosar las listas del paro, entonces tendrás que atender problemas
de parados y no de trabajadores. El principal derecho que tiene un trabajador,
contemplado así en la Constitución Española, es a su puesto de trabajo.
Desde la anterior premisa, un sindicato
y un partido político pueden compartir modelo social y económico pero tienen
prioridades distintas. Mientras el sindicato está obligado a atender los
problemas derivados del normal funcionamiento del sistema, el partido está
obligado a mejorarlo y prioriza por ello las acciones tendentes a cambiarlo.
El conflicto de Silicio Solar se
ha llevado hasta el actual extremo porque uno de sus protagonistas juega indistintamente
el papel de partido y sindicato y ha confundido, como en otras ocasiones, su
verdadero rol. CGT nace de una escisión de CNT-AIT, asumiendo de este su ideal
anarquista pero aplicando el modelo sindical del comunismo primitivo. Tanto es así que él
PCE se planteó vincularlo como sindicato hermano ante la deriva independentista
emprendida por CCOO. Quizá por ello, amén de rencores personales, tienen en
este sindicato a su bestia negra y dedican a criticarlo todas las energías. Si en
esta lucha resultan perjudicados los trabajadores, su respuesta es que son simples
daños colaterales.
CGT parece tener aquí dos claros
enemigos a los que combatir: el PSOE de Puertollano y los sindicatos de clase
(CCOO-UGT). La empresa no es otra cosa que el zapato con que golpear en el culo
a Joaquín Hermoso, por el que sienten especial aversión, y a los vendidos
dirigentes sindicales. Si la empresa es el arma con que golpear al enemigo, los
trabajadores son los rehenes con los que se reclama la negociación cuando las
cosas van mal. Y como en la guerra todo es legítimo, se dejan guardados en el
cajón los principios morales y los valores democráticos.
En el conflicto han sido
frecuentes los insultos, las amenazas y las agresiones a personas y objetos. La
asamblea ha sido utilizada para amedrentar a los delegados de CCOO y UGT y
rechazada cuando no la podían gobernar. La huelga, arma vital de los trabajadores,
es una pistola de agua en manos de estos inconscientes, abusando de ella y ridiculizándola
hasta extremos que me hacen sentir vergüenza. La consulta a los trabajadores
era reclamada o rechazada según convenía a sus intereses. Todo un ejemplo de
conducta democrática por el que el tiempo les pasará factura.
Dejamos atrás estas “pequeñeces”,
tiempo tendremos de cobrarnos la factura, para centrarnos en lo que interesa:
la solución al conflicto. Ahora son los trabajadores quienes están decidiendo sobre
si prefieren conservar el empleo o hacer política al estilo de la CGT.
Llegamos aquí con una nueva
propuesta de la empresa que conviene valorar en su justa medida. La empresa ha
subido su compensación salarial hasta el 20% y se compromete a recortarlo y
revisar la duración del ERTE en cuanto sea posible. Está también dispuesta a
compartir información con la comisión de seguimiento del ERTE. El principal
error que comete es el de presentar la propuesta como un ultimátum impidiendo así
que los trabajadores la asuman como una conquista fruto de sus movilizaciones.
Para que esta nueva propuesta fuera
presentada ha sido precisa la intervención mediadora del ayuntamiento, llamando
a las partes a la negociación ante el temor del cierre y la consiguiente pérdida
de un millar de empleos. La reunión se cerró con el compromiso de consultar
urgentemente a todos los trabajadores y el anuncio de los delegados de CGT de
mantenerse al margen de la consulta y la negociación. Como en otras ocasiones,
los delegados de CGT estuvieron “arropados” por sus acólitos más fieles.
Uno de los compromisos se está
cumpliendo estos días, los trabajadores han sido convocados a asambleas
informativas para ejercer después el derecho a elegir su futuro: empleo o desempleo.
La otra no. CGT no se ha mantenido al margen y está haciendo campaña activa por
el NO. Ha llamado a votar a sus acólitos y ha vuelto a emplear palabras gruesas
contra el alcalde y los sindicatos de clase. Sé que no debo hacerlo, pero me
tienta la idea de declararlos “personas no gratas”.
Quedan aún varios turnos por
participar del referéndum y los trabajadores deberían valorar que el ERTE es
una suspensión temporal de la relación laboral que permitirá recuperar pronto
la normalidad a la empresa y su vuelta al trabajo activo. No ocurrirá así si el
conflicto se resuelve mediante cierre patronal, ERE extintivo o concurso de
acreedores.
La solución que votan es una
buena solución puesto que contempla una compensación salarial del 20%, esto les
convierte en privilegiados comparados con lo que ocurre en la mayoría de los
EREs, que son extintivos y no contemplan compensación salarial sobre lo que
paga el INEM. Y lo que es más importante: conservan su puesto de trabajo en un
país que supera los cuatro millones de desempleados. Cuanto darían cualquiera
de los que integran las listas del paro por estar en su situación y agarrarse
al empleo como a un clavo ardiendo.
Si los trabajadores rechazaran la
propuesta de la empresa, el conflicto podría desencadenar en cierre y se
perderían mil empleos directos más las decenas de empleos indirectos. Este desenlace
sería un trauma para Puertollano, que ha puesto en manos de las energías
renovables su opción de futuro. No son buenos tiempos para nadie, pero serian
especialmente malos para las cientos de personas que tienen en Silicio Solar su
única fuente de ingresos.
Eso sí, termine como termine este
conflicto estamos obligados a analizar críticamente si todos los agentes
implicados han actuado con la diligencia que el problema requería.
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