Si
hace unos días reflexionábamos sobre la escasa suerte que Puertollano ha tenido
con sus alcaldes, excepción del paso breve por la alcaldía de Santiago Moreno,
tiempo es que lo hagamos acerca de la peor suerte que hemos tenido con la
oposición. No incluiremos aquí a los concejales del PCE o IU porque, en
general, han estado muy por encima de los gobiernos y desde luego muy por
encima de AP o PP, a pesar de que estos les doblaban o triplicaban en número de
concejales.
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Mª José Ciudad Zariquiegui, concejal y diputada regional del PP |
Intento
fríamente encontrar algo que este pueblo, -me gusta más sentirme pueblo que
ciudad entre otras cosas porque ser pueblo es una condición originaria desde la
fundación y ser ciudad es tan solo un título que no mejora la condición de
pueblo-, pueda agradecer a la derecha y solo encuentro desencuentros. Nuestros peores
momentos han coincidido siempre con gobiernos de derechas formulados como UCD o
como PP.
Si
nos remontamos hasta la época franquista, -los padres de los actuales
gobernantes eran quienes tomaban las decisiones entonces-, encontraremos la
responsabilidad directa en el cierre de las minas y la pérdida de miles de
empleos. Comenzó entonces la primera gran diáspora de puertollaneros hacia el
levante y Cataluña en busca de porvenir para ellos y para sus hijos. La decisión
de cerrar las minas se asemeja mucho a la posición que el ministro Soria, antes
fue Miguel Sebastián, tiene contra las renovables. Lejos de reforzar la autonomía
estratégica en el sector energético, apostando por materias primas y tecnologías
locales, se apostó por incrementar la dependencia del petróleo, quizá pagando
los favores a Estados Unidos por facilitar nuestra entrada en la ONU, al igual
que ahora se favorecen los intereses de las grandes eléctricas hasta que estas hayan
copado el sector renovable y hayan expulsado a los proyectos autónomos que lo
han desarrollado. Lo cierto es que los ataques son tan evidentes que la UE ha
advertido de sus negativas consecuencias y la embajada de Estados Unidos se ha
quejado del perjuicio que se causa a sus inversores. La guinda la acaba de
poner el ministro de Hacienda advirtiendo al de Industria que las políticas fiscales
son de su exclusiva competencia y pidiéndole que revise la discriminatoria e
ilegal fiscalidad que quiere imponer a las renovables para favorecer a las eléctricas.
Puertollano
sufre objetivamente cuando gobierna el PP y si hasta ahora teníamos el parapeto
del gobierno regional las cosas cambiaron a peor con la llegada de Cospedal. Ahora
los ataques son en tres frentes: desde los gobiernos central y autonómico y
desde la quinta columna que son los concejales populares. Recordemos que la primera
gran crisis del complejo industrial se vivió en 1980 y que Puertollano se vio
obligado a responder con una Huelga General. Teníamos entonces un 30% de
desempleo y una refinería de la que dependían directa o indirectamente casi
10.000 empleos. El resultado lo conocemos: salvamos los muebles pero perdimos
los 450 empleos directos que dependían de PAULAR.
La
segunda gran crisis del complejo petroquímico se corresponde con el gobierno de
Aznar. Fue bajo su presidencia cuando se produjo la segunda gran privatización de
la empresa, que perdió el 21% de capital público en las OPV de los años 96 y
97. Desde entonces las desinversiones se han acrecentado y el empleo ha
disminuido. Ni siquiera el paréntesis de Zapatero ha frenado la curva
descendente que vive nuestro complejo y pequeñas inversiones en refino consuelan
la agonía del sector químico. Todo apunta que Alcudia, Calatrava y Montoro
(sector químico del grupo REPSOL) seguirán el camino de la extinta PAULAR:
Tarragona.
El
peor accidente de nuestra refinería lo vivimos con un gobierno del PP. Fue el
14 de agosto de 2003 y aunque las causas son fortuitas y no achacables
directamente a un gobierno si hay que mirar directamente hacia sus políticas. En
el origen está la total privatización y la relajación de las medidas de
seguridad buscando pingües beneficios, también la precarización de las
relaciones laborales que suele acompañar a los gobiernos del PP. Aznar tuvo que
enfrentarse a una huelga general por sus ataques a los derechos de los
trabajadores.
Como
vemos hay poco que agradecer a los gobiernos de la derecha. Con ellos hemos
perdido la pujanza de nuestras minas, de nuestro complejo industrial y de las energías
renovables. Con ellos hemos vivido las peores tragedias y con ellos hemos
perdido a nuestro mejor capital: los jóvenes. ¿Y frente a tal situación que han
hecho los diputados y concejales populares? O no han hecho nada, o han actuado
de quintacolumnistas.
Se
tiende a sobrevalorar las altas miras de los concejales de UCD y de AP. Será porque
la vara de medir son los actuales concejales del PP y frente a ellos cualquier tiempo
pasado fue mejor. Lo cierto es que los diputados y concejales de la derecha
nunca se han preocupado por nuestros problemas y nunca ha habido un
posicionamiento contrario a las políticas de su partido. Para ellos el cargo o
el partido está por encima de su ciudad y de sus convecinos. En las crisis de
los 80 y finales de los 90 nunca levantaron la voz, como tampoco lo hicieron
contra la decisión de cerrar las minas o de privatizar REPSOL. También ahora
mantienen un silencio cómplice, cuando no se ponen claramente en contra de
Puertollano, sobre los ataques a las renovables o al sector público.
¿Qué
les ha preocupado a los concejales del PP de Puertollano? Obtener su acta de
concejal o de diputado y una vez conseguida pasarse al enemigo. En este grupo podríamos
incluir, por destacar a algunos, a Jiménez Prieto, Alejandro Llanos y Ciudad Zariquiegui.
El
primero dejó bien claro lo que le preocupaba su cargo cuando rechazó liberarse
sino se le mejoraba lo que cobraba como médico de familia. La cantidad que
reclamaba era inasumible para las arcas municipales pero él se empeñó en acusar
al PSOE de discriminación y de perjudicar al PP. Personalmente no le vi muy
afectado al poder compatibilizar la medicina pública y privada y plantearse
incluso la retirada de la política para restañar los navajazos que le daban
desde su propio partido. Mi sorpresa no tuvo límites cuando le vi incluido en
la candidatura de su “Bruta particular”, aunque pronto lo entendí: las puñaladas
de la traición duelen menos cuando te otorgan un cargo directivo muy bien
remunerado.
Los
hay que se consuelan con menos. Yo mismo he sido testigo de las duras
descalificaciones que Alejandro Llanos ha vertido contra sus compañeros de la
ejecutiva local del PP. No olvidemos que mantuvo en jaque a la dirección regional
con su candidatura alternativa a la de Ciudad Zariquiegui e incluso se llegó a
especular con la ruptura. Así fue hasta que Cospedal decidió tomar cartas en el
asunto y le ofreció un cargo de relleno en la dirección regional. Como decimos
por aquí, muerto el perro se acabó la rabia.
Lo
de Ciudad Zariquiegui es harina de otro costal. Ella fue la gran beneficiada de
la renuncia de Jiménez Prieto al que aconsejó que no se liberara para ocupar su
cargo de portavoz al frente del grupo municipal. Desde el primer momento
maniobró contra distintos compañeros de la candidatura, llegando incluso hasta
lo personal, para limpiar la era de rivales con peso y quedarse como única alternativa.
Cadáveres a su paso han sido Jiménez Prieto, Llanos, Valdenebro, Apolonio, Manuel
Rayo…, cualquiera que pudiera hacerle un mínimo de sombra y no le bailara el
agua como hacen la “joyera” y su eterno segundón. Luchas intestinas aparte, la característica
de los concejales del PP es la pasividad o el ataque frontal en cuanto
concierne a Puertollano.
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Cospedal puso a VIRTUS en la diana de sus ataques contra Barreda |
Empecemos
por VIRTUS y recordemos los iniciales ataques de Alejandro Llanos contra la
fundación, -hay quien insinua que detrás de estos ataques está el rencor porque
su hijo no fue contratado como profesor-, continuados con especial virulencia
por Ciudad Zariquiegui, quien ahora pasea ufana el trofeo de su cierre. Lo cierto
es que al PP debemos que un centro que fue referencia internacional en
formación aeronáutica de excelencia esté actualmente cerrado. Ahora bien, ¿el
cierre de VIRTUS es responsabilidad exclusiva de la agresiva presión de
Cospedal hacia la gestión de Barreda o hay culpa en el gobierno local? En mi
opinión hay responsabilidad en la gestión de Hermoso Murillo. Considero que le
faltó decisión para judicializar a la gerente por las irregularidades económicas
y firmeza para cesar sine die a la
concejal entonces al frente de la fundación. En cambio cerró en falso el
problema con la gerente y premió con otros cargos a la concejal. En el camino,
acompañando el trofeo que Zariquiegui luce en su cinturón, se han quedado
millones de euros en inversiones y decenas de alumnos perjudicados. Si Llanos
se siente personalmente aludido no tendré impedimento en hacer públicas, en la
instancia que considere oportuna, confesiones suyas, mucho más graves, relacionadas
con VIRTUS.
Otro
de los estandartes que los concejales del PP lucían ante los micrófonos era su
proyecto de Puertollano universitario. Recuerdo una entrevista a Jiménez Prieto
y su nerviosismo, lo consideró un ataque personal, cuando le pregunté cómo
pensaba financiar la adquisición y/o construcción de edificios para alojar tantas
titulaciones como pensaba implantar en el campus universitario de Puertollano. Hay
quien piensa que perdió demasiado los papeles en aquella entrevista y por ello
no ganó las elecciones. Aquella bandera de la universidad la han ondeado todos
y el resultado del compromiso real del PP con Puertollano lo conocemos todos: nuestro
Centro de Estudios Universitarios ha sido cerrado por una decisión irrevocable de
Cospedal y ninguno de ellos ha osado alzar la voz.
Conocemos
cual ha sido el compromiso de los concejales del PP con los intereses de
Puertollano: enfrente cuando el complejo petroquímico vive problemas, enfrente
cuando las renovables son atacadas por el gobierno de su partido, enfrente
cuando las infraestructuras de comunicación son paralizadas, enfrente cuando se
cierran centros sanitarios, educativos y se recorta y amenaza de privatización a
nuestro hospital; enfrente cuando el gobierno regional asfixia económicamente al
ayuntamiento y le obliga a aplicar los peores recortes de la historia…. Con
ellos es innecesario buscar enemigos, ejercen muy bien de quintacolumnistas
contra su pueblo.
No
son distintas las cosas cuando se trata de diputados, dirigentes provinciales o
del gobierno regional. Cospedal aún no ha venido a Puertollano y dudo que lo
haga con la que le cae cada vez que pisa la calle. Rosa Romero solo habla de nosotros
para mostrarnos un odio propio de la rivalidad entre vecinos que no es entendible
en un cargo público (recuerdo que en una entrevista perdió los nervios cuando
le aclaré que los índices de delincuencia, según datos oficiales, eran más altos
en Ciudad Real que en Puertollano…, verdaderamente estaba muy caliente conmigo
por haber escrito un artículo sobre su vinculación al oscuro asunto del “quesito”),
Carmen Quintanilla aquí no tiene ningún crédito y prefiere pasear su incompetencia
por los pequeños pueblos y los cargos de consolación que han correspondido a Llanos
y Ciudad Zariquiegui han colmado con creces sus ambiciones y no están
dispuestos a ponerlos en riesgo. Yo a lo que diga mi partido, afirman ambos.
En
fin, nuestra relación con el PP es más de odio que de amor. Amor cuando se
trata de sacar votos con falsas promesas, parecen
el novio que promete hasta meter, y de odio para conservar su acta de
concejal y/o diputado. Me temo que seguirá siendo así mientras Puertollano
lleve con orgullo ser granero de votos de la izquierda.
Plumaroja
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