lunes, 1 de septiembre de 2014

NI INDECISOS NI DILUIDOS, TRABAJANDO POR LA CONVERGENCIA REAL

IU utilizó la palabra Podemos en  la campaña
de afiliación de la federación andaluza
Parece que a IU nos quieren marcan el paso los columnistas de Público, los demoscópicos, algún que otro jarrón chino y un valor de futuro que tiene mucho por demostrar. Pues bien, creo que es tiempo de decir basta. Ni demoscopia, ni iluminados, ni hacedores de opinión al servicio de Roures, la estrategia convergente de IU deben decidirla sus bases. Déjese que cada estructura, conocedora de su entorno, decida sobre la “convergencia” y acéptese el resultado de esa decisión.
En ese ir y venir de argumentos y deslices inoportunos de opinadores relevantes ni siquiera se tienen reparos en adaptar la historia en beneficio propio. Julio Anguita, en su artículo “Ahora. Sin pretextos”, nos llama a superar la indecisión que, en su opinión, es un atavismo de la izquierda y lo hace recordando la figura de Aníbal y que no hubiera decidido tomar Roma cambiando así el rumbo de la historia. Olvida el profesor algunos hechos históricos relevantes que marcaron la decisión del Púnico: los suministros desde Hispania estaban cortados desde la llegada de Cneo Cornelio Escipión y sus victorias sobre los hermanos de Aníbal, otro tanto ocurría con la ayuda prestada desde Macedonia y ahora bloqueada por la flota romana, la alianza de Roma con los númidas de Maselisa que capitaneados por Sifax atacaron Cartago y obligaron a Asdrúbal a dejar Hispania en manos romanas para acudir en ayuda de la metrópolis, la guerra de desgaste que practicó Quinto Flavio Máximo contra las tropas cartaginesas las debilitaron hasta el punto que Aníbal fue consciente de su imposibilidad de tomar Roma por carecer de armamento pesado o de asediarla el tiempo necesario hasta su rendición. Como puede comprobar Julio Anguita los hechos desmienten la presunta “indecisión” de Aníbal, utilizada interesadamente por los historiadores romanos de la época. Los hechos desmienten igualmente que la izquierda española se muestre indecisa cuando entiende necesario converger. ¿Podremos decir lo mismo de la izquierda pendiente de definirse? Ya se verá. Pero las prisas nunca fueron buenas consejeras.
Otro cosa, querido Julio, es que la prioridad sea la convergencia de IU con un partido político que está pendiente de su asamblea constituyente, que crece criticando el sistema de partidos, como hicieron en su dia Cs y UPyD, y que juega con la transversalidad y la indefinición ideológica para pescar en caladeros del centro, la derecha y la izquierda. Eso, la transversalidad, está bien para un movimiento social como el Frente Cívico, del que también formo parte, y del que es hijo adoptivo el partido en cuestión. Pero a un partido que concurre a las elecciones debemos exigirle coherencia entre su ideología y su programa y no hacerlo da lugar a graves contradicciones y a que el programa se ajuste más al aplauso fácil que al ingrato objetivo de construir alternativas.
Con ese “partido”, con sus círculos, convivimos a diario en centenares de pueblos españoles y te aseguro que cuesta entender esa apuesta dadas las tensas relaciones entre “ellos” y los militantes de IU, a quienes lo más suave que nos llaman es pegacarteles casposos. Ni os cuento lo que dicen de nosotros en las redes sociales o en artículos como el dirigido a Cayo Lara. Unos círculos en los que cabe de todo y especialmente anticomunistas que operan buscando protagonismos en temas en los que siempre ha habido respuestas unitarias. ¿Crees que podremos converger con quienes han roto la unidad en la defensa de la sanidad pública o acuerdan en asamblea dinamitar la unidad de acción en la defensa del sector del carbón, como ya lo hicieron en la defensa de las renovables, claro que entonces eran CGT y CTI y ahora son Podemos?
Siendo esto preocupante, lo es más que solo hablemos de lo que aún está por nacer. Y que Alberto Garzón no haga otra cosa que pensar en Pablo: “la convergencia con Podemos es más urgente ahora”. Quizá sería recomendable que desde IU no se vierta un solo comentario sobre Podemos hasta noviembre. Lo que es inexistente orgánica e ideológicamente no puede priorizar la estrategia y la cotidianidad de una organización con tres décadas de historia e innegable capacidad de influencia. Por ello, entiendo que IU, en su apuesta decidida por converger social y políticamente, debe diseñar su calendario al margen de la demoscopia y los titulares de prensa. Hace falta, eso sí, que todas las sensibilidades tengamos una sola voz y caminemos con el mismo paso. No puede ser que una parte llame al todo a converger con otros cuando esa decisión está ya adoptada y la dirección federal viene marcando los ritmos a las partes. Sobran protagonismos y titulares pidiendo noviazgo a Podemos. ¡Y así nos luce el pelo! La gente empieza a creer que estamos en fase de autodisolución.
Caminemos nuestro camino y el de quienes avanzan en la misma dirección: ICV, Cha, Anova, Equo, Compromis, la izquierda nacionalista, movimientos sociales y mareas, sindicatos de clase…, la mayoría social que está por el proceso constituyente. Lleguemos a noviembre reforzados por la convergencia con los afines y sigamos nuestra ruta hasta las municipales sin cerrar las puertas a nadie que comparta programa de mínimos y ser alternativa al liberalismo. Y después de esa etapa hagamos juntos la etapa de las Generales. La convergencia no se hace en la prensa, se hace en el trabajo y la movilización común. Dejemos mientras tanto que Podemos se organice, se aclare y decida si suma o sigue en la guerra mediática contra los enemigos que tanto le aportan.
Reconozcamos también que avanzar en un proceso convergente y constituyente exige identidades que van más allá de la defensa de los derechos humanos, nadie pone en cuestión su importancia, pero no veo yo al PP o a la ONU, también dicen defender los derechos humanos, implicados en ese cambio social que nosotros defendemos. Converger para un proceso constituyente exige otras afinidades programáticas e ideológicas y cuestiones concretas básicas: modelo energético, derechos y libertades, estructura del estado, reforma de la constitución, economía sostenible, relaciones exteriores multipolares y basadas en la neutralidad activa, reforzamiento de lo público, democracia participativa… sobre estas cuestiones existen pronunciamientos inequívocos y coincidentes de las fuerzas de izquierda llamadas al proceso constituyente; otros están por definirse.
Podemos optar por la via de diluirnos-integrarnos en candidaturas ciudadanas o ser nosotros quienes las constituyan y vertebren. Mi opción es claramente la segunda y felicito a compañeros de IU y Equo de municipios de Castilla La Mancha que llevan tiempo trabajando en esta via. Me consta que en esa dirección se trabaja también en Galicia y la Comunidad Valenciana. En ella, además de un proyecto municipalista habrá sin duda un proyecto de provincia y un proyecto de país porque los cuadros de IU-Equo incorporan esa cualidad frente al cortoplacismo localista de los “ciudadanistas”.
Me saltan las costuras cuando escucho a dirigentes de mi organización afirmar que “ganemos es la via para recuperar la fe en la política”. Obvió lo de la fe por no herir sensibilidades, pero afirmo que la confianza en la política y en IU se recupera poniendo distancia con la política tradicional de PP y PSOE; distancia con la corrupción y llenando los juzgados de denuncias contra los corruptos, sean de los “nuestros”, “aliados” o “enemigos”; haciendo oposición firme contra el austericidio en las instituciones y en la calle; practicando la democracia interna y poniendo a nuestros miles de cuadros a trabajar en el proceso constituyente; siendo coherentes con los acuerdos internos y con nuestro proyecto político; sacando a los cargos públicos de los despachos para que rindan cuenta de su trabajo y se contaminen de lo que preocupa a la ciudadanía…, en fin, mostrando a cada instante que somos alternativa a este sistema y que tenemos soluciones a los problemas de la gente. ¿Qué pasará si nos diluimos en cuantos “ganemos” surjan? No podremos responder desde lo local a quienes actúan a nivel estatal y saldrán reforzados en la confrontación con grupúsculos que tienen como propuesta estrella “que hay de lo mio”.
Recordemos que las encuestas nunca nos trataron bien y que ya ni siquiera está Pedro Jeta para, llevado por la simpatía hacia Julio, regalarnos un par de puntos en intención de voto, también que las urnas nos suelen tratar mejor que las encuestas. No nos dejemos influenciar por ellas hasta el punto de abrazar fantasmas. Tenemos un proyecto de sociedad y no nos pueden distraer de él los cálculos cortoplacistas. Lo nuestro es trabajar y trabajar e ir alcanzado cuotas de poder que nos acerquen al objetivo de cambiar la sociedad. Lo nuestro es conformar candidaturas comprometidas con un programa de cambio social y no avaladas únicamente por horas de tertulias televisivas.
Hay millones de personas que comparten esos objetivos y decenas de organizaciones, colectivos y partidos que harán el viaje con nosotros y… nos están esperando. Y no podemos responder con soluciones localistas al servicio de tertulian@s televisiv@s que en este momento tan trascendental han venido a dividir o a cohesionar en torno a su fama pasajera. Integrarnos sí, pero con programas y candidaturas que lleven el adn inconfundible de la izquierda. Ahí, en ese adn, el de IU, sí que están garantizados los derechos humanos, la carta de derechos de la Tierra y el proceso constituyente.

Marcel Félix de San Andrés. 

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