sábado, 13 de septiembre de 2014

LAS ARBOLEDAS.

Antonio Rodríguez Rubio

Los árboles y todas las plantas, son seres vivos. Por serlo, necesitan cuidados.
En mi pueblo que es Librilla, hay un olmo centenario. Dentro de lo que cabe, goza de buena salud. El enemigo mortal para los olmos que es la grafiosis, parece que no le ha llegado. Tiene otras plagas, como lo es el gusano cabezón que carcome las ramas. Muy pocos nos hemos preocupado de esta joya viviente. Hace muchos años, se desgajó una rama e hirió de consideración a una persona que pasaba en bicicleta. Lo que si precisa el olmo del Lavador, es que le saneen las caries (por las caries entra el agua que pudre el corazón del tronco además de ser nido de enfermedades).
Paco el de Alejo, es conocido por muchos en mi pueblo como: “El médico de los árboles”. Ya está jubilado, pero ha sido podador e injertador (pocos injertos de los suyos no han agarrado). Antes de quitar una rama a un árbol que iba a podar, daba unas vueltas alrededor de él; porque el árbol debe quedar equilibrado. Por otro lado, la poda de un árbol frutal no es la misma que la de uno ornamental (selvático).
Para la poda y cuidados de un árbol ornamental, no sirve cualquiera, hay que tener conocimientos en este tipo de árboles. Es mucho más que un fulano que se acerca a él con un serrucho y unas tijeras. Es que le das una patá a un tormo y de debajo te sale un podador. “La rama que cortas no echa”; suelen decir muchos podadores.
Nuestro olmo, es una joya viviente. Según un gran especialista en olmos, Francisco Fuentes (en el extinto IRYDA, él llevaba la conservación de los olmos de toda España), como el de Librilla con su porte y salud, solo había ocho en toda España. Los que nos hemos preocupado de él, solo hemos recibido impedimentos de las instituciones.
Con una buena conservación de las arboledas, sucesos como los que se dan en Madrid, no se darían. Lo peor de todo, son las víctimas humanas.
La bondad de cualquier ciudad del mundo, se mide por sus espacios verdes; por sus arboledas. Muchas de estas arboledas, se nutren de las fugas de agua de las tuberías sobre todo de residuales que haya en el subsuelo; muchos se sorprenderían al ver hasta dónde pueden llegar las raíces. El eucalipto, es un árbol dañino.
Quizá hayan reparado que junto a muchas de nuestras carreteras hay imponentes plátanos orientales o plátanos de sombra; al ser árbol de hoja caduca, en verano da una fresca sombra y en invierno deja pasar el sol. Los carreteros lo agradecían. Además, el plátano oriental, apenas si necesita cuidados.
Debemos agradecer a Carlos III (el alcalde de Madrid) muchos de nuestros espacios verdes. No solo lo de Madrid, sino de toda España ya que eximía de pagar impuestos a la corona si ese dinero se empleaba en arboledas en pueblos y caminos reales. Hasta podría darse el caso que el olmo de Librilla, fuera de esa época.

Cuidemos las arboledas, nos jugamos demasiado. 

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