viernes, 18 de julio de 2014

ESPERANZA Y LA CANCIÓN DEL VERANO

Esperanza confunde la velocidad con el tocino. Lo que no me sorprende, dada esa habilidad para el escapismo que le ha impedido distinguir durante años a los chorizos que crecían alrededor de su ceguera neoliberal, con la que realmente encubría el proteccionismo más casposo de la cosa familiar. 
Cuando le viene bien, se arropa con la túnica de las víctimas del terrorismo, de las de ETA, claro está. De las franquistas ni palabra, borrón y cuenta nueva. E incluso bloqueando a las que no aceptaban la paranoia conspiratoria del 11M.
Por eso, cuando la aristócrata señora Aguirre exige al líder de Podemos que done a las víctimas del terrorismo de ETA la recaudación para demandarla judicialmente por su acusación de que colabora, o pertenece al entorno de ETA, no es que parezca tonta aturdida por la estupidez, lo que está haciendo realmente es colaborar con otra estrofa más a la Canción del Verano. Hilaridad es lo que produce su petición a Podemos. Y asombro por la exhibición de tan poderoso desbarre. Una tonta tontería que pone en evidencia a estos monopolizadores del lenguaje y de la ética y hace obligatorio que vayan desapareciendo de nuestra vida social. Pero, mientras eso llega, logran poner en la lista de los éxitos veraniegos a su cancioncilla y de paso evitan que se hable de la crisis y otras menudeces como los comedores escolares.
Durante años, cada florero de cada inauguración en la Comunidad de Madrid de la que era Presidenta, se troceaba, se contrataba, se volvía a contratar y siempre con la misma Gürtel y ella sin enterarse. No solo eso:  “Quiero agradecer a Alberto López Viejo su generosidad al dimitir para que los que están impulsando la campaña de desprestigio contra el PP no puedan relacionar la investigación con la actividad de la Comunidad de Madrid [...] López Viejo no ha realizado ningún acto ilegal ni irregular” decía apoyando a uno de los grandes imputados de su Gobierno. Ahora resulta que conoce perfectamente que las costas de una demanda judicial son 600€ y no los 13.000 que la cuestación popular de Podemos ha obtenido. Pues qué bien que por fin se entere de lo que cuestan las cosas. Podía habernos ahorrado tanto Gürtel, Albondiguilla, Sepúlvedas, López Viejos, Ortegas, Martín Vascos y otras docenas de peperos bien engrasados en la corruptela económica con solo mirar un poco el bolsillo de  los engominados de que se rodeaba. Y toda aquella desviación de recursos de la que ella era responsable política podía haberse destinado a las víctimas de ETA, o del franquismo por ejemplo.
Podía, pero no lo hizo, y ya entonces recurrió a la distracción. Y ahora más de los mismo. ¿Cómo evitar que se hable de desahucios, comedores escolares cerrados, casos de corrupción, decreto "ómnibus", la mayor deuda pública de nuestra historia, recortes y más recortes...? Muy sencillo, con la canción del verano y un estribillo popular y facilón: Pablo Iglesias.

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