SILICIO SOLAR, CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

A nadie ha sorprendido el desenlace final de un proyecto que aspiraba a convertirse en hegemónico. Es natural que esto ocurra cuando las decisiones se toman de forma unidireccional y los subalternos se muestran incapaces de contradecir a papa Beringov porque ya se ha cuidado el susodicho de que nadie le tosa. 

Instalaciones de Silicio Solar en La Nava (Puertollano)

Todo empezó mal. Una configuración de plantilla hecha con criterios clientelistas, que tuvo que ser malformada con prisas en las instalaciones ucranianas, y desacertadas inversiones multimillonarias, cuando los mercados daban los primeros síntomas de agotamiento, han traído como resultado el concurso de acreedores. Y, para desgracia de los trabajadores, la acción sindical más torpe que uno pueda recordar.

Silicio Solar empezó con buen pie, invirtió 60 millones de euros en Puertollano y contó con las mismas ayudas que cualquier otra empresa: ventajas en el suelo, ayudas a la inversión e incentivos a la contratación. El mismo criterio se siguió para la segunda fase, en la que se invirtieron, según consta en el proyecto, 219 millones y se contó con 8’5 millones de ayudas europeas y 20’9 de ayudas nacionales. De estas ayudas solo se ha cobrado una parte y se tendrá que devolver lo cobrado al haber incumplido los compromisos de inversión y creación de empleo. Sea como sea, las ayudas recibidas apenas alcanzan el 13% de lo invertido, muy lejos del techo europeo del 25%.

Silicio Solar II llegó en el peor momento y con intenciones hegemónicas pesimamente diseñadas. La industria China ya había inundado el mercado mundial de productos baratos frente a los que solo se podía competir con calidad, pero Beringov eligió, como tantas veces, el camino equivocado: competir en el precio y no en la calidad. Las autoridades españolas y europeas tampoco supieron o quisieron ver lo que estaba pasando y el resultado es que las empresas chinas, apoyadas generosamente por su gobierno, ejercen relaciones de monopolio. Solo en Estados Unidos se tomaron medidas y se fijaron importantes aranceles protectores para sus empresas y allí el sector goza de buena salud. Europa, como en tantas cosas, ha llegado demasiado tarde e investiga ahora el dumping chino a las empresas del sector.

Coincidió esta inversión con un clima laboral tenso en el que las ilegales medidas aplicadas por recursos humanos y la escasa experiencia del comité de empresa dieron lugar a una inestabilidad poco recomendable en tiempos de crisis. CGT y CTI se hicieron con el protagonismo en la respuesta sindical, recurriendo para ello a pactos contranatura y negociando secretamente a espaldas de los otros sindicatos para hacerse con la mayoría en el Comité de Empresa –correos electrónicos enviados por error a delegados sindicales de CCOO y UGT confirman el reparto de cargos en reuniones secretas previas a la constitución formal del comité-, y los otros sindicatos aceptaron los hechos a la espera de que la mayoría minoritaria se estrellara. Y así fue, CGT y CTI se han estrellado pero se han llevado por delante más de 1000 empleos y la credibilidad de los sindicatos de clase.

Frente a un problema como el vivido en Silicio Solar es imprescindible la unidad de los trabajadores y aquí se han traspasado todas las líneas rojas, amenazas y agresiones incluidas. Incluso el Ayuntamiento participó activamente en las primeras reuniones con la empresa pero se retiró porque desde las filas de CGT y CTI se les acusaba de partidistas y no defender a los trabajadores. Lejos de actuar unidos, los sindicatos han mantenido posturas enfrentadas a lo largo del conflicto y todos han pagado el precio de la división y del desgaste.

También hay que saber administrar las movilizaciones, pero en Silicio Solar se quemaron todos los barcos en las primeras batallas. Fue un gravísimo error gastar todas las fuerzas contra los primeros ERTES y quedarse sin capacidad de respuesta para atajar los ERES, y fue más grave aún dividir a los trabajadores y enfrentar a una parte contra los sindicatos que entendían legítimamente la necesidad de negociar y más cuando la negociación siempre fue un mandato expreso de la mayoría de la plantilla. Mientras los sindicatos de clase han basado su respuesta en los resultados de los distintos referéndum, CGT se ha desvinculado de las convocatorias y CTI los ha incumplido reiteradamente.

Hasta en el último ERE, el que se lleva por delante los últimos 460 empleos, se han seguido expresando los enfrentamientos sindicales. Resulta que estos trabajadores solo percibirán la indemnización de 20 días por año trabajado mientras que quienes salieron en el ERE anterior lo harán con 33 días. Esta situación llamó la atención de Inspección de Trabajo y se ofreció a intermediar para poner fin al agravio comparativo pero CGT y CTI han rechazado su oferta perjudicando gravemente a estos trabajadores.

A esta situación se ha llegado porque los sindicatos exigían a la empresa un compromiso escrito de recontratación a los despedidos si Silicio Solar o cualquier otra empresa reiniciaba la actividad. La empresa respondió que aceptaba el compromiso pero no por escrito porque ello dificultaría encontrar un socio inversor, pero que tenía decidido contar con los trabajadores ya formados en lugar de correr aventuras con trabajadores inexpertos. Esto y la oferta de intermediación para resolver el agravio comparativo entre los afectados por el primer o segundo ERE está recogido en el informe de inspección de trabajo sobre el ERE extintivo de Silicio Solar. CCOO quiso desvincular la cuantía de la indemnización de que el ERE fuera informado favorablemente pero la empresa lo consideró una condición sine quanon y los otros sindicatos se reiteraron en su exigencia de recolocación. CCOO y UGT se han personado como parte y reclamarán judicialmente que la indemnización sea de 33 días para todos los trabajadores.

La última broma de mal gusto en este conflicto es una convocatoria en los locales del CTI para recuperar el control del Comité de Empresa de Silicio Solar. Dado que este sindicato y CGT habían perdido a buena parte de sus delegados al haber aceptado estos el despido, recurren ahora, sin que este claro el fin, a convocar a delegados sindicales y disidentes de CCOO y UGT para arrogarse una mayoría sobre lo que ya no existe. Lo hacen incluso incorporando al supuesto Comité de Empresa a personas que no fueron elegidas en las pasadas elecciones sindicales. Otra muestra más de que el odio suele cegar la razón.

Y como guinda del pastel presentan como suya una propuesta que dos trabajadores (José María Dorado y Juan Francisco Redondo) dicen haber negociado con el alcalde de Puertollano para que se cree una bolsa de trabajo con los despedidos de Silicio Solar. Dudo mucho que esto sea así porque podría ser la última torpeza de Joaquín Hermoso Murillo quien, como Ex Director General de Trabajo, debe saber que existen criterios consolidados para ser contratado en cualquier plan de empleo de la administración y ser ex trabajador de Silicio Solar no puntúa por encima de criterios como antigüedad en el paro, personas a cargo, renta familiar… etc.

Plumaroja