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Jesús de Nazaret |
(Ser crisol).
Se ha tenido por cierto que
neandertales y cromañones no se mezclaron, que no podían dejar descendencia
porque eran incompatibles. He leído recientemente un artículo que cuestiona
esta aseveración. Lo que parece cierto, es que todos provenimos de una cepa
común: los simios.
Cuando fundimos personas de
distintas procedencias, el resultado es enriquecedor. Unimos la diversidad. El
tan manido: crisol de culturas, nos sale a cuenta. La endogamia, crea seres
monstruosos o termina por extinguir la especie. Carlos II de España llamado: el
hechizado, era tonto de remate; la endogamia de los Austria.
Ha avanzado tanto la ciencia
que hasta es posible que las portadoras de Rh- puedan concebir de portadores
Rh+.
La iconografía cristiana,
nos ha mostrado a un Jesús de Nazaret blanco como la leche, hasta rubio. Cosa
imposible en un judío de su época. Con esto se ha querido imponer una raza
sobre el resto. La iglesia católica dijo al principio que los negros no tenían alma
y, cuando la tuvieron, esta fue: ¡blanca!
Durante el nazismo, se
utilizó con profusión la preeminencia de la raza aria. Pero esto no fue un
invento alemán; se dio a finales del XIX en Suecia.
Dentro de este solar llamado
España, hubo un tiempo en que había que probar que se era “cristiano viejo” o “castellano
viejo”. A los conversos les estaba vedado acceder a determinados cargos.
Un abrazo bien dado, realiza
una fusión entre las personas que lo dan, sea este de amistad o de pasión
sexual. Sin embargo, los besos sexuales y los de amistad, son totalmente
distintos. La costumbre de dar la mano, nació de señal de que en ella no se
portaban armas. El abrazo, es total.
Fundirse; crear lazos.
Cuando caminamos por una
calle céntrica de una gran ciudad, vemos infinidad de rostros y en muchas
ocasiones de distinta fisionomía o color de piel. No es fundirse, en todo caso,
es diluirse. Cada cual va acompañado de sus propias soledades. Fundirse es
compartir; abrazar al diferente.
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Mujer masai |
Tuve un amigo negro (senegalés
que decía llamarse Paco) y cuando nos veíamos nos abrazábamos. El senegalés con
sus dos metros de estatura, se tenía que agachar para el abrazo. Ignoro dónde
estará, era un sin papeles que se dedicaba al top-manta (y yo un policía que le
avisaba si corría peligro). Sergio era un senegalés afincado en Alhama de
Murcia y se dedicaba a la venta ambulante (perfectamente documentado). Un
domingo cuando regresaba del mercadillo semanal del Puerto de Mazarrón, murió
en un accidente de tráfico. Sergio era muy respetado por blancos y negros;
además de una belleza exquisita. Sergio me honró con su amistad.
El desprecio al diferente, va
contranatura.
No estrechamos la mano a los
diferentes porque vamos armados; armados de maldad y desprecio. Pero el que de
verdad es despreciable, es el racista. El racista suele ser un don nadie en su
comunidad que se siente superior al diferente. Hitler que masacró a judíos,
gitanos y todo aquel que le contradijera, era un ser amargado que fue un simple
cabo en la Primera Gran Guerra.
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