En nuestro país, con
el paso de los años parece obligado, salvo para aquellos que no tienen miedo a ser
considerados peligrosos radicales extremistas, que sean cada día más numerosos los
responsables políticos que se suman a los discursos políticamente correctos en los
que la línea divisoria entre la izquierda y la derecha, la decencia y la indecencia,
la memoria histórica y la amnesia colectiva se van diluyendo para dar poco a
poco paso a un país en el que cómo dice un conocido tango, "todo es igual; nada es mejor... no hay aplazaos ni
escalafón; los inmorales nos han
igualao... Que falta de respeto, que atropello a la razón; cualquiera es un
señor, cualquiera es un ladrón…"
Y esto es lo que a mi
juicio está sucediendo con motivo del pase a la reserva de Manuel Fraga Iribarne, ex Ministro del dictador Franco y actual Presidente
Fundador de los genoveses.
Es verdad que solo
cuando ya había muerto el susodicho y estaba bajo tierra, un sector de la
derecha encabezada por Fraga apostó por una transición a un sistema
democrático. Es verdad también que fue Ponente constitucional y logró que los
votantes de extrema derecha se quedarán en AP y luego en el PP que, por cierto,
es donde siguen. Todo eso es así y como tal, merece ser recordado y valorado.
Pero junto a lo
anterior, Manuel Fraga Iribarne fue también un entusiasta de la dictadura con la que colaboró
activamente y de la que llegó a ser Ministro de Información (Propaganda).
Participó en Consejos de Ministros manchados de sangre. No dudó en manipular cuantos
referéndums se celebraron a favor del dictador y por mucho que se dulcifique su
currículum, durante muchos años de su vida, fue un cómplice necesario de los
años más negros de nuestra España.
Por ello y por
respeto a todos aquellos que lucharon contra esa misma dictadura y acabaron en
la cárcel, en el cementerio o en el exilio y que era la misma dictadura en la
que Manuel Fraga Iribarne
tenía domiciliada su nómina, sus aspiraciones y su ideología,
es una grave afrenta a la historia y la razón democrática que, en estos días,
desde alguno de los máximos puestos institucionales de nuestro país, se califique
a este personaje cómo "buen español y patriota de bien"
En fin, lo dicho, que
falta de respeto y que atropello a la razón... Y para los
desmemoriados, algunas pinceladas de su extensa vida política:
De casta le viene al galgo, decimos en La
Mancha: su padre fue alcalde de Villalba
durante la dictadura de Primo de Rivera.
Formado en Derecho,
Política
y Economía,
Fraga ingresó en el cuerpo de letrados de las Cortes en 1945 e inició carrera como
diplomático en 1947.
Ejerció cargos políticos importantes en distintos órganos del estado desde 1951 en los gobiernos del
dictador Francisco Franco.
Desde el10 de julio
de 1962,
como Ministro de Información y Turismo
formando parte del IX Gobierno nacional de España
(1962-1965) durante la dictadura franquista, promovió el
desarrollo de la industria
turística. De estos años es el eslogan
¡Spain is different! ("¡España es
diferente!"), interpretado por algunos como una justificación encubierta
del régimen político del franquismo. Organizó también la campaña XXV años de
paz para celebrar los veinticinco años transcurridos desde la victoria nacional
en la Guerra Civil.
Por otra parte, en tanto que ministro
portavoz informó de la ejecución de prisioneros políticos. Por ejemplo en el
caso del dirigente comunista Julián Grimau,
al que calificó de "ese caballerete" en rueda de prensa cuando estaba
detenido y condenado a muerte. Fue fusilado en 1963. La condena de Grimau
provocó una gran campaña de rechazo en el exterior, que no logró salvarle la
vida. Fraga justificó la ejecución y a fecha de hoy aún no ha expresado su
arrepentimiento.
Desde su puesto de ministro llamó por
teléfono al padre del estudiante Enrique Ruano, asesinado por la policía
política del régimen, para amenazarle con detener a su otra hija, Margot,
también militante antifranquista, si no cesaba en sus protestas. El entonces
director del diario Abc, Torcuato Luca de Tena, confesó que Manuel Fraga
Iribarne le dio las órdenes para publicar anotaciones del diario íntimo de
Ruano, manipulándolas a fin de que pareciese una persona inestable que se había
suicidado. (Natalia Junquera, No se
tiró, lo mataron, El País,
17 enero 2009).
Tras el accidente sufrido en 1966 por un bombardero estadounidense,
a consecuencia del cual se produjo una fuga radioactiva
y la caída de varias bombas de hidrógeno una en el mar y tres en
tierra, dos de las cuales esparcieron material radioactivo en una superficie de
226 hectáreas, Fraga se bañó aparentemente en Palomares
en un intento de calmar a la opinión pública y demostrar que no había riesgo
alguno. Muchos años después se supo que el famoso baño tuvo lugar no en
Palomares, sino en otra playa almeriense en la que lógicamente no había peligro
alguno.
Ese mismo año presentó una Ley de Prensa,
conocida como Ley Fraga, que, suprimió la censura previa, teniendo el efecto de
permitir una mayor libertad de prensa. A raíz de ella se produjo,
sin embargo, la dimisión de Miguel Delibes como director del diario 'El Norte
de Castilla' ante los intentos de control de Fraga, el secuestro del diario ABC
en 1966, y dos años después el del Diario Madrid, que terminó con la
simbólica voladura de su edificio en 1971.
En 1973 va en la terna que presenta el
Consejo del Reino, junto a Carrero Blanco y Raimundo Fernández-Cuesta, al general
Franco, para que éste designe presidente de gobierno. Ese mismo año fue
nombrado embajador en el Reino Unido, cargo que ejerció hasta la muerte
de Franco, vendiendo en el exterior una imagen aperturista de España y contando
con el socialista Fernando Morán, que después sería ministro
de Exteriores, como cónsul general en Londres. No obstante cuando un piquete de
protesta intenta asaltar la embajada española Fraga Iribarne apunta en su
diario: "Les hice saber que tenía dos escopetas del doce cargadas con perdigones
del cuatro".
En 1975 fue nombrado
vicepresidente y ministro de Gobernación (cargo equivalente al actual de
Interior) del gobierno de Carlos Arias Navarro, en el primer
gobierno del rey Juan Carlos. Bajo su mandato en el Ministerio en
1976, acuñó la frase «La calle es mía», tras el intento de la oposición de
manifestarse el Primero de Mayo, al cual se negó. En esta época
también se producen incidentes con las fuerzas de seguridad del Estado: los Sucesos de Vitoria (1976), donde la
Policía Armada mató a tiros a 5 obreros al salir de la Iglesia de San Francisco
de Asís e hirió a más de 100 personas o la llamada Operación Reconquista o sucesos de Montejurra, con dos muertos y
varios heridos tiroteados por militantes de la extrema derecha internacional
que acudieron a España. En relación con los sucesos de Vitoria, de 3 de marzo
de 1976, el Parlamento Vasco, en junio de 2008 aprobó resolución reprobatoria
de la actuación del político gallego en relación con los mismos. En su etapa al
frente del ministerio continuaron actuando los escuadrones de la muerte en el
sur de Francia formados por elementos de extrema, con distintos nombres y
apoyados por Policía y Guardia Civil. Las denuncias de torturas acreditadas en
los informes de Amnistía Internacional aumentaron.
En 1976 Fraga afirmó no disponer de
suficientes policías para proteger a la Dolores Ibárruri La Pasionaria sí
regresaba a España, lo que motivó la respuesta del dirigente comunista Ignacio
Gallego: "Es una actitud evasiva, torpe y grosera, digna de un gobernante
graduado en el fascismo" y calificó el reformismo de Fraga de "basado
en la represión y la violencia”).
Visto lo visto, juzguen ustedes si Fraga es
un Español de bien y gran patriota…
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