Antonio Rodríguez Rubio
Aunque el diccionario de la
RAE dé como válido el verbo explotar para referirse a lo que hacen los
explosivos, el verbo correcto es: explosionar. Cuando las partículas que forman
un objeto son proyectadas hacia afuera, explosionan; cuando lo hacen hacia adentro,
se produce una implosión. Un buen ejemplo de implosión, es la rotura de un tubo
de televisión que al tener hecho el vacío, cuando se rompen las paredes, los
trozos de vidrio chocan dentro; por la violencia del choque interior, pueden
salir hacia afuera.
Solo cuando el hambriento
pueblo de París fue convenientemente detonado, se produjo el asalto al Palacio
de las Tullerías. Tras la explosión, llegan los bomberos.

La mayor parte de los
explosivos, explosionan por simpatía. Esto es, que si no hay un elemento
adjunto que explosione, el explosivo por sí mismo, es inerte. Se puede echar al
fuego la trilita que no explosionará. Al explosivo sensible que precipita la
explosión se le llama: detonante o cebo. El detonante más usado es: el
fulminato de mercurio. También tenemos mecha detonante.
Los artificieros son los que
ceban los explosivos y/o detonan las cargas. Es que cuando estuve en la mili me
dieron un curso de artificiero; yo lo fui en la vida militar y mi abuelo
Antonio lo fue en la vida civil.
Alfred Nobel, inventó la
dinamita.
simpatía.
(Del lat. simpathĭa, y este
del gr. συμπάθεια, comunidad de sentimientos).
3. f. Modo de ser y carácter
de una persona que la hacen atractiva o agradable a las demás.
5. f. Fís. Relación entre
dos cuerpos o sistemas por la que la acción de uno induce el mismo
comportamiento en el otro.
Fuente: DRAE.
Sería algo así como la risa,
que se contagia.
En el medio natural, pocas
cosas hay que explosionen por sí mismas y las que lo hacen, tienen otros
nombres. La erupción de un volcán. Las explosiones suelen ser producidas por el
hombre.
Pero veamos:
Lo que no sale en la tele,
no se vende.
Cuando no había radio ni
televisión, llenar un espacio de dimensiones considerables para escuchar a un
dirigente sociopolítico, era un trabajo arduo. El boca a boca decía las
bondades de ese dirigente. Hoy, hay varios métodos para congregar a un buen
número de personas y escuchar al dirigente. Claro que, para llenar un estadio
de fútbol, no se precisa tanto.
De este modo, el detonante
para que una determinada opción consiga adeptos, son los medios de comunicación
(sesgados). Por simpatía (física), se va reuniendo la masa. Si a muchos de los
congregados alrededor de un dirigente le preguntáramos para que nos dijera las
líneas maestras de esa organización, so sabría qué decir: ¿porque sí? Las
masas, son manipulables. Sin detonante, no hay explosión.
De lo que se trata es que no
haya explosión. No hay detonantes. Por ejemplo, el cebo en Cataluña para la
consulta soberanista ha sido Artur Mas; parece que se ha mojado la pólvora.
Cuando en cualquier
organización sociopolítica aparece una persona o un grupo de ellas que
pretenden producir una explosión social, habrá suficientes artificieros para
desactivar el explosivo. Hay que retirar el detonante.

Cuando organizamos el
polvorín, se colocan los detonantes muy alejados de los explosivos. De ahí que
los dirigentes de las organizaciones sociopolíticas, estén tan alejados del
pueblo.
Para volar nuestra sociedad
de forma controlada, hay suficientes artificieros.
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