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Vistas refinería de Puertollano desde Central Eon |
Puertollano tiene en la memoria ser conocida como “Faro Industrial
de La Mancha” y hasta hace bien poco como “Ciudad Internacional de la Energía”.
Parecíamos haber encontrado un camino hacia el futuro estable con las energías
renovables. Todo fue bien hasta que Miguel Sebastian se cruzó en nuestro camino
y asustado por otra hipotética burbuja, que por cierto no era tan grave como
para ser pinchada y se habría resuelto con celo en el cumplimiento de la
legislación, abrió el melón y dio alas a los duros recortes que posteriormente haría
el PP.
Nunca entenderé, o si, la fea costumbre de los socialistas
españoles de “catar” todos los melones de la privatización. En educación apostaron
por los conciertos con la iglesia para no invertir en colegios públicos, y a ello
le siguió la externalización de servicios sanitarios, las infraestructuras, el
sector industrial y energético y las telecomunicaciones. Es verdad que en la
mayoría de los casos se limitaron a permitir la entrada de capital privado y
conservaron el control público, pero no es menos cierto que mostraron la senda
a seguir a posteriores gobiernos de la derecha.
Pero volvamos a Puertollano y al triste presente que nos toca
vivir. En la ciudad internacional de la energía vuelven a dispararse todas las
alarmas con el anuncio de Solaria de aplicar un ERE extintivo para la mayoría de
sus 222 trabajadores. De hacerse supondría incumplir el acuerdo alcanzado con
el comité de empresa en el ERTE que supuso a su plantilla renunciar al 16% del
salario y pasar al desempleo por un periodo de nueve meses a cambio de evitar
el despido de 77 trabajadores. La situación en que queda la plantilla es de
total abandono puesto que casi han agotado las prestaciones por desempleo. Ya solo
aspiran a no tener que depender del FOGASA para el cobro de la indemnización por
despido (en Ciudad Real se acumulan retrasos de un año incumpliendo el plazo de
tres meses que marca su reglamento), a que la empresa asuma directamente el
pago y sea más generosa de lo previsto en la Reforma Laboral tan elogiada por
el PP y que tanta saña está suponiendo para los derechos laborales.
El caso de Solaria merece un análisis sobre cómo responder ante
ataques de tal envergadura. En Puertollano hemos tenido una práctica sindical
basada en la ruptura de relaciones y el enfrentamiento, caso de Silicio Solar, y
el modelo del dialogo en el caso de Solaria. Ninguno de ellos ha dado resultado
lo que nos lleva a pensar que los trabajadores de una empresa, sea cual sea su
práctica sindical, solo conseguirán resultados positivos si cuentan con el
apoyo de su entorno. En Puertollano tenemos el ejemplo de las movilizaciones
generales en defensa del complejo petroquímico que se saldaron con el traslado a
Tarragona de la planta de Paular, pero con la continuidad del grueso de la petroquímica.
Desde principios de los 80 hasta ahora hemos ido perdiendo tejido industrial y
nunca hemos recuperado la unidad de acción entre trabajadores y entorno para
responder a los ataques. Así nos ha ido.
El PSCM-PSOE por boca de su Secretario General exige a Cospedal
que desembarque en Puertollano con parte de su ejecutivo y se reúna con los
grupos municipales, sindicatos y empresarios. (De la ciudadanía ni una palabra,
menos mal que han aprendido de los errores que les llevaron a la cruenta
derrota electoral). A esa propuesta respondo que la solución pasa por que toda la
comarca de Puertollano invada Toledo, especialmente la sede del Gobierno
regional, y mantenga la movilización hasta que Industria reoriente su política energética.
Entre otras razones porque Cospedal no tiene competencias y su interés por
Puertollano es el de “tierra quemada”. Cospedal se apunta al modelo Montoro: “que
se hunda España que ya la levantaremos nosotros”. El resultado es de todos
conocido: las soluciones del PP provocan disfunción eréctil.
¿Qué ha hecho Cospedal por Puertollano? Empezó por satanizar la
Fundación Virtus y tras su llegada al Gobierno la diluyó como un azucarillo
hasta hacerla desaparecer. Otro tanto ocurrió con el Centro de Estudios
Universitarios, también cerrado y reorientado por el Ayuntamiento como Centro
Cultural. La educación, la sanidad y la dependencia tampoco se libraron de sus
ataques, especialmente virulentos por ser un municipio que vota izquierdas. Puso
al ISFOC en su punto de mira y dejó de complementar las subvenciones del MICIN
obligando a este a recortar plantilla y reducir sus proyectos de investigación.
Después le tocó al Centro Nacional del Hidrógeno, al que ha obligado a un ERE
extintivo para el 60% de su plantilla. Con tales antecedentes, lo mejor que se
puede pedir a Cospedal es que saque sus “sucias manos” de nuestro pueblo. Más vale
solo que mal acompañado. Dado que apenas le quedan 15 meses en el gobierno deberíamos
poner broche a su mandato con una declaración institucional de “persona non
grata” y hacerla ver que cuenta con nuestro reproche.
Conviene no olvidar que otra empresa está en fase de liquidación y
que todo el sector del carbón sobrevive a duras penas ante la apuesta nuclear y
gasística de este Gobierno. Nadie dice nada de los 33 trabajadores de Eón y
parece haber un pacto de silencio sobre ENCASUR. ¿Qué pasará cuando otras 300
familias vayan al paro? Aquí, en Puertollano, hemos pasado del emblemático
valor y la movilización unitaria de los mineros a mirar para otro lado y esconder
la cabeza en un agujero. Olvidamos que el otrora pujante polígono de la Nava es
obra y gracia de nuestro carbón, también los 9 millones gastados tontamente en
el Terry se los debemos al carbón. ¿No deberíamos hacer casus belli su defensa? ¿No deberíamos trabajar codo con codo con
otras comarcas mineras por su nacionalización y declaración como sector estratégico
y utilizarlo como fuente de transición hacia otro modelo energético basado en
las renovables?
Hemos perdido alrededor de 2500 empleos desde que Miguel Sebastian
prefirió pinchar la “burbuja renovable” en vez de la inmobiliaria. Con Solaria,
Eón, ENCASUR otro millar de empleos serán destruidos por una política tan
irracional como estúpida y seguimos sin alzar la voz. Lo más fuerte que se nos
ha ocurrido es pedir a Cospedal que venga a Puertollano a desenchufarnos de la respiración
asistida y certificar nuestra defunción como ciudad industrial de la energía.
Cuando en 1970 se cerraron definitivamente las minas se
destruyeron miles de empleos y miles de puertollaner@s fueron condenados a
emigrar a Catalunya, Valencia y Madrid. ¿Qué pasará cuando los únicos empleos
industriales que nos queden sean los del complejo petroquímico? ¿Qué pasará con
el sector servicios? ¿Cuántos comercios y bares tendrán que echar el cierre? ¿Cuántos
colegios se cerraran? ¿Cuántas camas tendrá nuestro hospital?
Otro éxodo migratorio nos espera a la vuelta de la esquina, pero
este podemos evitarlo. Sigamos el ejemplo de las mareas, del barrio de Gamonal,
de los pueblos castellanomanchegos que frenaron el cierre de las urgencias. Si todas
las gargantas de Puertollano y su comarca gritamos juntas nos oirán en
Fuensalida y en el Ministerio de Industria. ¿A que estamos esperando?
Plumaroja
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