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Ilustración sobre los intereses imperialistas de USA en América Latina |
El Brexit
y el triunfo de Trump marcarán el finiquito del “escenario teleológico” en el
que la finalidad de los procesos creativos eran planeadas por modelos finitos
que podían intermodelar o simular varios futuros alternativos y en los que
primaba la intención, el propósito y la previsión y su sustitución por el
“escenario teleonómico”, marcado por dosis extremas de volatilidad que
afectarán de manera especial al Nuevo Orden Geopolítico Mundial.
Así, asistiremos al finiquito de la Unipolaridad de
Estados Unidos y de su papel de gendarme mundial y su sustitución por la nueva
doctrina de la Multipolaridad o Geopolítica Inter-Pares, formado por la Troika
EEUU, China y Rusia (G3) así como a la irrupción en el escenario geopolítico de
América Latina de una nueva ola negra involucionista. Dicha estrategia
consistirá en la implementación de “golpes de mano blandos“, con el objetivo
inequívoco de sustituir a los regímenes insensibles a los dictados de
Washington por regímenes militares autocráticos y que afectará a Brasil,
Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Paraguay, Haití, El Salvador y Panamá.
¿Cómo afectará el khaos a América Latina?
En el plano económico, la contracción de la demanda
mundial de materias estaría ya provocando el estrangulamiento de sus exportaciones
y la depreciación generalizada de sus monedas debido a la fortaleza del dólar,
lo que se traducirá en aumentos de los costes de producción, pérdida de
competitividad, tasas de inflación desbocadas e incrementos espectaculares de
la Deuda Exterior.
Según la Directora Gerente del FMI, Lagarde, “la
fortaleza del dólar junto con la debilidad de los precios de los productos crea
riesgos para los balances y financiación de los países deudores en dólares”. De
ello se deduce que las economías de América Latina y Caribe estarán más
expuestas a una posible apreciación del dólar y la reversión de los flujos de
capital asociados, fenómeno que podría reeditar la “Década perdida de América
Latina” (Década de los 80), agravado por un notable incremento de la inestabilidad
social, el aumento de las tasas de pobreza y un severo retroceso de las
libertades democráticas.
En el plano político, asistiremos al retorno a la
política del Big Stick o “Gran Garrote”, (cuya autoría cabe atribuir al
presidente de Estados Unidos Theodoro Roosevelt), sistema que desde principios
del siglo XX ha regido la política hegemónica de Estados Unidos sobre América
Latina, siguiendo la Doctrina Monroe ,“América para los Americanos”.
México, el Estado fallido
Debido al “caos constructivo” exportado por EEUU y
plasmado en la guerra contra los cárteles del narco iniciada en el 2.006,
México sería un Estado fallido del que es paradigma la ciudad de Juárez, (la
ciudad más insegura del mundo con una cifra de muertes violentas superior al
total de Afganistán en el 2009), por lo que para evitar el previsible auge de
movimientos revolucionarios antiestadounidenses se procederá a la
intensificación de la inestabilidad interna de México hasta completar su total
balcanización y sumisión a los dictados de EEUU.
Así, la política anti-inmigración de Trump aunado
con el proteccionismo económico (redifinición del NAFTA) e implementación de
aranceles a los productos mexicanos, conllevará una severa constricción de las
exportaciones de productos mexicanos a EEUU así como de la entrada de remesas
de dólares en México, lo que podría suponer una debacle económica y social y
terminar por desencadenar frecuentes estallidos de conflictividad social,
siendo previsible una clara regresión de las libertades democráticas y un
posible regreso a escenarios ya superados de intervención del Ejército como
“garante del orden constitucional”.
Cuba en la encrucijada
El cese del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba,
exigido por vigésimo quinto año consecutivo en la Asamblea General de la
Organización de las Naciones Unidas y aprobado de forma abrumadora por 191
votos a favor y 2 abstenciones (EEUU e Israel), reafirma la libertad de
comercio y navegación ante un bloqueo anacrónico instaurado por Kennedy en
1.962 y que habría supuesto para la Isla unas pérdidas directas e indirectas
estimadas en 110.000 millones $ según el Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) y más de un Billón $ según el Gobierno cubano).
Según Prensa Latina, entre mayo de 2012 y abril de
2013, las pérdidas causadas por el bloqueo a la salud pública cubana serían de
39 millones $ debido a la imperiosa necesidad de adquirir medicamentos e
instrumental en mercados lejanos.
Las medidas cosméticas tomadas por la
Administración Obama en su Primer Mandato Presidencial siguiendo la estela de
la Administración Clinton (relajación de las comunicaciones y el aumento del
envío de remesas a la isla así como el inicio de una ronda de conversaciones
sobre temas de inmigración), dejaban intacto al bloqueo y no cambian
sustancialmente la política de Washington, aunque reflejaban el consenso de
amplios sectores del pueblo norteamericano a favor de un cambio de política
hacia la Isla auspiciado por la decisión del régimen cubano de terminar con el
paternalismo estatal y permitir la libre iniciativa y el trabajo por cuenta
propia.
Sin embargo, la renovación automática por parte de
EEUU por un año más del embargo comercial a la isla atentarían contra el
vigente sistema financiero y político internacional y podrían suponer para Cuba
pérdidas estimadas en cerca de 50.000 millones de $, abocando al régimen de
Raúl Castro a la asfixia económica.
En el supuesto de que Donald Trump mantenga intacto
el anacrónico embargo sobre la Isla, surgirá el desapego afectivo del régimen
cubano respecto a EEUU y dicho vacío será aprovechado por el hábil estratega
geopolítico Putin para firmar un nuevo tratado de colaboración militar
ruso-cubana (rememorando el Pacto Secreto firmado en 1.960 en Moscú entre Raúl
Castro y Jruschov) que incluiría la instalación de una base de Radares en la
abandonada base militar de Lourdes para escuchar cómodamente los susurros de
Washington y la instalación de bases dotadas con misiles Iskander, pudiendo
revivirse la Crisis de los Misiles Kennedy-Jruschev (octubre, 1.962) y la
posterior firma con Jrushchov del Acuerdo de Suspensión de Pruebas Nucleares
(1962).
¿Hacia el final de Petrocaribe?
Petrocaribe fue creado en 2005 por iniciativa de
Venezuela con el objetivo de suministrar combustibles a los países miembros en
condiciones ventajosas de pago, como créditos blandos y bajas tasas de interés
y estaría integrado por 18 países (incluidos Honduras, Guatemala, Cuba,
Nicaragua, República Dominicana, Haití, Belice y una decena de islas del
Caribe) y según las autoridades venezolanas, el país exporta 100.000 barriles
diarios a los países del bloque que generaban una factura de 4.000 millones de
dólares, de la cual una parte se paga en “efectivo” y el resto estaría
subsidiado.
La nueva estrategia de EEUU sería estrechar lazos
comerciales y militares con los países de Petrocaribe ante el peligro de
contagio mimético de los ideales revolucionarios chavistas al depender en
exclusiva de la venezolana Petrocaribe para su abastecimiento energético,
empezando por el presidente dominicano Danilo Medina y en este contexto, la
Administración Obama celebró una Cumbre de Seguridad Energética en el Caribe en
la que instó a los países de la región a diversificar sus fuentes de energía,
confiar más en las inversiones privadas y reducir así su dependencia de
Petrocaribe.
Por otra parte, China habría asumido el reto de
construir el Gran Canal Interoceánico en Nicaragua para sortear el paso del
estrecho de Malaca, (dicho estrecho es vital para China al ser la ruta
principal para abastecerse de petróleo pero se habría convertido “de facto” en
una vía marítima saturada y afectada por ataques de piratas), por lo EEUU
procederá a desestabilizar el gobierno de Daniel Ortega dentro de su estrategia
geopolítica global de secar las fuentes energéticas chinas.
¿Maduro tiene los días contados?
En Venezuela, la decisión de Maduro de confiscar la
planta de General Motors, será vista por la Administración Trump como un
atentado contra los intereses de las multinacionales estadounidenses, escenario
que será aprovechado por el Secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson,
antiguo Presidente y Consejero Delegado de Exxon Mobil cuando fue nacionalizada
en el 2007 por Hugo Chávez, para intentar un golpe de mano contra Maduro. Exxon
Mobil formaría parte de la Cuarta Rama del Gobierno de EEUU, verdadero Poder en
la sombra que toma las decisiones en política exterior y a instancias de
Tillerson, la revolución chavista ya fue declarada “enemiga peligrosa de
EE.UU”.
Además, el acuerdo chino-venezolano por el que la
empresa petro-química estatal china Sinopec invertirá 14.000 millones de
dólares para lograr una producción diaria de petróleo en 200.000 barriles
diarios de crudo en la Faja Petrolífera del Orinoco, (considerado el yacimiento
petrolero más abundante del mundo), sería un misil en la línea de flotación de
la geopolítica global de EEUU (cuyo objetivo inequívoco sería secar las fuentes
energéticas de China), por lo que tras una sistemática e intensa campaña
desestabilizadora que incluirá el desabastecimiento selectivos de artículos de
primera necesidad, la amplificación en los medios de la creciente inseguridad
ciudadana y la posterior petición al Ejército para que se erija en “salvador de
la Patria”, plan diseñado por la CIA y que contando con la inestimable ayuda
logística de Colombia, convertida en el portaaviones continental de EEUU), en
breve asistiremos al finiquito del legado chavista en Venezuela.
Brasil y Argentina, ¿nuevos gendarmes neoliberales
de Sudamérica?
Brasil forma parte de los llamados países BRICS
(Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y aunque se descarta que dichos
países forman una alianza política como la UE o la Asociación de Naciones del
Sureste Asiático (ASEAN), dichos países tienen el potencial de formar un bloque
económico con un estatus mayor que del actual G-8 (se estima que en el
horizonte del 2050 tendrán más del 40% de la población mundial y un PIB
combinado de 34.951 Billones de $) y el objetivo inequívoco de Putin era
neutralizar la expansión de EEUU en el cono sur americano y evitar la posible
asunción por Brasil del papel de “gendarme de los neoliberales” en Sudamérica,
pues Brasil juega un rol fundamental en el nuevo tablero geopolítico diseñado
por EEUU para América Latina ya que le considera como un potencial aliado en la
escena global al que podría apoyar para su ingreso en el Consejo de Seguridad
de la ONU como miembro permanente, con el consiguiente aumento del peso
específico de Brasil en la Geopolítica Mundial.
Sin embargo, la decisión de la presidenta brasileña
Dilma Rousseff de posponer su visita de Estado a Washington (decisión avalada
por los principales asesores de Rousseff, entre ellos su antecesor y mentor
Lula da Silva), entrañó el riesgo de una peligrosa confrontación entre las dos
grandes potencias del continente americano, pues según Lula “los americanos no
soportan el hecho de que Brasil se haya convertido en un actor global y en el
fondo, lo máximo que ellos aceptan es que Brasilia sea subalterno, como ya lo
fue”.
Así, Rousseff tras afirmar que “el espionaje ilegal
representa una violación de soberanía incompatible con la convivencia
democrática entre países amigos”, exigió a Estados Unidos explicaciones
convincentes de las razones de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para
presuntamente violar las redes de computadoras de la petrolera estatal
Petrobras y tras su enérgico discurso en la apertura de la 68 Asamblea General
de las Naciones Unidas (ONU), se habría granjeado la enemistad de la Administración
Obama que procedió a la implementación del “caos constructivo” en Brasil para
desestabilizar su mandato presidencial (impeachement), no siendo descartable un
posterior golpe de mano militar para implementar un Estado
Militar-Presidencialista.
Respecto a Argentina, en el encuentro privado que
mantuvieron en Cannes CFK y Obama en el marco del G-20, la mandataria argentina
no habría sido sensible a las tesis de Obama y no habría aceptado la
reanudación de ejercicios militares conjuntos con EE.UU en territorio argentino
coordinados por EEUU,( pues de facto habría significado la ruptura de la nueva
doctrina militar diseñada para la región por los gobiernos que suscribieron la
UNASUR, cuyo primer Secretario General fue precisamente Néstor Kirchner) por lo
que CFK se habría convertido en un elemento incómodo para la estrategia
fagocitadora de EEUU.
Así, tras la victoria de Macri, asistiremos al
ingreso de Argentina en la Alianza del Pacífico, quedando tan sólo Ecuador y
Bolivia como países díscolos a las tesis de una EEUU pero que terminarán siendo
fagocitados mediante la política del Big Stick o “Gran Garrote”, (cuya autoría
cabe atribuir al presidente de Estados Unidos Theodoro Roosevelt), sistema que
desde principios del siglo XX ha regido la política hegemónica de Estados
Unidos sobre América Latina, siguiendo la Doctrina Monroe ,“América para los
Americanos”.
Germán Gorraiz
López || Analista de Economía y Política
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