![]() |
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias |
PSOE y Podemos solo tienen un
camino, el que les llevará a encontrarse (entenderse). Por muchos rodeos que
den y obstáculos que encuentren en el camino, al final llegarán ambos a la meta
que supone representar lo que sociológicamente expresan los españoles en las
encuestas: que son mayoritariamente de izquierdas en lo social y lo político.
La meta se puede alcanzar antes o
después en función de que Iglesias o Sánchez (léase también Page-Molina) no se
dejen atraer por cantos de sirena que les regalan los oídos sobre sus
innumerables cualidades y los defectos del otro. Dinamiteros del necesario
encuentro de las izquierdas hay en todos sitios y a todos los niveles: no
faltan editoriales vergonzantes en El País o La Razón, tampoco ‘observadores’ y
‘Nietos’ insultando cotidianamente a Podemos CLM, o tertulianos diciéndole a
Sánchez que está a un pasito de recuperar la España bipartidista.
El mayor problema es cuando se
institucionaliza una mentira y el mentiroso termina creyéndola como verdad.
Ejemplos tenemos en todos los niveles:
-“Desde
el PSOE de Pedro Sánchez se quiso hacer creer a los españoles que Podemos
(ningunean a Izquierda Unida, En Marea, En Comú, Compromis…) era el único
responsable del fracaso de los acuerdos de izquierda y de que Rajoy fuera
investido Presidente de Gobierno. Curiosa afirmación si tenemos en cuenta que los
electores no se la creyeron y fue el propio PSOE quien facilitó con su
abstención la investidura de Rajoy. También convendría recordar que el socio
preferente de Sánchez, Ciudadanos, se ha convertido después en socio de
gobierno del PP de Rajoy. Y, como las mentiras tienen las patas muy cortas, finalmente
supimos por boca de Begoña Villacís, dirigente madrileña de Ciudadanos, que su
partido había conseguido el objetivo de impedir que el PSOE pactara por la
izquierda. El propio Sánchez reconoció a Jordi Evole que se había equivocado al
no pactar con Unidos Podemos atendiendo a las fuertes presiones de poderes
mediáticos y económicos. Finalmente, cuando Sánchez quiso reconducir sus opciones
hacia el pacto de izquierdas, fue defenestrado por el aparato del PSOE en el
episodio político más vergonzante de nuestra historia reciente”.
-“En
Castilla La Mancha, la campaña de desacreditación de la posición de Podemos
sobre los presupuestos regionales para 2017 roza lo chabacano. García Page no se
ha privado de atacar a sus adversarios políticos ni siquiera en el acto
institucional del Día de la Región. En un escenario en el que deben lanzarse
mensajes de concordia y hermanamiento, Page ha seguido culpando a otros y
obviando sus incumplimientos y errores. Menos mal que frente a su desacierto
aparece la cordura de Fernández Vaquero tendiendo puentes y confiando en que se
alcance el acuerdo PSOE-Podemos en las próximas semanas. Pero, frente a la
invitación al diálogo de Vaquero, Cristina Maestre, portavoz del PSCM-PSOE,
hace de ‘poli malo’ y vuelve a llamar ‘traidores’ a los diputados de Podemos”.
A la campaña de ataques y censura
sobre las opiniones discrepantes se sumaron la totalidad de los medios de
comunicación, cuya fidelidad a Page, salvo honrosas excepciones, se mantiene gracias
a las campañas institucionales contratadas desde la Fundación Impulsa. Conviene
recordar que estos mismos medios lo hicieron antes, y lo volverán a hacer en
cuanto huelan a cambio de ciclo, con Cospedal o cualquiera que tenga opciones
de gobernar. Y ahora, después de tanta acusación desmedida, de querer enfrentar
a Podemos a nivel interno y contra los colectivos y entidades regionales, ahora
se vuelve a querer pactar con el diablo a los ojos de todos… Alguien debería
hacerse mirar el sentido de tan desacertada estrategia.
Observareis que, como se hace desde
la otra parte, solo he visto la paja en ojo ajeno. Pero, volvamos al principio,
al camino del encuentro y el entendimiento..., que es especialmente deseable a
nivel regional.
La realidad es tozuda, por mucho que
nos resistamos a no verla. El mapa político español ha cambiado y no volverá al
bipartidismo. Ningún partido, ni siquiera el PP, podrá gobernar en solitario
salvo que Ciudadanos cometa errores de bulto, como ha ocurrido con los
liberales en Inglaterra, y sea por ello fagocitado. En lo que respecta a la
izquierda española, todo indica que PSOE y Podemos se moverán en porcentajes
entre el 20% y el 25% y se alternarán en el liderazgo de la izquierda según
acierten o se equivoquen. Y mejor que así sea, pues de lo contrario tendremos
gobiernos conservadores para rato. Si seguimos empeñados en ‘laminar’ al rival
con la esperanza de recuperar los históricos porcentajes del bipartidismo no
haremos otra cosa que facilitar gobiernos a la derecha.
Además de la relación, que debería
ser entre iguales, con independencia de quien haya alcanzado mayor número de
escaños, hay que abordar de manera unitaria otras asignaturas pendientes. Es
urgente reformar la Ley Electoral para que todos los votos tengan igual valor y
nadie encuentre restricciones a la hora de votar: “hay que adjudicar los puestos electos con un sistema de
proporcionalidad pura y modificar la circunscripción de referencia según el
ámbito de las elecciones (generales=nacional única; autonómicas=región única);
y eliminar el voto rogado de inmediato. Medidas como listas abiertas y revocación
de cargos electos coadyuvarían a democratizar nuestra Ley electoral”. Estas
reformas no harán otra cosa que facilitar mayorías de izquierdas en gobiernos
locales, autonómicos y del Estado.
También es urgente abordar una
profunda reforma de los medios de comunicación apostando por su diversificación
e independencia de los poderes económicos y políticos. Me consta que el simple
hecho de plantear esta reforma levanta ampollas entre quienes fueron generosamente
agraciados con licencias de radio y TDT para dinamitar la competencia en el
sector. Olvidan los afectados que ni uno solo de ellos ha cumplido los
requisitos mínimos contemplados en los pliegos adjudicatarios y que siendo
rigurosos tendríamos que situarlos en el incumplimiento y anular aquellas adjudicaciones.
De hecho, las instituciones comunitarias han sancionado a España por
subvencionar y conceder de forma irregular numerosas licencias. Es por ello que
la izquierda debería favorecer la diversidad y la pluralidad en el sector. También
es urgente poner en marcha políticas sociales que pongan freno a la creciente
desigualdad.
Tener vocación de converger no
significa renunciar a la autonomía de ninguna de las partes. PSOE y Podemos
deben seguir diseñando sus estrategias de forma autónoma y compartir proyecto
cuando los intereses generales lo requieran. Pero cargar las tintas en el
discurso crítico sobre las propuestas del otro hace difícil digerir el
posterior encuentro y recorrer juntos el tan necesario camino portugués.
Plumaroja
Comentarios
Publicar un comentario
DEJA AQUÍ TU OPINIÓN