viernes, 2 de junio de 2017

EL CAMINO PORTUGUÉS

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias
PSOE y Podemos solo tienen un camino, el que les llevará a encontrarse (entenderse). Por muchos rodeos que den y obstáculos que encuentren en el camino, al final llegarán ambos a la meta que supone representar lo que sociológicamente expresan los españoles en las encuestas: que son mayoritariamente de izquierdas en lo social y lo político.
La meta se puede alcanzar antes o después en función de que Iglesias o Sánchez (léase también Page-Molina) no se dejen atraer por cantos de sirena que les regalan los oídos sobre sus innumerables cualidades y los defectos del otro. Dinamiteros del necesario encuentro de las izquierdas hay en todos sitios y a todos los niveles: no faltan editoriales vergonzantes en El País o La Razón, tampoco ‘observadores’ y ‘Nietos’ insultando cotidianamente a Podemos CLM, o tertulianos diciéndole a Sánchez que está a un pasito de recuperar la España bipartidista.
El mayor problema es cuando se institucionaliza una mentira y el mentiroso termina creyéndola como verdad. Ejemplos tenemos en todos los niveles:
-“Desde el PSOE de Pedro Sánchez se quiso hacer creer a los españoles que Podemos (ningunean a Izquierda Unida, En Marea, En Comú, Compromis…) era el único responsable del fracaso de los acuerdos de izquierda y de que Rajoy fuera investido Presidente de Gobierno. Curiosa afirmación si tenemos en cuenta que los electores no se la creyeron y fue el propio PSOE quien facilitó con su abstención la investidura de Rajoy. También convendría recordar que el socio preferente de Sánchez, Ciudadanos, se ha convertido después en socio de gobierno del PP de Rajoy. Y, como las mentiras tienen las patas muy cortas, finalmente supimos por boca de Begoña Villacís, dirigente madrileña de Ciudadanos, que su partido había conseguido el objetivo de impedir que el PSOE pactara por la izquierda. El propio Sánchez reconoció a Jordi Evole que se había equivocado al no pactar con Unidos Podemos atendiendo a las fuertes presiones de poderes mediáticos y económicos. Finalmente, cuando Sánchez quiso reconducir sus opciones hacia el pacto de izquierdas, fue defenestrado por el aparato del PSOE en el episodio político más vergonzante de nuestra historia reciente”.
-“En Castilla La Mancha, la campaña de desacreditación de la posición de Podemos sobre los presupuestos regionales para 2017 roza lo chabacano. García Page no se ha privado de atacar a sus adversarios políticos ni siquiera en el acto institucional del Día de la Región. En un escenario en el que deben lanzarse mensajes de concordia y hermanamiento, Page ha seguido culpando a otros y obviando sus incumplimientos y errores. Menos mal que frente a su desacierto aparece la cordura de Fernández Vaquero tendiendo puentes y confiando en que se alcance el acuerdo PSOE-Podemos en las próximas semanas. Pero, frente a la invitación al diálogo de Vaquero, Cristina Maestre, portavoz del PSCM-PSOE, hace de ‘poli malo’ y vuelve a llamar ‘traidores’ a los diputados de Podemos”.
A la campaña de ataques y censura sobre las opiniones discrepantes se sumaron la totalidad de los medios de comunicación, cuya fidelidad a Page, salvo honrosas excepciones, se mantiene gracias a las campañas institucionales contratadas desde la Fundación Impulsa. Conviene recordar que estos mismos medios lo hicieron antes, y lo volverán a hacer en cuanto huelan a cambio de ciclo, con Cospedal o cualquiera que tenga opciones de gobernar. Y ahora, después de tanta acusación desmedida, de querer enfrentar a Podemos a nivel interno y contra los colectivos y entidades regionales, ahora se vuelve a querer pactar con el diablo a los ojos de todos… Alguien debería hacerse mirar el sentido de tan desacertada estrategia.
Observareis que, como se hace desde la otra parte, solo he visto la paja en ojo ajeno. Pero, volvamos al principio, al camino del encuentro y el entendimiento..., que es especialmente deseable a nivel regional.
La realidad es tozuda, por mucho que nos resistamos a no verla. El mapa político español ha cambiado y no volverá al bipartidismo. Ningún partido, ni siquiera el PP, podrá gobernar en solitario salvo que Ciudadanos cometa errores de bulto, como ha ocurrido con los liberales en Inglaterra, y sea por ello fagocitado. En lo que respecta a la izquierda española, todo indica que PSOE y Podemos se moverán en porcentajes entre el 20% y el 25% y se alternarán en el liderazgo de la izquierda según acierten o se equivoquen. Y mejor que así sea, pues de lo contrario tendremos gobiernos conservadores para rato. Si seguimos empeñados en ‘laminar’ al rival con la esperanza de recuperar los históricos porcentajes del bipartidismo no haremos otra cosa que facilitar gobiernos a la derecha.
Además de la relación, que debería ser entre iguales, con independencia de quien haya alcanzado mayor número de escaños, hay que abordar de manera unitaria otras asignaturas pendientes. Es urgente reformar la Ley Electoral para que todos los votos tengan igual valor y nadie encuentre restricciones a la hora de votar: “hay que adjudicar los puestos electos con un sistema de proporcionalidad pura y modificar la circunscripción de referencia según el ámbito de las elecciones (generales=nacional única; autonómicas=región única); y eliminar el voto rogado de inmediato. Medidas como listas abiertas y revocación de cargos electos coadyuvarían a democratizar nuestra Ley electoral”. Estas reformas no harán otra cosa que facilitar mayorías de izquierdas en gobiernos locales, autonómicos y del Estado.
También es urgente abordar una profunda reforma de los medios de comunicación apostando por su diversificación e independencia de los poderes económicos y políticos. Me consta que el simple hecho de plantear esta reforma levanta ampollas entre quienes fueron generosamente agraciados con licencias de radio y TDT para dinamitar la competencia en el sector. Olvidan los afectados que ni uno solo de ellos ha cumplido los requisitos mínimos contemplados en los pliegos adjudicatarios y que siendo rigurosos tendríamos que situarlos en el incumplimiento y anular aquellas adjudicaciones. De hecho, las instituciones comunitarias han sancionado a España por subvencionar y conceder de forma irregular numerosas licencias. Es por ello que la izquierda debería favorecer la diversidad y la pluralidad en el sector. También es urgente poner en marcha políticas sociales que pongan freno a la creciente desigualdad.
Tener vocación de converger no significa renunciar a la autonomía de ninguna de las partes. PSOE y Podemos deben seguir diseñando sus estrategias de forma autónoma y compartir proyecto cuando los intereses generales lo requieran. Pero cargar las tintas en el discurso crítico sobre las propuestas del otro hace difícil digerir el posterior encuentro y recorrer juntos el tan necesario camino portugués.

Plumaroja

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