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Según diversas fuentes, las relaciones entre Putin y Trump son muy estrechas |
El actual sistema dominante o ‘establishment’ estadounidense utiliza
la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para
anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico,
miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una
sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de
manipulación de masas, teniendo como pilar de su sistema político la sucesiva
alternancia en el Poder del Partido Demócrata y del Republicano, ambos
fagocitados por el lobby judío.
Para intentar explicar la sorpresiva
victoria de Trump, inevitablemente recurrimos al término “efecto mariposa” como “una
vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que terminarán por
configurar el puzzle inconexo del caos ordenado que se estaría gestando en EEUU
y que terminará por provocar un cambio cualitativo en el status quo actualmente
imperante”. El concepto de cambio cualitativo o discontinuidad se produce
cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el
sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que
modifica su situación de equilibrio interno y se crea una situación nueva. Así,
con el inesperado triunfo de Donald Trump en las Presidenciales de EE.UU,
asistimos a la irrupción del llamado “escenario
teleonómico” en contraposición al “escenario
teleológico” actualmente vigente y que vendrá marcado por dosis extremas de
volatilidad.
Nueva Geopolítica “Primus Inter pares”
En una entrevista a la cadena
estadounidense ABC, el entonces futurible candidato republicano a la Casa
Blanca, Donald Trump había expresado sin ambages la idea de que la “OTAN está obsoleta, no sirve para combatir
el terrorismo y cuesta demasiado a EEUU”, por lo que exigió a los países
europeos integrantes de la OTAN “pasar
por caja”, pues la aportación económica de dichos países europeos sería de
un exiguo 2% del PIB nacional, quedando el grueso de la financiación en manos
de EEUU (el 70% de cerca del Billón $ del total del presupuesto).
Asimismo, en una conferencia
pronunciada por Trump en la sede de la influyente revista política The National
Interest, Donald Trump expuso las líneas maestras de su política exterior que
podrían sintetizarse en su lema “Estados
Unidos lo primero”, lo que de facto supondría suponer un retorno a la
Doctrina Monroe (“América para los
americanos”) y el retorno al proteccionismo económico tras cancelar el
Tratado de Libre Comercio con Canadá y México (TLCAN).
Por otra parte, el finiquito de la
unipolaridad de Estados Unidos y de su papel de gendarme mundial y su
sustitución por la nueva doctrina geopolítica “Primus Inter Pares” o G2 (EEUU y Rusia) en la gobernanza mundial
perseguida por Trump y Putin, sería un misil en la línea de flotación del
complejo militar-industrial de EE.UU que tiene perfilado para la etapa
post-Obama la recuperación del papel de EEUU como gendarme mundial mediante un
incremento extraordinario de las intervenciones militares estadounidenses en el
exterior (léase Nueva Guerra en Oriente Medio).
Así, la primitiva CIA se habría
transmutado en el llamado Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security)
y de la hidra-CIA habrían nacido 17 nuevas cabezas en forma de agencias de
inteligencia que integrarían la Comunidad de Inteligencia de EEUU (la Cuarta
Rama del Gobierno, según Tom Engelhardt), agentes patógenos de naturaleza
totalitaria y devenidos en Estado paralelo, verdadero poder en la sombra
fagocitado por el “Club de las Islas”
de George Soros y que se habría conjurado contra un Trump partidario de la Geopolítica
Primus Inter Pares o G2, por lo que no sería descartable la gestación de una
trama para mediante métodos legales (impeachement) o expeditivos (léase
Magnicidio) lograr neutralizar a Trump.
La “conexión rusa” y la sombra del impeachment
contra Trump
La nueva doctrina geoestratégica
conocida como “Guerra Híbrida” sería
atribuible al Jefe de Estado Mayor de las FF.AA. rusas, Valery Gerasimov, quien
afirmó que “cada vez es más frecuente que
se dé prioridad a un uso conjunto de medidas de carácter no militar, políticas,
económicas, informativas y de otro tipo que estarían sustentadas en la fuerza
militar. Son los llamados métodos híbridos”, concepto que se habría puesto
en práctica por primera vez con ocasión de las recientes Elecciones
Presidenciales en EE.UU.
Así, en la web de investigación “Mother Jones” apareció una versión
reducida del informe de los servicios de inteligencia de EEUU en el que
acusaban directamente al Gobierno de Putin de estar detrás de “supuestos ataques cibernéticos de hackers
rusos para desequilibrar la campaña electoral de Hilary Clinton e inclinar la
balanza a favor del supuesto submarino ruso, Donald Trump”. Según el citado
documento de los servicios de inteligencia de EEUU, el Departamento Central de
Inteligencia ruso (GRU) con sede en Moscú, considerado el “servicio de espionaje más poderoso y efectivo ruso en la actualidad
tras asumir las funciones del primigenio Servicio de Inteligencia Exterior
(SVR)”, se habría servido del pirata informático Guccifer 2.0 así como de
la página web DC Leaks.com y de WikiLeaks para “difundir públicamente información de los correos secretos de Hillary
Clinton obtenidos mediante hackeo cibernético”, extremo negado por el
fundador de WikiLeaks, Julian Assange.
En consecuencia, siguiendo el
principio de “acción-reacción”, Obama
advirtió a Putin que “dichas operaciones
cibernéticas podrían ser consideradas como potenciales actos de guerra” y
como represalia, ordenó la salida de 35 diplomáticos rusos y aplicó nuevas
sanciones a diversos organismos y empresas rusas, en especial contra el citado
GRU, lo que de facto significó el retorno a escenarios ya olvidados de
espionaje y contraespionaje propios de la Guerra Fría y tuvo como primera
víctima colateral al asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, Michael
Flynn, tras filtrarse que habría mentido al Vice Presidente Mike Pence sobre
sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, pero
Donald Trump habría negado la existencia de la llamada “conexión rusa”, acusando a la Agencia Nacional de Seguridad y al
FBI de estar implicadas en la filtración de informaciones perjudiciales para su
Administración.
Sin embargo, en un momento crucial
para finiquitar la investigación de la presunta relación del Gobierno ruso con
varias personas del entorno del Presidente Trump, al igual que de la denuncia
contra Putin tras acusarlo de “interferir
en el proceso electoral norteamericano para favorecer al entonces candidato
Donald Trump” encargada al FBI, el cese fulminante de su Director, James
Camey habría provocado que la sombra del Watergate volviera a planear sobre
Washington. Así, crecen las sospechas de que dicho cese sería un claro caso de
obstrucción a la justicia, delito por el que el Congreso de EEUU podría iniciar
un proceso de destitución (impeachment) que termine por deponer a Trump y tras
lo que su Vice-Presidente Mike Pence asumiría la Presidencia para hacer que
EEUU vuelva a la senda de las seudodemocracias tuteladas por el verdadero Poder
en la sombra de EEUU (Cuarta Rama del Gobierno de EEUU).
Germán Gorraiz López || Analista de
Economía y Política
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