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Francisco Cañizares y Ana Guarinos |
¿Y qué sucederá dentro de dos años y medio cuando lleguen las elecciones autonómicas? ¿Dejará Cospedal el Ministerio de Defensa para presentarse otra vez a las elecciones en Castilla la Mancha? Lo más lógico es que el PP empiece a pensar en una alternativa, que puede ser o no de Castilla-La Mancha, un paracaidista o un visitante ocasional, que intente levantar a un partido que ha empezado a mostrar graves síntomas de inestabilidad. Y al que ahora viene Aznar, con su cara de acelga, a afearles que ya no son consecuentes con el programa fundacional de Fraga y tampoco con las propuestas ultraliberales que el dicta desde FAES. ¡Pues claro! Más recortes y más privatizaciones.
En algún momento se planteó la posibilidad de que la presidencia del PP en Castilla-La Mancha fuera ocupada por la presidenta del Grupo Parlamentario Popular, la alcarreña Ana Guarinos, pero, según las malas lenguas, se desistió porque no se le conoce una sonrisa, al menos en público. Lo mismo sucede con otro posible candidato, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes de Castilla La Mancha, el ciudadrealeño Francisco Cañizares, del que se dice que le aprieta en exceso el cilicio y va por la vida muy tristón.
El problema es que ambos son la viva imagen de la tristeza, la tristeza personificada, o su cara es fiel reflejo del panorama que pintan: desgracias, catástrofes, caos, adversidades, Estado fallido... Cualquiera diría que se han metido tanto en el papel que se les marcan en la piel los surcos de la pobreza y el dolor. En fin, que cuesta tanto creerles como empatizar con sus caritas de acelga.
Tienen la opción de la dicharachera Riolobos. Carmen al menos nunca pierde la sonrisa, aunque falte a la verdad o te apuñale por la espalda, políticamente hablando, lo hace con la mejor de sus sonrisas.
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