Según dice el diccionario, un asunto o juicio
se considera substanciado cuando se ha tramitado totalmente hasta que queda resuelto
en una sentencia.
Rajoy responde a la prensa sobre la resolución del Consejo de Estado |
Mariano Rajoy es una fuente continua de ilustración
lingüística. No paramos de aprender con el nuevas palabras y expresiones que
pasarán a los anales de la historia, dejando al presidente tancredista a la
altura de un Castelar en zapatillas. El jefe de Moncloa, pese a ser español y
mucho español, maneja la lengua de Cervantes regular tirando a mal. Lo digo, porque
al ser interpelado por la prensa acerca de la resolución del Consejo de Estado sobre
el Yak-42, en la que fijaba responsabilidades del Ministerio de Defensa,
demostró dos cosas: una, que no lee los periódicos, ni siquiera aquellos a los
que susurra su línea editorial; y dos, que es morfológicamente incapaz de
articular palabras con muchas eses sin comerse alguna letra. Por eso afirmó que
el tema del Yak-42 estaba ya “sustanciao”.
Vamos, que no había ninguna responsabilidad que rascar sobre las circunstancias
de codicia y negligencia que condujeron a la muerte de 62 militares españoles.
En nuestra tierra, la
sustancia tiene otras connotaciones. Llamamos “desustanciao” al que carece de gracia y talento. Es un paso más del
famoso “destalentaó” que Micky Nadal
hizo famoso en sus doblajes cómicos. El “desustanciaó”,
como su propio nombre indica, no tiene sustancia alguna. Es un ser que, con su insípido
discurso, apenas aporta “sandeces” y “melonadas”.
“Desustanciao” es un palabro que define meridianamente el comportamiento
del presidente Rajoy. Ante el hecho inapelable de que los 62 militares
perdieron la vida por la dejación de quienes debían velar por ellos y de que
sus restos fueron devueltos al alimón, en una tómbola macabra en la que los
familiares igual recibían tres piernas que un cuerpo equivocado, a Rajoy, que
era vicepresidente en esos días, solo se le ocurre decir que son hechos “sustanciaos”.
Estoy en desacuerdo, como
es habitual, con don Mariano. Para mi corto entender, la muerte de los
militares del Yak-42 es otra historia “desustanciada”
en un país al que se le ha robado toda la sustancia. Un caso sin resolver por
el que pululan personajes siniestros y chulescos que insultan a los familiares
de las víctimas insinuando que solo les mueven las indemnizaciones. ¿En cuánto
valoraría el señor Trillo la vida de sus hijos? ¿Por qué gente tan española y
mucho española como Trillo, Aznar o el propio Rajoy, trataron y tratan con tanto
desprecio a estos caídos del ejército español?
No hace falta ser la
señorita Marple para intuir que el tema tiene mucha sustancia. Sobre todo
cuando se intenta indagar sobre las subcontrataciones que son el origen de la
tragedia. ¿Dónde fue a parar el dinero que se ahorraban a costa de la seguridad
de los soldados? Es más, ¿Dónde están los contratos firmados por representantes
del Ministerio y las compañías aéreas contratadas para aquellos vuelos?
Lo lógico sería que
el gobierno defendiera a sus ciudadanos. Pero en la España de Rajoy la lógica
se mira en un espejo cóncavo.
Otro ejemplo lo
tenemos en el asunto de los bancos y las cláusulas suelo. El gobierno ya está tejiendo ardides para que la banca gane,
una vez más, frente a los desprotegidos clientes. Poco importa la
sentencia del Tribunal Superior de Justicia Europeo. Ya se encargarán ellos de
quitarle toda la “sustancia” para que
los mismos bandidos a los que hemos rescatado entre todos con más de 60.000
millones de euros no doblen la cerviz ante la plebe a la que engañaron.
España está “desustanciada”, ¿quién la sustancionará? De momento, la cosa está
muy mala. Tenemos asumido tal nivel de desvergüenza en la vida pública que acostumbramos
a enterrar unos escándalos bajo los escombros de los otros.
Pero algunas familias
de los fallecidos en el Yak42 no pudieron enterrar correctamente a sus muertos.
Es un problema grave el de esta gente con el tema de enterrar dignamente a los
muertos. Muchos españoles ya saben lo que es eso, llevan 70 años con sus
muertos enterrados en las cunetas. Y lo que te rondaré.
Hablar de casos “substanciados”, cuando nos referimos a
cadáveres de compatriotas maltratados y vilipendiados, solo puede salir de la
boca de un cretino. Por muy y mucho español que diga ser el líder de un país “desustanciado” hasta la médula de
dignidad y vergüenza. Ese país donde parece que solo se roba y bosteza.
Mi querida España.
Esta España mía,
esta España nuestra.
Esta España mía,
esta España nuestra.
De tu santa siesta
ahora te despiertan
versos de poetas.
¿Dónde están tus ojos?
¿Dónde están tus manos?
¿Dónde tu cabeza?
ahora te despiertan
versos de poetas.
¿Dónde están tus ojos?
¿Dónde están tus manos?
¿Dónde tu cabeza?
Mi querida España.
Esta España mía,
esta España nuestra.
Esta España mía,
esta España nuestra.
Ana Cuevas Pascual
Publicado en Crónica Popular
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