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García-Page y Bono con el exalcalde del PP de Toledo |
Emiliano García Page y su fontanero Jesús Fernández Vaquero recurren a la guerra sucia contra Pedro Sánchez, olvidando que ellos tienen un pasado poco edificante como prueba la entrada del Blog Notitia Criminis de fecha 19 de septiembre de 2011
Si el pasado día 13 Notitia Criminis daba la noticia de
movimientos en el PSOE toledano y en las cercanías de Emiliano García Paje,
encaminados a sentar a Tofiño (ex presidente de la Diputación de Toledo y ex
alcalde de Illescas) en un escaño del Senado; dos días después ABC venía
a confirmar esas mismas intrigas, relacionadas con el intento de García Paje de
alcanzar un escaño en las Cortes españolas, intento que, finalmente, parece
concretarse en su desembarco en el Senado por la vía de la designación
autonómica y no de las elecciones.
Según ABC: "Sin embargo, resuelto el problema de los
líderes, queda ahora el capítulo de la lista al Congreso y al Senado en la
provincia de Toledo. Un nuevo terreno abonado hasta la decisión definitiva a
las especulaciones. No obstante, y salvo la opción de un «paracaidista» que
encabece la lista, todo apunta a la alternativa más probable de personas de la
confianza de García-Page. En este apartado se barajan los nombres del diputado
regional Jesús Fernández Vaquero, el ex alcalde de Illescas José Manuel Tofiño
o el actual diputado nacional Alejandro Alonso".
¿Por qué Tofiño y Fernández Vaquero son hombres de
confianza de Emiliano García Paje? Habrá muchas razones, pero esta,
probablemente, será una de ellas: SESEÑA. Los tres nombres que ahora parecen
copar las posiciones de poder en el PSOE toledano han estado vinculados al caso
de “El POCERO” desde sus inicios.
Las salpicaduras de los negocios del Pocero en Seseña
sobre el entorno de Bono y sus consiglieri se puso de manifiesto muy pronto. La
pista más clara fue, sin duda, la grabación de las máquinas de ONDE-2000, la
empresa insignia de Francisco Hernando, trabajando en las instalaciones de
HÍPICA ALMENARA, el muy próspero negocio de Bono, pero fue, precisamente ese
descubrimiento el que hizo entrar en escena a un belicoso Emiliano García Paje.
En el libro de Alejandra Ramón y Ruth Ugalde “El Pocero
de Seseña”, bajo el título “Promesas para tapar un escándalo” se cuenta la
reunión habida entre Manuel Fuentes y Cayo Lara, por parte de IU; y José Manuel
Tofiño y Emiliano García Paje por parte del PSOE. La reunión tuvo lugar después
de que IU hiciera pública la relación entre El Pocero y Bono y sobre ella se
dice lo siguiente:
“El encuentro con
Barreda marcó un antes y un después en las relaciones de IU con el ejecutivo
manchego. Inquietos por el escándalo latente, los máximos responsables de la
Comunidad pusieron en marcha un calendario de reuniones, dirigido a conocer las
reivindicaciones de IU e intentar satisfacerlas en la medida de lo posible a
cambio de enterrar la polémica. Con este objetivo, José Manuel Tofiño,
presidente de la Diputación de Toledo y Emiliano García Paje, secretario
provincial del PSOE y responsable institucional del gobierno regional, se
citaron en el toledano hotel Beatriz con Cayo Lara y Manuel Fuentes. Este
encuentro tuvo lugar apenas once días después de la entrevista con Barreda y,
durante toda la reunión, los militantes de IU volvieron a insistir en la
necesidad de regenerar la corporación municipal socialista de Seseña,
desvinculándola de Hernando, y propusieron un pacto de izquierdas en defensa
del urbanismo sostenible en la región. Un acuerdo que requería, por parte del
ejecutivo manchego, terminar con el trato de favor que estaba recibiendo el
Pocero”.
Lo que ocurrió después, según los hechos documentados en
la denuncia que IU presentó ante la Fiscalía Anticorrupción y que ha dado
origen al caso Seseña, se parece mucho a algún capítulo de la novela de Mario
Puzo, El Padrino, en la que los Corleone hacían esas “ofertas que no se pueden
rechazar”.
Los hombres del PSOE toledano, insistimos que se trataba
de García Paje y de Tofiño, contestaron de la siguiente forma, según se recoge
en el texto de la denuncia de IU y en el citado libro sobre el Pocero:
“1.- No controla el
grupo municipal del PSOE de Seseña. Se ha disuelto la agrupación local.
2.- El gobierno no
quiere escándalos. Si sacamos a relucir la relación entre Bono y Francisco
Hernando Contreras, se acaba cualquier negociación.
3.- Pide que se negocie
con Francisco Hernando Contreras para sacar adelante el PAU de El Quiñón y, a
cambio, el ayuntamiento de Seseña tendrá «tratamiento de ayuntamiento
socialista» es decir, los privilegios económicos y administrativos que el
gobierno regional otorga a las corporaciones dominadas por su partido.
4.- Acaba mostrando su
admiración por Francisco Hernando Contreras y dice, literalmente, «Vosotros no
sabéis con quién estáis tratando, tiene más de tres millones de metros
cuadrados de suelo»”
En este punto, Tofiño abandonó la reunión y dejó solo a
García Paje. Su intervención en ella, se diría, había sido la de un subordinado
que estaba allí para ver y aprender, sin mucho más que hacer que servir de
edecán al delfín de Bono. No obstante sí dejó oír su voz. Mientras García Paje
amenazaba con romper negociaciones si IU hacía pública la relación entre Bono y
El Pocero, Tofiño, a modo de interrogador bueno, se permitía dar un consejo a
Manuel Fuentes y Cayo Lara: Lo que había que hacer con los constructores era
“sacarles –sic– polideportivos e infraestructuras para el pueblo”.
Poco más dio de sí la reunión del hotel Beatriz, pero
después de ella quedó meridianamente claro el apoyo incondicional del PSOE
toledano al PAU del Quiñón, la exigencia de omertà con respecto a las turbias
relaciones entre el Pocero y Bono y la exigencia de “sacar también adelante el
PAU de Los Albañales (1.500.000 m2 para zona industrial) y el de Casa Postas,
ambos promovidos por Francisco Hernando”, y todo ello a cambio de favorecer,
con una más que dudosa utilización de las potestades públicas, económica y
administrativamente a la corporación que entonces presidía Manuel Fuentes.
Es decir, y siempre según la narración de hechos
contenida en la denuncia de IU, lo que García Paje hizo ese día fue ofrecer
dinero y ventajas administrativas que favorecieran la reelección de Fuentes a
cambio de lubricar en el ayuntamiento los intereses y planes del Pocero y de
silenciar la relación de éste con Bono.
La pregunta, ahora, es ¿qué hacía Tofiño en esa reunión?
¿Acompañaba a su jefe para que no se sintiera desamparado en presencia de los
dos peligrosos bolcheviques o, por el contrario, tenía asignados cometidos y
funciones más importantes en todo el asunto de Seseña y el Pocero? La respuesta
a esta pregunta, seguramente, nunca se llegue a publicar –nótese que digo
publicar, no saber– salvo que las cuchilladas florentinas que se empiezan a
repartir en los subterráneos del PSOE toledano tras el fiasco de las elecciones
municipales haga surgir a algún pajarito que más que piar, cante; pero lo
cierto es que hay un episodio posterior que induce a sospechar, vehementemente,
que Tofiño aquel día no fue un mero convidado de piedra. Me estoy refiriendo al
fax remitido al expulsado Felipe Sancho, concejal de hacienda de Seseña, cuando
ésta era gobernada por el ahora imputado José Luis Martín.
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Fax enviado por Jesús Fernández Vaquero |
El 7 de febrero de 2005, a las 13:35 horas, llegó al
ayuntamiento de Seseña un fax que acabó en manos inesperadas, las de Notitia
Criminis, entre otras. Se remitía al teléfono 918936265 y a la atención de “D.
Felipe Sancho”. El remitente era “D. Jesús Fernández Vaquero” y el teléfono
desde el que se hacía el envío, el 925257657. En dicho fax se daban detalladas
instrucciones al referido Felipe Sancho, concejal en Seseña y miembro de una
supuestamente disuelta agrupación socialista –el PSOE había dado orden, un año
antes, de disolverla cuando aparecieron las primeras noticias sobre la
corrupción en ese ayuntamiento– sobre la forma en que éste y los demás
concejales “expulsados” del PSOE debían oponerse a la aprobación del
presupuesto municipal presentado por el equipo de gobierno de IU.
En la cabecera del fax no solamente aparecen el nombre y
apellidos de Fernández Vaquero, sino que el número desde el que se envía es el
del despacho de Vaquero en el Parlamento regional, es decir, el que éste tenía
asignado como Secretario Primero de las Cortes de Castilla la Mancha.
Pero el documento guardaba aún más sorpresas pues Vaquero
no era el origen del texto, sino que, a su vez, se lo habían remitido a él, un
día antes, desde otro teléfono: el 925216916 que, curiosamente, es el
correspondiente a la presidencia de la Diputación de Toledo, presidencia que,
en esos momentos, ocupaba José Manuel Tofiño Pérez.
Como los conocimientos jurídico-administrativos de Tofiño
son los que son, es evidente que el contenido del Fax no era obra suya y
probablemente éste habría sido redactado por los servicios técnicos de la
Diputación, pero lo que ahora importa es el hecho acreditado de que, desde el
despacho de presidencia de la Diputación sale un fax con instrucciones para
unos expulsados por presunta corrupción, que ese fax llega al despacho
institucional de Fernández Vaquero en las Cortes regionales y que, desde ahí se
envía, con el mencionado Vaquero como remitente, al también mencionado Felipe
Sancho; y este hecho acreditado confirma, como ya he dicho, la vehemente
sospecha de que José Manuel Tofiño y, desde luego, Fernández Vaquero, tenían
atribuciones, cometidos, misiones y encargos estrechamente relacionados con el
caso Seseña y que, por tanto, la presencia de Tofiño en la reunión del hotel
Beatriz no era irrelevante ni casual.
He aquí, pues, al séquito del que Emiliano García Paje
pretende hacerse acompañar hasta la Carrera de San Jerónimo o hasta la Plaza de
la Marina, y si el asunto de Seseña es grave, naturalmente no nos podemos
olvidar de la estrecha relación de Tofiño con la constructora PEYBER, de la
concesión de la redacción del POM de Illescas a una empresa domiciliada en una
barriada chabolista de la localidad que, además, tenía vínculos con los
“malayos” Carlos Sánchez y Andrés Lietor; del más reciente caso de la contratación,
in articulo mortis del hijo de Fernández Vaquero en la Diputación de Toledo; o
de la presencia en Illescas, como agente urbanizador del PAU de la vía férrea,
de Aurelio González Villarejo, uno de los proveedores de inmuebles de la
familia Bono, uno de los principales deudores de CCM, uno de los presentes en
el caso del aeropuerto de Ciudad Real; y ahora uno de los implicados en el caso
Brugal.
Así pues, estos son los nombres que se consideran para
encabezar las listas electorales del PSOE por Toledo, los hombres de confianza
de Emiliano García Paje y los hombres que, les guste o no, llevarán consigo a
Madrid, si finalmente tuvieran la fortuna de ser elegidos en las próximas
Generales, las oscuras sombras de Seseña, del Pocero y de algo más preocupante,
más siniestro incluso, que la investigación del caso Seseña está poniendo o va
a poner en breve, sobre la mesa de jueces y fiscales.
Notitias Criminis
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