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Servivio de Urgencias Hospital Comarcal de Puertollano |
La
marca España lo está petando gracias
al nunca suficientemente valorado esfuerzo del PP. La cuarta autoridad del
estado, el presidente del Senado, desconoce que tenía que declarar el préstamo de
24.000€ que le hizo el PP; González Pons parece desconocer que el PP le paga
mensualmente el alquiler de su vivienda porque también se la cobra al Congreso
de los Diputados, como hacen una larga lista de señorías con piso en Madrid… Es
uno más de la larga lista de superdotados que han nutrido a la derecha española
desde principios de los 90. La cualidad indispensable para llegar a la cúpula
del PP era cobrar dos o tres sueldos sin dar palo al agua…, por la cara,
que trabajando se suda y eso no es de pijos. En el furgón de cola,
recogiendo la calderilla que dejaban los superjefes estaba Rosa Romero, a quién
Arenas aupó a dirigir la política municipal del partido con la única
experiencia de ser concejal en el ayuntamiento de Ciudad Real. Su éxito fue tan
rotundo que cuando probó sus aptitudes la devolvieron de inmediato para
provincias, entretanto se embolsó más de 25.000€ en dos añitos, según publican
distintos medios con la contabilidad del PP como fuente.
Expoliando
euro a euro de dinero público estos superdotados han dejado el país en la ruina
y como buenos liberales pretenden que la culpa caiga sobre nosotros…, la culpa te hace sudar y eso tampoco es de
pijos. Cospedal, tras ahorrarnos varios millones de euros comprándose un
cigarral, se puso a la cabeza de los superdotados y metió la tijera hasta
límites insoportables. Tanto se excedió que le dimitieron alcaldes y concejales
y el TSJCM le afeó el cierre de las urgencias nocturnas hasta obligarla a
rectificar. Otro tanto ha tenido que hacer con la intención de vender
hospitales a Capio y Ribera Salud: retractarse ante la oposición unánime de los
municipios afectados.
Ante
tan sonoros fracasos ha cambiado de estrategia. Ya no utiliza la podadora,
ahora prefiere la tijerita de bordar y el resultado es el continuo deterioro de
la sanidad pública. El pasado fin de semana acompañé a un familiar al servicio
de urgencias del hospital comarcal de Puertollano y el espectáculo que ofrecían
las urgencias era de cine gore. Enfermos
y acompañantes mezclados en pasillos y salas de espera sin la mínima precaución
y sin ninguna intimidad, enfermeras desesperadas que no daban abasto y
atendiendo sangrados sin guantes, agotados en palabras de una enfermera. Estas profesionales,
al igual que los dos médicos de guardia, insuficientes para una comarca que
supera las 100.000 cartillas sanitarias, pedían perdón a los pacientes por las
condiciones en que se veían obligadas a atenderlos.
Para
los profesionales sanitarios todo mi respeto y apoyo pero para la gerencia de
área y los nombrados a dedo por Cospedal ningún aprecio y ningún respeto. Si acaso
valorarlos en lo que verdaderamente valen: inútiles sin escrúpulos que han
venido a lucrarse con nuestros impuestos y a devaluar nuestra sanidad pública
hasta los niveles de la privada a quienes se la quieren vender. Esto debería estar
tipificado como delito puesto que parte de una mentira evidente a sus millones
de votantes y de un “expolio” de bienes y servicios públicos que ningún español
apoya. Espero que más pronto que tarde vayan pasando por la cárcel como premio
a su “honesta” labor.
Después
de mi experiencia en aquellas urgencias bizarras, me ahorro los detalles más
espeluznantes sobre suciedad e inhumanidad con la que pacientes con dolor agudo
esperan sentados en una silla de la sala de espera, porque cualquiera que haya
pasado recientemente por alguno de nuestros hospitales de referencia sabrá de
que estoy hablando, volví ayer lunes al mismo hospital a consulta de neumología
acompañando a mi esposa y la experiencia fue la gota que colmó el vaso. Una docena
de pacientes, citados a las 18’00 horas a consulta de neumología esperaban
pacientemente que médico y enfermera abrieran la consulta. A las 19’00 horas,
con la consulta aun cerrada, exigí explicaciones sobre lo que estaba ocurriendo
y se nos dijo que todos los pacientes habían sido reprogramados a otra fecha. Ninguno
de los allí presentes había recibido información telefónica o escrito de la reprogramación
de su cita y, en nuestro caso, hemos recibido hoy una llamada telefónica que
nos reprograma para el mes de agosto.
Cospedal,
Echaniz y los secuaces que nombran como gestores de nuestros hospitales estarán
orgullosos del deterioro a que los están llevando y de cómo están poniendo en
riesgo centenares de vidas humanas por las que la justicia no les exige
responsabilidad alguna…, de momento. Yo me avergüenzo de ellos cada vez que veo
un enfermo abandonado a su suerte o un paciente reprogramado sin tener en cuenta
que se ha desplazado desde una distancia de 100 km para asistir a una cita que
le han anulado sin avisarle. Y, eso sí, cada día que pasa los maldigo.
M.
Félix de San Andrés
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