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Paraísos Fiscales en el mundo |
El pasado 4-12-2017, la comisión europea ha
anunciado a bombo y platillo una lista negra de paraísos fiscales, una lista
producto en cierta manera del impacto mediático y social de los escándalos de
filtraciones como los de la lista Falciani, Luxleaks, Papeles de Panamá o
Papeles del Paraíso que han obligado a las autoridades europeas a dar pasos que
escenifiquen su lucha contra la evasión fiscal.
La lista de risdicciones que no cooperan en materia
fiscal, como se llama oficialmente la lista negra, es el primer repertorio de
paraísos fiscales común para la UE y sustituye a las listas nacionales que
tenían algunos Estados, homogeneizando los criterios que determinan qué países
acaban en ella.
Para confeccionar esta lista, expertos fiscales de
los Veintiocho han analizado desde principios de año la legislación fiscal de
92 jurisdicciones en base a tres criterios: 1) El nivel de transparencia; 2) Si
garantizan una imposición justa o por el contrario facilitan la creación de
estructuras opacas; 3) La implementación de las normas internacionales contra
la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS).
Pero realmente esta lista negra de paraísos
fiscales nace herida de muerte al no mencionar o señalar a ninguna de las
guaridas fiscales europeas. Se convertiría así en un lavado de cara de las
instituciones europeas y no una herramienta útil para combatir la evasión
fiscal, como ya denunciaba una semana antes Intermon Oxfam, que pedía incluir
los países comunitarios de Luxemburgo, Irlanda, Malta y Holanda. En la propia
comisión de Papeles de Panamá del Parlamento Europeo ya señalamos también la
necesidad de incluir en esta lista de paraísos fiscales a países de la propia
UE, si bien ha sido desoído.
La arquitectura económica de la UE promueve, en un
marco de libertad de movimiento de capitales y sin armonización fiscal, o
admite que haya regímenes fiscales dispares en su seno propiciando una
devaluación fiscal permanente. Así mismo cuenta con sus propias estructuras
offshore y un entramado regulatorio cuyos desniveles, permisividades, y
estímulos en la sombra potencian la evasión y elusión que de facto beneficia
sólo a los grandes capitales, rentistas y familias más ricas, en perjuicio de
las mayorías populares.
En 2015, Antonio Fuertes Esteban, de ATTAC, señalaba
que “La Unión Europea se ha construido como espacio financiero sin fronteras y
sin autoridad reguladora como tal, por lo tanto, descontrolado”,
sorprendiéndose de que el BCE no tenga ni competencias para actuar en la
materia. Así, la UE “permite a 3 paraísos fiscales en su seno y no regula su
relación con los otros 7 territorios paraísos fiscales del espacio económico
europeo, manteniendo con ellos acuerdos económicos y comerciales preferenciales
mientras que estos compiten deslealmente con los demás países de la UE”.
Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Comercio y Desarrollo, más del 30% de la inversión mundial en 2015 se realizó a
través de paraísos fiscales o centros de inversión extraterritoriales. Stiglitz
afirmó el pasado día 16 de noviembre del 2016 en el Parlamento Europeo que
presenciamos un régimen fiscal global injusto y detrás de los paraísos fiscales
se abre un sector que se basa en el secretismo para crear una “economía global
en la sombra”.
Los paraísos fiscales son uno de los principales
responsables de la extrema desigualdad en la concentración de la riqueza, ya
que permiten que las grandes multinacionales y las grandes fortunas no paguen
la parte justa de los impuestos que les corresponden. De hecho, todos los
estudios muestran que nunca ha habido tanto dinero en paraísos fiscales como
ahora. Según el economista Gabriel Zucman hay cerca de 7,6 trillones de dólares
procedentes de fortunas personales ocultos en lugares como Suiza, Luxemburgo y
Singapur. Esto genera que las estadísticas sobre desigualdad subestimen de
manera considerable el verdadero grado de concentración de la riqueza, ya que
no incluyen el dinero oculto en estas jurisdicciones opacas o paraísos
fiscales.
La reciente filtración de los Papeles del Paraíso
ha revelado la trama generalizada de las multinacionales para evitar el pago de
impuestos maximizando sus beneficios a costa de nuestros derechos. Un número
creciente de multinacionales registran sus algoritmos, patentes, marcas y logos
en paraísos fiscales para ‘exportar’ los beneficios de países donde realmente
se han generado. En el mundo, más de 600.000 millones (la mitad del PIB
español) son redistribuidos artificialmente cada año por las multinacionales a
paraísos fiscales. Todas las empresas del Ibex 35 salvo una, Aena, “tienen en
estos momentos presencia en territorios considerados como paraísos fiscales sin
estar en principio directamente vinculada a la práctica principal de su
negocio”, señala Intermón Oxfam
En un país como España, según Zucman, las pérdidas
anuales de ingresos se aproximan a los 7.000 millones de euros, a los que deben
añadirse los 4.100 millones eludidos por las multinacionales que operan en el
país. En total, 11.000 millones de euros cada año, el doble de lo destinado por
el Estado para infraestructuras en 2017. Un sistema de evasión que no sería
posible sin Luxemburgo, Holanda, Malta o Irlanda, todos ellos paraísos fiscales
en el propio seno de la UE.
Tenemos que trabajar por una regulación que no
pretenda ser un lavado de cara sino una herramienta útil para combatir a los
paraísos fiscales, que conduzca a una armonización fiscal al alza, con
impuestos progresivos y redistributivos, que revele quienes son los
propietarios y beneficiarios reales de estas tramas, que atribuya las responsabilidades
a los facilitadores y promotores de estos entramados con fuertes sanciones
disuasorias acabando de una vez por todas con el terrorismo fiscal.
Miguel Urbán
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